3 de noviembre de 2005

Écfrasis

Hay textos que privilegian la construcción de referentes extratextuales no verbales, cuyo sostén y centro es el esclarecimiento de la significación de una obra plástica. En esta écfrasis, entendida justamente como la representación verbal de un objeto plástico, el narrador construye "otro" relato "que es más afín al texto que lo rodea que a su referente y que, sin embargo, no deja de remitir a ese objeto que desencadena la actividad descriptiva: ese otro que puede reconocerse como tal", como dice Riffaterre. García Ponce tiene varios textos narrativos donde acontece este fenómeno, por ejemplo en el cuento "Un día en la vida de Julia" de su libro Cinco mujeres. En este relato, la información narrativa nos detalla que exactamente ese día de la vida de Julia se encontraba en su mesa de noche un libro de dibujos eróticos de Gustav Klimt. Esta afirmación nos orienta a indagar sobre el horizonte de sentido de la alusión. El relato nos ofrece puentes, indicios textuales que remiten a reconocer en el relato la existencia de un "otro" extratextual al que se refiere continuamente y que pasa, incluso, a ocupar un primer plano: "el delgado libro azul, con los hermosos y atrevidos dibujos de fina línea", "tan eróticamente como el pintor había utilizado a sus bellas modelos vienesas", "recogiendo automáticamente el libro de Klimt", "volvió a dejar el libro, sin hojearlo, a pesar de la belleza de los dibujos, de la maestría de Klimt", etcétera. Este cuento lleva en mise en abyme esta écfrasis que ilustra todo el Beethoven Frieze de Klimt, doy dos ejemplos. Leamos primero el texto, segmentos del cuento, y luego vayamos a su referencia plástica, el cuadro:

"El padre de Julia por supuesto no fue a comer. 'El pobre está tan ocupado que ni siquiera eso puede', explicaba la madre a todos los que quisieran oírla, mientras Julia pensaba en su infeliz madre a la que nadie en su sano juicio podía creerle. La madre había sido una belleza que no se parecía a Julia sino a su segunda hermana, pero después del quinto hijo empezó a engordar y el padre a estar cada vez más ocupado en sus negocios. Cuando entró al enorme comedor con su gran mesa en la que la cabecera estaba vacía, su madre y sus cuatro hermanos ya estaban ahí".

"Después, Raymundo la cargó y la llevó hasta la cama de su cuarto. La dejó ahí y fue a cerrar las cortinas. La misma semipenumbra que en la sala. Julia no se había movido. Fue Raymundo el que le quitó primero los zapatos, luego los pantalones y la blusa […] Se desvistió y besó a Julia en el sexo hasta que ella se vino. Hicieron el amor dos veces. Acostados boca arriba, Julia tenía los ojos cerrados y Raymundo le decía: 'Eres muy bella, Julia, muy bella y casi tan caliente como bella, no, sin el casi'".

La narración, pues, se ve resemantizada por una nueva semiosis o proceso de significación: la écfrasis, esa representación de la representación, la obra de arte inserta en la obra literaria, abre una estructura especular que refleja la pintura de un artista del Art Noveau austriaco, Gustav Klimt.

13 comments:

Anónimo dijo...

Estupendo post, me dejaste con ganas de más.
Un beso, Magda.

Magda Díaz Morales dijo...

Muchas gracias Gabriela, que bueno que te gustó.

Besos.

Anónimo dijo...

Cada vez me abres más el apetito respecto a García Ponce. Y me traes a Klimt, caramba, y la imagen de esa Danae 'tremenda' como hubiera dicho un amigo mío. Creo que no dudaré en buscar este libro la próxima vez que vaya a México, Magda. Poco a poco se vuelve una necesidad el encuentro con este autor.

Un beso muy grande, querida Magda. Besos también a la Madrina del lugar, :-). Todo lo mejor en este espacio.

Magda Díaz Morales dijo...

Loriana, muchas gracias, me da mucho gusto verte.

Anoche me acordé de ti mientras comía "pan de muerto", así que es como si tu lo hubieras probado también. Te daré la receta y verás que lo puedes hacer muy facil.

Tengo una madrina de lujo, sí, ¡y eso que vino sin sombrero! ;)

Un beso para ti

Anónimo dijo...

Gracias Magda por invitarme a tu nueva morada, intentaré pasarme lo más seguido que me sea posible, ahora que de nuevo he retornado tibiamente a la lectura de blogs.

De tus palabras qué puedo decir... para un eterno aspirante a escritor como yo es siempre enriquecedor asomarse a tu discurso, que tantas veces se acerca a mi pasión, escribir, desde su propio fuero.

Un abrazo.

Magda Díaz Morales dijo...

Pues hecho, Gabriela, haremos el pan entre las tres.

:)

Magda Díaz Morales dijo...

Javi, y como no te iba a avisar de este cambio, tenía la alegria de tus visitas en Apostillas 1 y no quería que nos perdiéramos de nuevo. Además, nos conocemos ya hace casi dos años, así que somos vecinos de puertas y amigos blogueros (¿o se dice cibernéticos?)

un abrazo, y muchas gracias.

Anónimo dijo...

Es interesante, viendo que a Klimt muchos lo tenemos en mente y puede "crear ambiente" (sobre todo si pones las ilustraciones- son preciosas), digo que es interesante pensar que podría haber dos tipos de écfrasis, o dos tipos de relación entre una obra de arte visual y una literaria que se refiere a ella. Una sería la referencia a una obra conocida, o conocible, y otro sería la referencia a una obra desconocida y normalmente inexistente. En el primer caso, el texto visual importa o aporta elementos al literario; en el segundo el literario se centra o se concentra en el visual (al no poder presuponerlo, claro) y se da un fenómeno curioso, que nos sumergimos en un mundo dentro del mundo, casi olvidándonos del primer nivel narrativo. Por eso, creo, es frecuente que en las écfrasis de este otro tipo los cuadros muchas veces empiezan a moverse de una manera que sería "imposible" en una imagen supuestamente fija, como sucede ya desde el escudo de Homero en la Ilíada... huy que me enrollo, me encanta este tema, Magda. Ah, y gracias por el banner, me he llevado una sorpresa, y me ha emocionado verlo: un abrazo.

Magda Díaz Morales dijo...

Lo interesante de la écfrasis, José Ángel, entre muchas cosas más, es la sensación de profunda emoción cuando, como lector y/o crítico, la descubres: mil luces se prenden en ti y la emoción es inmensa. No es facil descubrirla, pero si fascinante hacerlo.

Pensé que ya habías visto tu botón antes, quedó bello ¿verdad? me da gusto que te gustara, lo hice con cariño :)

Anónimo dijo...

Pues no, no lo había visto, lo que prueba que muchas veces sólo vemos lo que vamos predispuestos a ver. Creía que los botones los cogías de las bitácoras en cuestión, y como yo no tenía... pero ya veo que te trabajas la estética del blog con lima fina, no podía ser de otra manera, claro :>

Magda Díaz Morales dijo...

José Ángel, si gustas tómalo y ponlo en tu bitácora, para quienes deseen enlazarte con botón lo hagan.

Si, todos y cada uno de los botones los hago, es como algo muy personal, al menos para mi es una forma de darles un poco de lo mucho que ustedes me dan a mi.

Muchos besitos.

Anónimo dijo...

Olá, chamo-me Sara.

Fazia uma pesquisa sobre a ecfrasis e eis que chego aqui! Muito gosto em ler o seu texto.

E agora vou fazer o que preciso: a ecfrasis na ficção alegórica barroca.

Magda Díaz Morales dijo...

Muchas gracias, Sara.

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