tag:blogger.com,1999:blog-165178002024-03-07T20:37:06.705-06:00Apostillas literariasMagda Díaz Moraleshttp://www.blogger.com/profile/16662759194132255220noreply@blogger.comBlogger886125tag:blogger.com,1999:blog-16517800.post-45101542238158721322023-02-15T17:38:00.000-06:002023-02-15T17:38:02.840-06:00Mi gatoA mi gato se le cayeron ya todos los dientes<div>y se esconde bajo un mueble bajito. </div><div>Imagino su angustia </div><div>al recordar cómo le huían las arañas y las sombras, </div><div>cómo le temían las ventanas y los pájaros. </div><div><br /></div><div>Perdió sus dientes</div><div>y se siente solo, siente el peso de cubeta honda</div><div>que es el tiempo. </div><div>Sus dientes eran su compañía, </div><div>su mejor amigo, </div><div>su huella digital sobre las cosas.</div><div><br /></div><div>¿Cómo le explicas a un gato </div><div>qué es la vejez? </div><div>¿Cómo le dices que sólo ocurre? </div><div>Que un día abres los ojos y ahí está. Eres viejo.
La identidad es algo que no se pierde </div><div>excepto con el tiempo, con la vejez, con ir dejándonos en las personas.</div><div> </div><div>Mientras escribo esto</div><div>mi gato está bajo una silla, huyendo de las arañas, </div><div>escondiéndose de las sombras de los insectos que le temían,</div><div>ocultándose avergonzado de los pájaros y las ventanas, </div><div>asustado de su nueva posición en el mundo, </div><div>aterrado de sentir sus encías deshabitadas, desalojadas sorpresivamente, </div><div>intentando despertar y despertar; </div><div><br /></div><div>despertar </div><div>y que sus colmillos sigan ahí, prestos, dirigentes, altivos.</div><div>Ahora quiere volver a ser un gato </div><div>y no puede.
Ahora quiere devolverle a su hocico lo felino </div><div>y no puede, </div><div>no logra volver a ser un gato. </div><div><br /></div><div>Y yo, que desde hace años hablo humano roto, </div><div>intento inútilmente ocupar </div><div>en su corazón
el sitio que su dentadura ocupaba. </div><div><br /></div><div>¿Cómo explicarle a mi gato </div><div>que la vejez no sólo te quita sueños, no sólo encoge la esperanza? </div><div><br /></div><div>Bajo su silla, </div><div>bajo la seguridad protegida de su silla,
mi gato me explica </div><div>lo que es la vejez. </div><div><br /></div><div>De: A. E. Quintero, <i>Aquí podría caber todo el amor que nos tuvimos</i>, </div><div>México, Editorial De Otro Tipo, 2023.</div>Magda Díaz Moraleshttp://www.blogger.com/profile/16662759194132255220noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-16517800.post-56570572164000941262022-04-03T19:04:00.003-05:002022-04-03T19:04:42.764-05:00Elena Garro y Octavio Paz<div style="text-align: justify;">La novela epistolar de Paz y Garro</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Los admiradores de Elena Garro y Octavio Paz estamos ávidos de saber cómo se produjo su tránsito de la pasión al desamor y del desamor al odio. Se han disipado ya muchos misterios sobre el tema, porque el conflicto de la pareja no terminó después de su muerte: lo han prolongado los hombres y las mujeres de letras que toman partido por alguno de los cónyuges, argumentando, por un lado, que Octavio cometió mezquindades imperdonables (intentos de frenar o desalentar la vocación literaria de su esposa, desapego a la hija que procrearon, etc.) y por el otro, acusando a Elena de mitómana y difamadora obsesiva (abundan las pruebas al respecto, pero las feministas dogmáticas, al grito de “yo sí te creo”, las ignoraran con tozuda sororidad). </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">La reciente publicación de <i>Odi et amo</i>: las cartas a Helena, publicadas por Guillermo Sheridan, ofrece inéditos y valiosos elementos de juicio para entender mejor las afinidades y las discordias de esta legendaria pareja, pues reúne muchas de las cartas que Paz escribió a la Garro entre 1935 y 1945. Por desgracia, las de Elena se perdieron o estás arrumbadas en el archivo del poeta, que por ahora nadie puede consultar. Joven Pigmalión, Octavio Paz se propuso desde el inicio de su noviazgo transformar a una joven bailarina frívola, con un ingenio despierto y una gran pasión por la lectura, en una sacerdotisa del amor loco, al que debía entregarse por completo, renunciando a bailar en público, a la carrera de Letras, a la posibilidad de hacer carrera en el cine y a cualquier otra actividad corruptora que pudiera alejarla de su deber sagrado. </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Empezó por modificar su nombre, añadiéndole la h que figura en el título, y luego quiso convencerla de que había nacido para idolatrarlo: “Octavio Paz no es para ti sino una tangible forma de tu destino: no amabas en mí sino a tu destino, a tu pasión, a lo más valioso de tu vida”, declara modestamente en una de las primeras cartas, invirtiendo los términos del cortejo tradicional, donde el amante es siervo de la amada y le rinde vasallaje. Si lo más valioso de Elena es él, ¿no tenía esa muchacha virtudes propias? Hasta la alegría de su novia significaba un enemigo a vencer, pues lo relegaba a segundo plano. “No quiero que vivas sino en mí”, le ordena más adelante, y en un arrebato de pasión, al recriminarla por juntarse con gente de teatro, pretende conocer mejor que Elena su verdadero carácter: “Estás conmovida por mil Helenas que aborrezco, porque son puras invenciones, Helenas que me olvidan y que traicionan a la mujer, a la verdadera Helena”. </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">En aquella época, Paz no era el único hombre que enamoraba mujeres imponiéndoles su voluntad látigo en mano: vivía en un contexto sociocultural machista, donde prevalecía ese tipo de cortejo. Pero a la luz de estas cartas da la impresión de que se impuso a Elena sin persuadirla del todo. Apenas podemos inferir las réplicas de Garro por algunos comentarios del poeta y sería muy interesante que alguna escritora emprendiera la tarea de elucubrarlas. Por los berrinches de Paz podemos inferir que Elena recurrió muchas veces a la burla como un recurso defensivo. El apodo que le endilgó, “Tavucho”, y la retadora confesión de sus desobediencias (nunca abandonó el mundillo teatral, pese a los regaños de Paz), indican que, en ese intercambio epistolar, el humor y la insolencia corrían por cuenta de la futura dramaturga. </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Las cartas del poeta, en cambio, pecan de una solemnidad insufrible, tal vez porque desde entonces arrastraba un prejuicio contra el humor. En un diario juvenil escrito en aquellos años reprochó a una adolescente imaginaria muy semejante a Elena: “Detrás de su frivolidad hay una conciencia muy clara; quiere destruir con su impertinencia el mundo de los hombres, vencerlos, arrebatarles su profundidad”.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Puede ser que las mujeres, entonces y ahora, quieran arrebatarnos la profundidad, en caso de que la tengamos, ¿pero no sería insoportable la vida si todo fuera tan serio y sublime como quería Paz? ¿Algún hombre podría vencer el narcisismo si no fuera por esas impertinentes? En cuanto al valor literario de las cartas, mejora mucho durante la estancia de Paz en Yucatán, donde fundó, con otros camaradas comunistas, una Escuela Secundaria Federal Para hijos de Trabajadores patrocinada por la SEP. En ese año crucial de su vida, 1937, comienza a encontrar una voz propia, y en sus cartas afloran admirables metáforas eróticas hilvanadas a vuelapluma: “Eres verde, tienes verdes años y verde corazón, ojos como el trigo, con un dulce resplandor violento, de gacela o llama de cal, una llama que tú no conoces, terrenal y líquida”. </div><div style="text-align: justify;">Al comparar estos arrebatos de ternura con la posterior involución de la pareja, me vino a la memoria el verso proverbial de Eduardo Lizalde: “Que tanto y tanto amor se pudra, oh dioses”. </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Enrique Serna </div><div style="text-align: justify;"><i>Milenio</i> </div><div style="text-align: justify;">26.11.2021
</div>Magda Díaz Moraleshttp://www.blogger.com/profile/16662759194132255220noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-16517800.post-67777441911012970402021-09-05T13:01:00.009-05:002023-03-12T13:59:23.445-06:00El jardín de las tumbas vacías<p style="text-align: justify;"> La novela corta, <i>El jardín de las tumbas vacías</i> es del ensayista,
narrador, poeta y traductor mexicano, <a href="http://elvinoylahiel.blogspot.com/" target="_blank">Agustín Cadena</a>. Está publicada por
Cipselas: México, 2020. Con ilustraciones de María Fragoso.
</p>
<p style="text-align: justify;">
En este momento recuerdo las palabras de Umberto Eco: "Ciertas novelas se
vuelven más bellas cuando alguien las cuenta, porque se convierten en ‘otras'
novelas". Estoy segura de que lo que yo comente sobre la novela no la volverá
más bella, es imposible, sólo deseo tener el placer de comentarla con todos
ustedes.
</p>
<p style="text-align: justify;">
<i>El jardín de las tumbas vacías</i>, leemos en la portada. El título (o
paratexto) rodea el libro, nos hace detenernos y desde ahí presentir cuál será
la configuración del relato. ¿Es sobre muertos? ¿sobre panteones? ¿sobre
jardines donde no hay muertos enterrados? En ese momento en el que estamos
preguntándonos todo esto, vivimos un intercambio de tres intencionalidades: la
del autor, la de la obra y la del lector. Al conocer el título nos hacemos
conjeturas sobre la intención de la obra, pero no queremos que nuestra
interpretación resulte aventurada. Este título nos persuade y su persuasión
nos lleva a adentramos a una novela contada en primera persona: es el
narrador-personaje quien nos cuenta su propia historia, una historia que
conoce muy bien pues participa en ella. Nos la cuenta con sus propias
palabras, nos relata lo que hace, piensa, siente, observa y sueña o cree que
sueña.
</p>
<p style="text-align: justify;">
Voy a detenerme unos instantes en la descripción de las acciones para
descubrir esta estructura del universo representado y comprender más
claramente la intencionalidad del relato: Desde el castillo, que es el aquí y
ahora narrativo, el Narrador-Personaje nos informa que él y su pareja, Luisa,
un día soñaron venir a conocer este castillo, lo tenían como la opción ideal
para una luna de miel si llegaban a casarse. Pero, finalmente, ya no hubo
matrimonio ni viaje ni hallaron una razón para seguir juntos, por el
contrario, están por separarse, y la idea de separarse fue precisamente de él.
Ella, en cambio, propone hacer un viaje de despedida precisamente al castillo,
era el último regalo que se iban hacer el uno al otro. Y hacen un trato,
“terminadas las vacaciones, cada quién haría su vida”. El Castillo está en
medio de las montañas, posee ese “esplendor lánguido del viejo imperio”, se
nos dice, es un hotel rodeado de coníferas donde “por sus alfombras se
arrastraban pasos ya idos, ecos sofocados, roces de crinolinas”. También, se
destacan las historias de fantasmas que lo habían hecho famoso.
</p>
<p style="text-align: justify;">
La narrativa de Agustín Cadena siempre me ha parecido prosa poética, recuerdo,
por poner un ejemplo, cuando en una de mis novelas preferidas de su autoría,
<a href="http://apostillasnotas.blogspot.com/2019/01/la-casa-de-los-tres-perros-de-agustin.html" target="_blank">La casa de los tres perros</a>, nos describe las emociones de esos jóvenes fantasmas que habitan en el
edificio, un edificio donde conviven vivos y muertos. La descripción de esas
emociones es realmente un poema. En esta novela que nos ocupa, es como si
pintara las palabras: detalla la forma, el tamaño, la impresión que un objeto
o un aroma le produce al personaje, y lo hace poéticamente, leemos: “Llegamos
aquí a finales de agosto, cuando más verdes se veían las montañas, el lago
lucía un hermoso color menta, y la avenida de castaños que llevaba al castillo
estaba llena de follaje. Por todas partes había flores: macizos de petunias y
geranios, campánulas. Los rododendros eran un incendio de flores rojas, rosas,
anaranjadas, amarillas...” (6). Nuestros sentidos se abren al leer esto,
podemos percibir el olor, ver los colores, sentir la suavidad de las flores,
esa belleza del lugar como si estuviéramos ahí junto al personaje que nos
comparte su percepción. Las emociones entran a nuestro interior porque son una
acción estética que viene desde la literatura directa hacia nosotros.
</p>
<p style="text-align: justify;">
Los protagonistas, son una pareja de mexicanos, los dos hijos mimados de
parejas ricas y que odian a sus padres pero que no odian el dinero de esos
padres. Estarán en el Castillo por tres meses, durmiendo cada uno en su lado
de la cama, con rutinas establecidas para estar claros y establecer
distancias. Los primeros días no fueron fáciles para ellos, pero después de
unas semanas sobrevino lo que se podría llamar una reconciliación: pasan más
tiempo juntos en las sobremesas, y hasta le surge a él la idea de pintar un
retrato a Luisa. Un día, mientras hace esta tarea, escucha la voz de un niño
pelirrojo, de unos 9, 10 u 11 años, Alex. El niño mantiene una breve
conversación con Luisa, y le regala una pelota de golf que traía consigo.
</p>
<p style="text-align: justify;">
Antes de continuar, hablaré brevemente de los personajes. Respecto a Luisa, es
el N-P quien nos detalla cómo es: una mujer observadora, expectante, con una
sensualidad ya de tiempo ahogada, con vestidos largos y tétricos, que no sabía
quién era, narcisista, una déspota encantadora que había tenido un hijo a los
17 años y que había muerto, que se ha pasado bebiendo todas las noches, bella,
con la mirada preñada de tristeza y con el instinto maternal atrofiado. Él: es
pintor, no le gustan los niños, es anafrodita, le gusta acompañar a una mujer
que va de compras, le harta todo eso que va con el amor (la curiosidad por la
vida del otro, la ternura convertida en hábito, los sueños, etc.), y es un
hombre al que no le gustan los besos porque le parecen asquerosos.
</p>
<p style="text-align: justify;">
Con toda esta carga configurativa, una noche Luisa propone bajar al pueblo y
emborracharse juntos. Caminan por toda la orilla del lago y cuando son poco
más de las 11 llegan al primer antro: The Sick Rose (la rosa enferma, en
español). Quiero destacar, que es interesante que el nombre del antro es el
nombre de un famoso poema de William Blake. Las intertextualidades e
interdiscursividades en la obra de Agustín Cadena, las vamos a encontrar
mucho, hay que estar atentos a ellas.
</p>
<p style="text-align: justify;">
En este bar conocen a una pareja gay, italianos, que les cuentan algunas
historias de fantasmas que han hecho famoso al hotel, como aquel “flautista
que subía al elevador junto con los huéspedes, especialmente si iba uno solo;
tocaba una música rara y silenciosa, como la que se escucha en los sueños
cuando sueña uno con música. Se bajaba en algún piso y se iba por los pasillos
tocando esa flauta que nadie oía”. O aquella “suite de la cual salía a veces
ruido de fiesta: música de radio de la época de la guerra, voces de hombres
que conversaban animadamente, risas alegres de mujeres embriagadas, chocar de
copas, tintineo de cubiertos. Pero no había nadie adentro; la administración
llevaba años de no dar esa suite a ningún huésped”. Estas historias ponen
nerviosos a nuestros protagonistas, salen del bar temblando. Es una noche muy
agradable para los dos, la pasan bien. Es entonces, cuando el N-P empieza a
hacer una analepsis y recuerda cómo se conocieron en aquella galería de la
zona rosa y qué fue lo que le llamó la atención de Luisa. Mientras recuerda,
por fin él termina de pintar el cuadro donde aparece ella.
</p>
<p style="text-align: justify;">
En esta novela, como en otras obras del escritor, ya lo he dicho antes,
sentimos vibrar la naturaleza humana, los sentimientos de seres que anhelan
amor, compañía, comprensión, que pueden padecer, como Luisa, la indiferencia y
frialdad de un anafrodita que, al carecer de apetito sexual, puede llegar a
ser cruel y frio ante las necesidades de su pareja. Luisa, nos dice él: tenía
“un dolor que no cesaba, un dolor sordo, estancado. Era como si ella hubiera
decidido ya no dejarlo ir. Se había instalado en sus ojos, en su sonrisa y la
había cambiado toda”. No obstante, Luisa anima al N-P para llevarlo a, dice de
manera coqueta, “un lugar que puede interesarle”. Y este lugar “Era un
cementerio en miniatura, un lugar encantado donde, entre musgos y hongos,
destacaba una docena de tumbas blancas, perfectamente bien hechas, de diez
centímetros de largo” que estaba muy cerca de un internado para señoritas
donde enseñaban valores inalterables. Algo sucede entre Luisa y él, nuestro
narrador personaje la vuelve a ver hermosa después de este descubrimiento.
</p>
<p style="text-align: justify;">
Una noche en el The Sick Rose conocen a Evgeni, un ruso seductor que se acerca
a la pareja en una ocasión que están en ese bar. Quiero comentar algo que me
llamó la atención en esdte encuentro: Evgeni les recomienda el restaurant
Walpurgisnacht para que vayan a comer, el nombre en español traducido del
alemán sería “Noche de Walpurgis”, “Walpurgis: Es una fiesta, según leí, de
origen pagano muy arraigada en Suecia, Finlandia, Alemania, Estonia, República
Checa o Escocia. La noche de Walpurgis nació como oposición a la fiesta de
Todos los Santos, que se celebra el 1 de noviembre. La leyenda cuenta que, esa
noche, las brujas vuelan sobre escobas a Brocken (bruquen), la montaña más
alta de la Sierra del Harz, en el Estado alemán de Sajonia-Anhalt. Allí, las
brujas invocaban al diablo en grandes aquelarres”.
</p>
<p style="text-align: justify;">
Nos damos cuenta qué todo esto concuerda con el ambiente de fantasmas, enigmas
y secretos: cuartos misteriosos, colegios en la montaña, las niñas del
internado que solo tienen permiso para salir en noches de luna, las tumbas de
10 cm de largo, el vino de llorar, la pintora que muere en el bosque atacada
por una manada de lobos porque le gustaba caminar de noche, y cuyo nombre
figura en una de las pequeñas tumbas, que pinta un cuadro donde un niño
flotaba ahogado en un agua oscura, y con el título, traducido al español como
“No estoy saludando, sino ahogándome”, luego las urracas blancas, las brujas
(como souvenir del pueblo), el niño ahogado del cuadro parecido a Alex, etc.
Todo esto es muy significativo en la novela, nos ayuda a percibir u observar
una configuración de figuras que se van expandiendo a lo largo de la narración
que nos facilita advertir el ámbito de valores que la novela como signo
comunica.
</p>
<p style="text-align: justify;">
El ruso seductor se prenda de Luisa. Y sirve como medio para que el NP y Luisa
se reconcilien. Un tanto perversa la cosa, la escena de cuando llega Luisa de
estar íntimamente con el ruso seductor es un tanto descarada; sin embargo,
lleva a esa reconciliación con el N-P totalmente inesperada
</p>
<p style="text-align: justify;">
En esta novela, y en otras obras de Agustín Cadena, se da la historia dentro
de la historia, lo que en narratología se llama metadiégesis o narración en
segundo grado. La encontramos en lo que parece un sueño o tal vez una
realidad, no se sabe: es la historia de cuando Luisa se sale desnuda y llega
al internado, salen las niñas y todas bailan, se da un ritual bárbaro donde
Luisa es la sacerdotisa y de pronto llega otra niña con Alex de la mano que
parecía drogado o dormido. También hallamos otra historia dentro de la
historia en lo que el N-P ve como una película en la que sólo fue
espectador... y que es una historia cargada de perversión (Lo que hace Luisa
con Alex y lo que cree sobre él, resulta aterrador...).
</p>
<p style="text-align: justify;">
Hay algo que asombra: Se asustan cuando la pareja gay les cuenta sobre los
fantasmas (cuando salen del bar hasta se toman de la mano y van temblando)
pero nada les pasa o les da miedo con el por qué y el cómo de la muerte del
niño ¿Qué sucede? Veamos: Cuando se conocen, él se enamora de Luisa porque
descubre que es una déspota encantadora y una completa narcisista, y se
vuelven a unir, primero, después de lo que sucede con el ruso y después, y
definitivo, con lo que sucede con Alex. ¿Perversión? ¿Por qué no quieren irse
del lugar? Hubieran sido felices de haberse quedado para siempre... Toda una
atmósfera de exotismo, misterio y miedo...
</p>
<p style="text-align: justify;">
Me quedo pensando, para terminar, en esa relación que existe entre el cuadro
de la pintora muerta, Georgina Maciver, el cuadro titulado “No estoy
saludando, sino ahogándome”, y lo escalofriante sucedido con Alex... Pero esto
llevaría a realizar todo un ensayo.
</p>
<p style="text-align: justify;">Es una gran novela de un admirable escritor.</p>
<p></p>
<p style="text-align: justify;">
Nota: <i>El jardín de las tumbas vacías</i> es una novela que surge a partir
de “El castillo”, uno de los cuentos reunidos en
<a href="http://apostillasnotas.blogspot.com/2011/08/las-tentaciones-de-la-dicha.html" target="_blank">Las tentaciones de la dicha</a>, libro del autor aparecido en 2010.
</p>
<div class="separator" style="clear: both;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg9KipW5HjfMzmsxtkn3kNor5Uu8UyG6pz7y3kpkLveK0mM2HrQcDF4ibLK8-A6db7SkTkbdEz_SQJfXEXZSfBJ53itkn7y-PUwaoNN7mpyV384P7ZkzMtMFJFex1EbEAMq65M2/s800/Jardin+de...+Agustin+Cadena.jpeg" style="display: block; padding: 1em 0px; text-align: center;"><img alt="" border="0" data-original-height="800" data-original-width="510" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg9KipW5HjfMzmsxtkn3kNor5Uu8UyG6pz7y3kpkLveK0mM2HrQcDF4ibLK8-A6db7SkTkbdEz_SQJfXEXZSfBJ53itkn7y-PUwaoNN7mpyV384P7ZkzMtMFJFex1EbEAMq65M2/s400/Jardin+de...+Agustin+Cadena.jpeg" /></a></div>
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Magda Díaz Moraleshttp://www.blogger.com/profile/16662759194132255220noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-16517800.post-77000422978035822922021-08-06T12:30:00.002-05:002021-08-06T12:30:17.823-05:00Los fantásticos libros voladores...<div style="text-align: center;"><iframe allow="accelerometer; autoplay; clipboard-write; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture" allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/Ad3CMri3hOs" title="YouTube video player" width="560"></iframe></div>Magda Díaz Moraleshttp://www.blogger.com/profile/16662759194132255220noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-16517800.post-54103384834602784802021-07-23T18:20:00.003-05:002021-07-23T18:20:33.103-05:00La rosa enferfmaEstás enferma, Rosa <div>El gusano invisible<div>que vuela en la noche </div><div>en la tormenta aullante
<p></p>
ha encontrado tu lecho </div><div>de placer carmesí </div><div>y su oscuro amor secreto </div><div>tu vida destroza
</div></div><div><br />
William Blake </div><div>(<i>Canciones de Inocencia y de Experiencia</i>, 1794)
</div><div><br /></div>Magda Díaz Moraleshttp://www.blogger.com/profile/16662759194132255220noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-16517800.post-36312593341879275092021-07-01T17:47:00.000-05:002021-07-01T17:47:01.811-05:00El deseo sexual... Berger"El deseo sexual, si es recíproco, origina un complot de dos personas que hace frente al resto de los complots que hay en el mundo. Es una conspiración de dos. El plan es ofrecer al otro un respiro ante el dolor del mundo. No la felicidad sino un descanso físico ante la enorme responsabilidad de los cuerpos hacia el dolor.
En todo deseo hay tanta compasión como apetito. Sea cual sea la proporción, las dos cosas se ensartan juntas. El deseo es inconcebible sin una herida. Si hubiera alguien sin heridas en este mundo, viviría sin deseo.
El deseo anhela proteger al cuerpo deseado de la tragedia que encarna y, lo que es más, se cree capaz. La conspiración consiste en crear juntos un espacio, un lugar, necesariamente temporal, para eximirse de la herida incurable de la carne. Ese lugar es el interior del otro cuerpo. La conspiración consiste en deslizarse al interior del otro, allí donde no se les pueda encontrar. El deseo es un intercambio de escondites”. <div><br /></div><div>John Berger </div><div><i>Esa belleza</i>, 2005
</div>Magda Díaz Moraleshttp://www.blogger.com/profile/16662759194132255220noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-16517800.post-6060778374447066882021-04-18T19:24:00.005-05:002021-04-18T19:31:22.508-05:00El café de nadie. Los estridentistas<div style="text-align: justify;">El café de la Colonia Roma en la Ciudad de México, donde se reunían escritores y pintores hace 100 años.</div><div style="text-align: justify;">En la colonia Roma existió un café, hoy casi olvidado, donde se escribieron algunas páginas de obras como <i>La señorita Etcétera</i> de Arqueles Vela y<i> Andamios interiores</i> de Maples Arce. Los artistas vanguardistas de la década de 1920, llamados estridentistas, lo bautizaron como Café de Nadie e hicieron de él la sede de sus tertulias. Abundaba café, alcohol y cigarrillos, considerados estimulantes intelectuales.
</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Hace cerca de cien años, durante la década de los “alegres veintes”, cuando la Roma era apenas una colonia naciente de la Ciudad de México, existió en una de sus calles un lugar donde la realidad se hundía entre las tazas de café de los artistas. En la avenida Jalisco número 100, hoy Álvaro Obregón, había un rótulo que lo anunciaba como Café Europa, pero una vez que la literatura se coló hasta su cocina fue conocido como Café de Nadie.
“Es un Café sombrío, huraño, sincero… De nadie. Por eso (Febronio) Ortega le ha llamado así. No soporta cierta clase de parroquianos, ni de patrones, ni de meseros”, explicaba Arqueles Vela en <i>El Universal Ilustrado</i> de 1924, “No es de nadie. Nadie lo atiende, ni lo administra. Ningún mesero molesta a los parroquianos. Ni les sirve... Hemos ido evolucionando hasta llegar a ser ese nadie”.
Él era un personaje frecuente de aquel café que, decía, parecía parte de una “ciudad petrificada” con “paredes de tiempo”, donde no existían leyes físicas, las personas y objetos ascendían entre “cigarrillos intelectuales” y “el alcohol que destilan las tardes”.
Arqueles Vela contaba que ahí nació el estridentismo, un movimiento artístico literario fundado por el poeta Manuel Maples Arce a principios de 1922, buscaba, como lo sugiere su nombre, causar un estruendo, romper con la tradición.</div><div style="text-align: justify;">
Según los investigadores Marco Frank y Alexandra Pita González, Maples Arce quería “una renovación radical de la poesía y del arte” para el México posrevolucionario, al modo de las vanguardias europeas, mediante provocaciones, polémicas y el uso de la prensa. Aunque su naturaleza era el escándalo, los estridentistas encontraron inspiración en el silencio del Café de Nadie, con cuyo nombre todos estaban de acuerdo, menos su dueño, según afirmó un periodista anónimo de <i>El Universal Gráfico</i> en 1924. “Manuel Maples Arce se enseñoreó de aquel café bohemio y callado, donde resonaban los pasos como en la nave de un templo… Quería desfigurar la máscara de la poesía haciéndola más real o más incongruente todavía”, escribió Argos en <i>El Universal Ilustrado</i> de 1926.
</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Lo documentado sobre el Café de Nadie se sirve acompañado con pedazos de ficción. El escritor Germán List Arzubide imaginó, por ejemplo, una suerte de mito fundador:
“Una noche lamida por la llovizna, Maples Arce salió en recurso de un lugar cordial para su pensamiento; iba por la Av. Jalisco, cuando al pasar por una puerta, sintió la soledad de un establecimiento que lo invitaba a pasar; penetró, saludó, seguro de que no había ninguno que le respondiera, y se sentó a la mesa; luego fue a la pieza siguiente, donde en una cafetera hervía el zumo de las noches sin rumbo y se sirvió una taza; regresó a su mesa y bebió en el tiempo su café. Al concluir, regresó la taza a su sitio, puso en el contador el precio que solicitaba su tarifa y se marchó. Había descubierto El Café de Nadie”. Sin embargo, en sus memorias, Maples Arce relata otra versión sobre su primer encuentro con este local al que llegó durante un paseo nocturno, lo describía cómodo y agradable, con varios salones, acabados de madera oscura y un jardín interior.
“Esta tranquilidad era exactamente lo que yo necesitaba. Mi búsqueda de soledad y silencio me hacía utilizar el sótano de mi casa destinado a los baúles vacíos. Este café fue mi refugio. Allí nadie me molestaba ni interfería y no pocas veces salí de él sin que el camarero hubiera aparecido. Necesitaba palmotear insistentemente y ni así se presentaba. Desde entonces fui a instalarme en dicho café para leer y escribir los artículos de la revista, particularmente cuando el mal tiempo interrumpía mi habitual paseo y la lluvia tamborileaba en las vidrieras”.
Según el cronista Marco Antonio Campos, esta historia es “más realista y más fiel a la verdad pero mucho menos bella”.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">
El alimento estridentista</div><div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Cafeína y nicotina fueron el alimento estridentista. Maples Arce había leído en las obras europeas que el café y el tabaco eran estimulantes intelectuales. En 1920 llevó el hábito de beber café desde Veracruz a la Ciudad de México, detalla Elissa J. Rashkin en <i>La aventura estridentista</i>, “junto con sus ideas políticas y sus ambiciones literarias, lo que sin duda contribuyó al insomnio que con tanta frecuencia describía en sus poemas”.
La historiadora Victoria Aupart, explica en entrevista sobre lo que distingue a esta bebida de otras: “el café dentro de sus propiedades estimulantes es una droga, una bebida con cierta alteración en el sistema nervioso, no pone a uno inconsciente, que el café altere los nervios da una lucidez inusitada”. Además, comenta que en los cafés del siglo XX la dinámica trascendía la plática, eran espacios para el ocio, la dispersión, la intelectualidad, la espiritualidad o incluso la soledad.
En <i>Soberana juventud</i>, Maples Arce relata que la vida veracruzana se mezclaba con la de los cafés, a los cuales consideraba una “universidad libre y liberal”: “en ellos saludamos a los amigos, nos enteramos de la noticia del día, cambiamos impresiones y discutimos”.
En medio de esa aventura cafetalera, Maples Arce frecuentaba uno llamado Nuevo Mundo, al que iba después de la escuela: “Mi paso por el café era advertido por un reguero de colillas, pues entonces acostumbraba fumar insistentemente mientras repetía las tazas de café”.
Tal retrato pintaba que en una ocasión le dedicaron una calavera literaria: “Murió de neurastenia literaria / este poeta temblón y cafetero, / que vivió siempre solo, cual un paria, / llevando un piloncillo por sombrero.” </div></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">En su artículo “El Café de nadie como espacio de sociabilidad del movimiento estridentista”, Marco Frank y Alexandra Pita exponen: “La tradición del café literario, en donde los intelectuales y los escritores se intercambiaban ideas, novedades y escritos, ya se acostumbraba en Europa desde el siglo XIX, y había evolucionado con el tiempo, así como evolucionaba la figura del intelectual”.
En esa época había otros cafés como el Café Tacuba, la Flor de Mayo, El Principal y Las Olas Altas, además del español Tupinampa, el cual resultó insoportable para algunos artistas, explica el investigador Marco Antonio Campos, pues “¿Qué mexicano aguanta la conversación estruendosa de los españoles aun cuando formen un grupo llamado estridentista?”
El Café de Nadie compartió la avenida Jalisco con otros sitios históricos. Ahí vivió el presidente Álvaro Obregón, en el número 185, después de su asesinato, en 1928 la vía fue rebautizada con su nombre; a un lado, en el 187, tenía su casa Conchita Acevedo, la monja acusada de ser la autora intelectual del atentado que concluyó con su vida. Además, en el número 73, habitaba el poeta Ramón López Velarde, a quien Maples Arce visitaba con frecuencia.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">La colonia Roma de aquellos años tenía avenidas de estilo europeo, anchas y arboladas como las de París, dicen Frank y Pita, “no debe entonces sorprender el atractivo que un café ubicado en esta colonia representaba para los jóvenes vanguardistas”. La colonia había nacido en 1902 y estaba pensada para la burguesía pre y pos revolucionaria.
Los autores explican que había otros sitios de reunión para los estridentistas, como el departamento-taller de Germán Cueto, la librería de Cesar Cicerón, la Academia de Bellas Artes y sus oficinas en la calle Donceles 19, no obstante, “el Café de Nadie fue el más reconocido por los propios estridentistas como el lugar privilegiado y aquel que los identificaba mejor”.
</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">
La literatura del Café de Nadie </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">
Los estridentistas eran “el grupo de vanguardistas por excelencia en México”, afirma Marco Antonio Campos. Además de Maples Arce, Germán List Arzubide y Arqueles Vela, eran parte del movimiento (y posibles visitantes del Café de Nadie) el poeta Salvador Gallardo, el periodista de <i>El Universal</i> Febronio Ortega, los músicos Manuel M. Ponce y Silvestre Revueltas; colaboraban con pintores como Diego Rivera, Leopoldo Méndez, Germán Cueto, Ramón Alva de la Canal, Jean Charlot y Fermín Revueltas.
En 1924 Arqueles Vela describió que el Café de Nadie era un “laboratorio intelectual y sentimental”, ahí encontraron comienzo dos de sus novelas: <i>La señorita Etcétera</i> y <i>El Café de nadie</i>.
En esta última obra, el autor empuja definitivamente al Café Europa en un universo literario, incluso describe sus alimentos hipotéticos: “Menú de hoy: Sopa de ostiones, huevos al gusto, asado de ternera, chilacayotitos en pipián, ensalada, frijoles al gusto, dulce, té o café”.
Asimismo, en ese sitio Maples Arce escribió algunos poemas de<i> Andamios Interiores</i>. Según Frank y Pita, ahí se planeó la revista <i>Irradiador</i> y la exposición artística llamada la “Tarde estridentista”, en la cual Arqueles leyó fragmentos de la historia del <i>Café de Nadie </i>y se expusieron obras de Jean Charlot, Leopoldo Méndez, Ramón Alva de la Canal y Germán Cueto.
Jerónimo Coignard redactó en 1924 una “epístola estridentista” en <i>El Universal Ilustrado</i>, donde contaba el “consejo cósmico” que le dio alguna vez Arqueles: “procuro ‘arrancarme el cerebro y lanzarlo al infinito’, para penetrar hasta la hipodermis de estas cosas subjetivas”.
En este modo, de acuerdo con Frank y Pita “el café fue también una especie de oficina y de taller literario artístico”; asimismo fue un espacio de reunión donde circulaban las novedades europeas, las ideas y obras estridentistas. </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">En 1926, Silvestre Paradox, seudónimo de Arqueles Vela, habló sobre la aparición de una nueva bohemia que prefería la vida ajetreada y acudía a los “quick lunch”, restaurantes al estilo estadounidense donde las tertulias se hacían con hot cakes:
“Las reuniones literarias y artísticas ya no se hacen alredor de la mesa del café más recóndito, más destartalado, más inmóvil, como aquellas de que nos hablan los libros… Asistiendo a las tertulias de los literatos modernos, apenas se cree que hayan existido las de la Maison Raté, del Café de Nadie, del Café de Tacuba y las de aquellos otros cafés que albergaron, en un tiempo, el humo de las pipas, las rebeldías y las ensoñaciones de los escritores jóvenes”.
También lee: Los quick lunch, donde las tertulias se hacían con hot cakes.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Ese mismo año, el periodista Argos escribió una frase que bien podría colocarse en el obituario de este sitio de la antigua avenida Jalisco que hoy ha olvidado ese nombre: “Aquel café bohemio y callado—peldaño de una escuela de poetas—, aquel Café de Nadie, lleno de resonancias y de hondos recuerdos perceptivos, pasó de moda y fue el Café de Todos”.
Un año después, en 1927, terminó el periodo del estridentismo y la pista del Café de Nadie se perdió entre las páginas antiguas. Si visitamos el número 100 de la avenida hoy conocida como Álvaro Obregón encontraremos un establecimiento de hamburguesas y cervezas, donde quizá de vez en cuando sale a flote una tertulia.
</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">
Fuente: El Universal </div><div style="text-align: justify;">Texto: Nayeli Reyes Castro </div><div style="text-align: justify;">2021
</div>Magda Díaz Moraleshttp://www.blogger.com/profile/16662759194132255220noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-16517800.post-10427246711761527432020-10-08T10:15:00.005-05:002020-10-08T10:15:54.135-05:00Louise Glück, Premio Nobel de Literatura 2020<i>Amante de las flores</i> <div>Louise Glück </div><div><br /></div><div>En nuestra familia, todos aman las flores. <div>Por eso las tumbas nos parecen tan extrañas: </div><div>sin flores, sólo herméticas fincas de hierba </div><div>con placas de granito en el centro:
las inscripciones suaves, la leve hondura de las letras </div><div>llena de mugre algunas veces… </div><div>Para limpiarlas, hay que usar el pañuelo.</div></div><div><br /></div>
Pero en mi hermana, la cosa es distinta:
una obsesión. <div>Los domingos se sienta en el porche de mi madre
a leer catálogos. </div><div>Cada otoño, siembra bulbos junto a los escalones de ladrillo. </div><div>Cada primavera, espera las flores.
Nadie discute por los gastos. Se sobreentiende
que es mi madre quien paga; después de todo,
es su jardín y cada flor
es para mi padre. </div><div>Ambas ven
la casa como su auténtica tumba.
</div><div><br /></div>
No todo prospera en Long Island. <div>El verano es, a veces, muy caluroso, </div><div>y a veces, un aguacero echa por tierra las flores. </div><div>Así murieron las amapolas, en un día tan sólo,
eran tan frágiles…
</div>Magda Díaz Moraleshttp://www.blogger.com/profile/16662759194132255220noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-16517800.post-69644746125298973612020-03-29T09:22:00.000-06:002020-03-29T09:22:12.103-06:00¿Bañarse en Europa? Sandor Márai<div style="text-align: justify;">
¿Bañarse en Europa se consideraba infiel?</div>
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- ¡Los europeos tenían un olor insoportable a suciedad!
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El enviado de la Rusia zarista incluso describió al rey de Francia, Luis XIV ... "que su olor es más sucio que el de un animal salvaje".
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Los propios rusos fueron descritos por el viajero Ahmed Ibn Fadlan: "Lo más sucio de la creación de Dios no debe ser liberado de orina o heces". ¡El zar ruso Peter, orinó contra la pared del palacio en presencia de personas!
¡La reina Isabel, la primera en matar musulmanes en Andalucía, solo se duchó dos veces en su vida! Y destruyó los baños andaluces.
¡El rey español Felipe II prohibió bañarse en su país y su hija Isabel II juró no cambiarse la ropa interior hasta el final del asedio de una ciudad! ¡Que duró tres años y murió por eso!
¡Esto se trata de reyes, sin mencionar al público!
Estos perfumes franceses por los que París era famoso se inventaron para abrumar el olor apestoso, y debido a que esta inmundicia era un brote de enfermedad, la peste llegó a cosechar la mitad o un tercio de ellos cada período ... donde las ciudades europeas más grandes como "París" y "Londres", por ejemplo, una población de 30 o 40 mil como máximo, mientras que las ciudades islámicas excedieron la marca del millón.</div>
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"Los europeos debemos a los árabes obtener las causas del bienestar en nuestra vida pública", dice el historiador francés Drebar. "Los musulmanes nos enseñaron cómo mantener limpios nuestros cuerpos. Los musulmanes vestían ropas brillantes y limpias que algunos incluso los decoraban con piedras preciosas como esmeraldas, rubíes y corales, y se sabía que Córdoba abundaba con sus trescientos baños, mientras que las iglesias europeas veían el baño como un instrumento de incredulidad y pecado.
Gracias a los viajeros musulmanes y expatriados.
El nombre del cuarto de baño en inglés se atribuye a la glorificación de la memoria del musulmán indio Muhammad Bath, quien les enseñó cómo era
Ducha e higiene.</div>
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En: <i>Las memorias del escritor Sandor Márai</i>. Documentos oficiales de España entre 1561 y 1761.
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Cuando los españoles llegaron a México, se asombraron profundamente de que las personas de los pueblos originales se bañaran todos los días.</div>
Magda Díaz Moraleshttp://www.blogger.com/profile/16662759194132255220noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-16517800.post-30908131627801940142020-02-17T12:09:00.000-06:002020-02-17T12:10:32.458-06:00Consejos de Juan Rulfo a un aprendiz de escritor<div style="text-align: justify;">
Consejos de Juan Rulfo a un aprendiz de escritor</div>
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1953</div>
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Era 1953 y un periódico diario, ¿el <i>Zócalo</i> de Kawage Ramia?, había publicado la primera página más alegre y sombría del año, según el color ideológico del cristal con que se mirase, pero seguramente la plana más bestseller: “El padrecito Stalin estiró los tenis”,* a menos que fuese la muy contundente de otro diario, ¿tal vez <i>La Prensa</i>?, ** que solo decía en enorme letras: ¡YA!, y se decía que el poeta Efraín Huerta al enterarse, en medio del coctel de inauguración de una librería, había soltado el llanto, y algunos apostaban a que esa noticia era el trompetazo del comienzo del fin del bloque comunista, y otros, estuvieran a favor o en contra del comunismo, lo considerasen el sueño paradisiaco de la humanidad o la pesadilla de la historia, afirmaban que no, que el comienzo había llegado al mundo para quedarse por los siglos de los siglos, y era el tiempo en que casi todo escritor que se respetara tenía que ser, como se decía entonces, “escritor comprometido”, un adjetivo que traducía mal que bien la palabra francesa <i>engagé</i>, que según el anarcotrotsquista Bartolí debía traducirse como enganchado (enganchado por el comunismo, claro).</div>
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Yo me daba cuenta de que algo enorme había ocurrido, o estaba tal vez ocurriendo, o a punto de ocurrir, pero no pensaba mucho en ello, porque para mí la política era algo quizá importante pero lateral, y porque estaba una vez más llevando una vida airada y aireada, fuera del domicilio familiar por broncas con mi padre, que se empeñaba en que yo debía estudiar una carrera o trabajar en algo serio y según él la literatura era solo una afición, no una profesión, de modo que yo iba de un empleo esporádico en otro (agente de presentación de muestras médicas de laboratorios Kriya en los consultorios médicos, agente de venta a domicilio de las enciclopedias de la Editorial González Porto, corrector tipográfico para una tal Editorial Cumbre especializada en libros de deportes, actor eventual en melodramas radiofónicos de la XEQ y la XEB) y de una casa de huéspedes a casa de un amigo y vuelta a otra casa de huéspedes o a la misma, decidido a ser escritor o morir en el intento, y como lector había pasado de la pasión por Ramón Gómez de la Serna a la pasión por William Saroyan e imitaba los cuentos de éste escribiendo en las mesas de los cafés (en los dos Kiko’s, en el Madrid, en el Chufas de López) y porque acaba de pasar por una blenorragia adquirida en proceloso burdel de Meave y tenía la idea fija, arteramente infiltrada por algún libro seudocientífico, de que una enfermedad venérea queda latente para siempre y en realidad no se cura nunca y, por si todo esto fuera poco, estaba perdidamente enamorado de una chica polaca llamada Perla Obsen, hija de los dueños de una carnicería en la calle de López, y la seguía de lejos y no me atrevía a hablarle y le escribía cartas tan encendidas como respetuosas que entregaba al portero de su casa en López y Victoria y no sé si ella alguna vez recibió. Además, era el año en que descubrí o más bien me descubrieron a Juan Rulfo.</div>
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1954
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La familia vive ahora en Isabel la Católica 120 departamento 102. <i>Bambi</i>, Ana Cecilia Treviño, le regala una cámara de cine de 8 mm con la que filma escenas familiares y una “comedia”, <i>El suicida</i>, en la que interviene imitando a Chaplin y también actúan Raúl de la Colina y Chucho Servín.
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Peleado una vez más con su padre, vive un tiempo en la pensión de Vela, en la calle de Victoria, frente a la delegación de policía, pensión que más o menos describe en un cuento muy melodramático titulado “Caricias a un enfermo”.
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Una tarde, ¿julio, agosto?, en el cine París, viendo <i>El salario del miedo</i>, siente escozor en el pene: es una gonorrea que tardará en curarse y le causará depresión y asco vital, que después describirá en su cuento “Balada del joven enfermo”.
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Escribe “Si morir no tuviera ninguna importancia”, donde ya está la huella de Saroyan y que [Arturo] Souto, Rius [Eduardo del Río] y González, le celebran en el café Kiko’s de la esquina de Bucareli y Reforma, frente al Caballito, es decir la estatua hípica de Carlos IV; publica ese cuento el domingo 24 de enero en el suplemento de <i>El Nacional</i>, <i>Revista Mexicana de Cultura</i>, que dirige Juan Rejano.
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Frecuenta el cineclub del Instituto Francés de la América Latina, donde conoce a Salvador Elizondo.
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Ese año publica además, en el mismo suplemento, “Las gafas” (4 de abril), “El niño blanco y el cazador negro” (12 de septiembre), y en <i>Ideas de México</i> “Homero entre los hielos” (número 78 de sep-dic).</div>
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Viaja acompañado de Concha Mantecón e Inocencio Burgos a Guanajuato, donde están de profesores Luis Rius y Horacio López Albo, y en cuya casa está Pedro Garfias. Asiste a la representación de los entremeses cervantinos.</div>
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En octubre ve en el Iris <i>La sal de la tierra</i>. Se enamora insensatamente de Concha Mantecón (la experiencia está contada y poetizada en el posterior cuento “Dancing in the dark”, extraído de lo que iba a ser una novela muy influida por <i>Del tiempo y el río</i>, de Thomas Wolfe). Concha se vuelve la pasión de su vida y él hace bastante el ridículo para demostrárselo.
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Frecuenta el cineclub del IFAL, primero dirigido por Jomi García Ascot, luego por José Luis González de León; ve allí la mayoría de los clásicos del cine que conocerá. Conoce allí, también, a Salvador Elizondo, Enrique González Pedrero, Víctor Flores Olea. Visita frecuentemente el estudio de [Alberto] Gironella, conoce allí las canciones de Georges Brassens, que lo estimulan a reaprender el francés, olvidado desde 1938.
La lectura de <i>El llano en llamas</i>, los cuentos fuertes y sombríos de Rulfo, lo impresiona.</div>
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Encuentra a Rulfo una tarde, solo, tomando una Coca Cola, en una de las “caballerizas” del café Chufas de López y se presenta a él. “Usted escribe”, dice Rulfo.</div>
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—Estoy tratando, dice José.
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—¿Y qué escribe?
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—Cuentos y también he empezado una novela.
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—Le voy a dar un consejo, si de veras quiere ser escritor mejor no se junte con escritores, es lo peor si quiere escribir, no se junte con escritores, no ande en las capillitas de los intelectuales, los intelectuales de orita son putos, y cuando no son putos son pendejos, pero quesque muy cultos, y no lea a los de aquí, lea a William Faulkner, lea a Ramuz, lea a Guimaraes Rosa, esos sí le van a servir.
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—Yo he leído una cosa de Ramuz.
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—¿Qué cosa?
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—<i>El gran espanto de la montaña</i>.
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—Esa es muy buena, lea <i>Derboranza</i>, es todavía mejor, ¿y a qué horas escribe usted?
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<div style="text-align: justify;">
—Pues a cualquier hora.
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<div style="text-align: justify;">
—No haga eso, hay que disciplinarse, la mejor hora para escribir es temprano en la mañana, cuando están sosegados el cuerpo y el cerebro y cuando usted está solo, usted y su alma, después anda usted en sus trabajos y con la gente y ya usted no es usted, y peor si va con los otros escritores y con los intelectuales, entonces ya no tiene uno remedio, se puede hasta volver joto. (Rulfo le invita un refresco.) ¿Usted cómo se llama?
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<div style="text-align: justify;">
—José de la Colina.
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—Ah, es hijo del diplomático.
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—No…
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<div style="text-align: justify;">
—Ah, del empresario este de la lucha libre, pero no parece usted mexicano.
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<div style="text-align: justify;">
—No, yo no nací aquí, en España.
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—Con razón se me hizo tan blanquito, como que no le da mucho el sol, ¿no? (José piensa que tampoco Rulfo se ve muy moreno, no parece ni indio ni mestizo), ¿y se le da fácil la cosa de escribir?
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<div style="text-align: justify;">
—A veces estoy de racha y escribo muchas páginas de seguida, pero otra me atranco.
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<div style="text-align: justify;">
—Le voy a dar otro consejo, cuando esté enrachado, mejor párele después de un rato, las rachas son muy engañosas, escriba bastante y cuando se sienta usted genio, cuando se le figure que está haciendo la novela más grande de todas, ahí ponga punto, deje de escribir ese día, y al día siguiente no se ponga enseguida a escribir, mejor haga ejercicio, salga a caminar, haga hambre, cómase un buen bistec, vuelva a caminar, y sólo entonces, si tiene ganas de escribir, pero sólo si de veras tiene ganas, ora sí, póngase a escribir. (No sabe qué decirle a Rulfo, le parecen muy extrañas, muy poco literarias estas cosas de hacer hambre y ejercicio y devorar bistecs. Pregunta cualquier cosa.)
</div>
<div style="text-align: justify;">
—¿Y qué hace cuando uno se atranca?
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<div style="text-align: justify;">
—Cuando se atranca es porque ya le tocaba, así que mejor no insista, váyase a dormir o a pasear, y cómase un buen bistec, y no lea ni ande con escritores e intelectuales, espérese a volver a sentir las ganas de escribir, no se fuerce, sobre todo no se fuerce, ¿en qué trabaja usted?
</div>
<div style="text-align: justify;">
—Hago programas de radio.
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<div style="text-align: justify;">
—No me diga que es usted locutor.
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<div style="text-align: justify;">
—No, los escribo.
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<div style="text-align: justify;">
—No se lo aconsejo, lo mejor es tener un trabajo que nada se relacione con escribir, lo que sea, carpintero o chofer de camión, o padrote, o caco, lo que sea, ¿ha leído a Faulkner?
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<div style="text-align: justify;">
—Hasta ahora no.
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<div style="text-align: justify;">
—No haga caso de que sea gringo, es el más grande novelista de este siglo, ¿usted lee inglés?
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<div style="text-align: justify;">
—Algo, muy poco.
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<div style="text-align: justify;">
—Entonces lea a Faulkner en una buena traducción, nomás que no vaya a ser argentina, esos argentinos son unos cursis y unos pedantes, dicen garantido y pollera y siempre están llorando con sus tangos, y no lea a Borges, ese es un argentino como elevado al cuadrado, no le crea a Arreola, Borges es la peor calamidad de la literatura en castellano, no lo lea ni lea Sur, ¿a usted, qué escritores le gustan?
</div>
<div style="text-align: justify;">
—Valle-Inclán.
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<div style="text-align: justify;">
—Muy bueno, solo que no lea Tirano Banderas, es un puro relajo, no se sabe si los personajes son mexicanos o peruanos o de la Patagonia, lea las novelas de las guerras carlistas y las Sonatas, ¿y qué otras cosas lee?
</div>
<div style="text-align: justify;">
—Ramón.
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<div style="text-align: justify;">
—¿Cuál Ramón?
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<div style="text-align: justify;">
—Ramón Gómez de la Serna.
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<div style="text-align: justify;">
—No lo lea, ese escribe puras babosadas, ¿y qué más?
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<div style="text-align: justify;">
—Ahora estoy leyendo a Saroyan.
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<div style="text-align: justify;">
—Es bueno, pero es muy blando, muy empalagoso, a cada rato sus personajes están llorando y haciendo babosadas, mejor lea a Erskine Caldwell, pero nomás no se empache de puro leer, el empacho de lectura es peor que el empacho de comida, haga ejercicio, el alpinismo es muy bueno, pero de cualquier modo salga de la ciudad, las ciudades matan a los escritores, están llenas de intelectuales y escritores, ¿usted es de los refugiados?
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—Sí.
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—Pero no estuvo en la guerra, está usted muy guayabito.
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—Pero me tocó la guerra.
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—Escriba de eso, escriba de cosas fuertes y que usted haya vivido, no le crea a Arreola (José entonces no tenía idea de Arreola), orita todos quieres escribir como Arreola y Borges, quieren hacer literatura de encajitos, pura mariconería.
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* Iósif Stalin murió el 5 de marzo de 1953.</div>
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** Publicada, en realidad, en el diario Excélsior.
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Nota introductoria:</div>
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Durante varios años, José de la Colina se impuso la tarea de escribir su autobiografía. No pudo concluirla, ni siquiera presentar un cuadro general, pero en el camino fue dejando fragmentos, apuntes y aun pasajes casi concluyentes en los que no solo asoma su vida sino también el gran escritor que fue. Ese libro en progreso arranca en 1934, el año de su nacimiento, y se interrumpe el 23 de julio de 1997. Hay que decir que muchas de las experiencias recordadas por José de la Colina inspiraron algunos de sus relatos y que en ocasiones esos traslados tuvieron más de una versión. Sus lectores pueden comprobarlo sin necesidad de consultar su biblioteca.</div>
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En general, la autobiografía está narrada en tercera persona, presentando a José de la Colina como un personaje entre una multitud de personajes, aunque por momentos elige la primera persona, más íntima y amistosa. De tal recurso dan cuenta los pasajes que aquí ofrecemos, tomados de una carpeta en la que se acumula un centenar de hojas escritas a máquina a renglón apretado. Cualquiera que haya conocido a José de la Colina reconocerá en estas páginas su voz, su cadencia humorística y su sabiduría narrativa.</div>
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Fuente | Laberinto, <i>Milenio</i></div>
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15 02 20
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Magda Díaz Moraleshttp://www.blogger.com/profile/16662759194132255220noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-16517800.post-86333651250028163142020-01-08T11:24:00.003-06:002020-01-08T11:26:04.181-06:002020<div style="text-align: center;">
<span style="font-size: large;">¡Feliz año 2020!</span><br />
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<span style="font-size: large;">Un abrazo para cada uno de ustedes, los amigos de este blog </span></div>
Magda Díaz Moraleshttp://www.blogger.com/profile/16662759194132255220noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-16517800.post-53876511307093560652019-10-10T11:41:00.000-05:002019-10-10T11:41:22.732-05:00¡Peter Handke Nobel de literatura!¡Bravoooooo! Esta vez el Premio no decepcionó.<br />
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¡<a href="http://apostillasnotas.blogspot.com/search?q=peter+handke">Péter Handke</a> gana el Premio Nobel de Literatura 2019!<br />
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Muy merecido. Magda Díaz Moraleshttp://www.blogger.com/profile/16662759194132255220noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-16517800.post-16366718993202093082019-09-23T20:02:00.000-05:002019-09-23T20:02:00.466-05:00Mileva Marić y Albert EinsteinElla También<br />
Rosa Montero
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Einstein obligó a firmar a su primera esposa un contrato humillante. Quemó sus cartas y jamás mencionó la aportación que hizo a su trabajo.
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La lectura de la reciente novela de Nativel Preciado, <i>El Nobel y la corista</i>, en donde hace un genial retrato del Einstein mujeriego, me ha hecho recordar la perturbadora historia de Mileva Marić, la física y matemática serbia que fue la primera esposa del científico. Mileva y Einstein se conocieron en 1896 en el Instituto Politécnico de Zúrich, del que eran alumnos. Ella tenía 21 años; él, 17. Fue un amor a primera vista. Mileva había mostrado desde niña tanto talento que su padre decidió darle la mejor educación. Para comprender hasta qué punto esta actitud era rompedora, baste decir que el padre tuvo que pedir un permiso especial para que su hija pudiera estudiar Física y Matemáticas, dos carreras solo para varones. Era un mundo que les negaba todo a las mujeres.
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Mileva y Albert empezaron a vivir y trabajar juntos, pese a la furibunda oposición de la madre de él. Que su amado la defendiera frente a su propia madre debió de crear en la joven un sentimiento de gratitud inacabable. Y así, cuando el profesor Weber admitió a Mileva para el doctorado, después de haber rechazado a Albert porque no le consideraba preparado, ella supeditó su aceptación a la inclusión de Einstein. Mileva, mejor matemática que él, revisaba los errores de su amante; sus correcciones abundan en los apuntes de Albert: “Ella resuelve mis problemas matemáticos”. A la joven le obsesionaba encontrar un fundamento matemático para la transformación de la materia en energía; compartió con Albert esta fascinación (las cartas se conservan) y a Einstein le pareció interesante la idea de su pareja. En 1900 terminaron un primer artículo sobre la capilaridad; era un trabajo conjunto (“le di una copia [al profesor Jung] de nuestro artículo”, escribió Einstein), aunque solo lo firmó él. ¿Por qué? Porque una firma de mujer desacreditaba el trabajo. Porque Mileva quería que Einstein triunfara para que se casara con ella (él había dicho que hasta que no pudiera mantenerla económicamente no lo haría). Por la patológica gratitud, dependencia psicológica y enfermiza humildad que el machismo inocula.
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Y entonces comenzó, insidiosamente, la desgracia. En 1901, Mileva fue a Serbia a dar a luz secretamente a una niña de la que no volvió a saberse nada: quizá acabara en un orfanato. Poco después Einstein consiguió un empleo como perito en la Oficina de Patentes de Berna y, ya con un sueldo, se casaron. Según varios testimonios, mientras Albert trabajaba sus ocho horas al día, Mileva escribía postulados que luego debatía con él por las noches. Además cuidaba de la casa y del primer hijo, Hans Albert. “Seré muy feliz (…) cuando concluyamos victoriosamente nuestro trabajo sobre el movimiento relativo” (carta de Einstein a Mileva). En 1905 aparecieron en los Anales de la Física los tres cruciales artículos de Einstein firmados solo por él, aunque hay un testimonio escrito del director de los Anales, el físico Joffe, diciendo que vio los textos con la firma de Einstein-Marić.
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Y la desgracia engordó. Tuvieron un segundo hijo, aquejado de esquizofrenia; Einstein se hizo famoso, se enamoró de su prima, quiso dejar a Mileva y ella se aferró enfermizamente a él. Comenzó entonces (hasta la separación en 1914) un maltrato psicológico atroz; hay un contrato que Einstein obligó a firmar a su mujer, un texto humillante de esclavitud. Pero siendo ese contrato aberrante, aún me parece peor lo que el Nobel hizo con el legado de Mileva: quemó sus cartas, no mencionó jamás su aportación, solo la citó en una línea de su autobiografía. Los agentes de Einstein intentaron borrar todo rastro de Marić; se apropiaron sin permiso de cartas de la familia y las hicieron desaparecer. También desapareció la tesis doctoral que Mileva presentó en 1901 en la Politécnica y que, según testimonios, consistía en el desarrollo de la teoría de la relatividad. No estoy diciendo que Einstein no fuera un gran científico: digo que ella también lo era. Pero él se empeñó en borrarla, y lo consiguió hasta 1986, cuando, tras la muerte de su hijo Hans Albert, se encontró una caja llena de cartas que tuvieron grandes repercusiones científicas. Pese a ello, Mileva sigue aplastada bajo el rutilante mito de Einstein. Así de mezquinas y de trágicas son las consecuencias del sexismo.
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El País Semanal</div>
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2 de junio 2019
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Magda Díaz Moraleshttp://www.blogger.com/profile/16662759194132255220noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-16517800.post-10396898056518744282019-04-23T19:38:00.000-05:002019-04-23T19:38:26.627-05:00Sobre El Principito de Saint Exupery<div style="text-align: justify;">
Sobre El Principito...</div>
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Para todos los amantes de <i>El Principito</i>: ¿sabían que "La Rosa" no era sólo un personaje cualquiera? Este personaje resulta ser la salvadoreña <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Consuelo_de_Saint-Exup%C3%A9ry">Consuelo Suncín</a>, esposa de Antoine de Saint Exupery, mujer controversial considerada por algunos una mujer adelantada a su época y para otros, una mujer con vocación "puteril" (así expresan los libros). Hija de un General dueño de fincas cafetaleras, a los 18 años consigue una beca y se va a Estados Unidos a estudiar inglés; esto dice mucho de ella, ya que salir de su casa en esa época era algo muy mal visto. Se casa con un militar mexicano, aunque después se supo que sólo era un vendedor de pinturas caseras. Consuelo decide divorciarse meses antes de que su esposo muriera en un accidente de ferrocarril. Viuda y con ganas de comerse al mundo, llega a México con una carta de recomendación y solicita entrevistarse con José Vasconcelos, si, el mismo que dijo “por mi raza hablará el espíritu”; este personaje la hace esperar por dos horas y cuando al fin la recibe, le dice: “una mujer bonita, joven y viuda no necesita trabajar, puede ganarse la vida con sus encantos”.
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Consuelo insiste en una segunda entrevista y aunque Vasconcelos no le da el empleo, le ayuda para que estudie Derecho. Se enamora de ella y tienen un romance. La lleva a París y conoce al prosista guatemalteco Enrique Gómez Carrillo, quien en su tiempo era considerado el más exitoso escritor latinoamericano. Consuelo lo abandona y se casa con Gómez Carrillo. Despechado, Vasconcelos le dedica varias páginas en sus memorias y dice que el romance con el príncipe de los cronistas es debido a la vocación "puteril" de su amada.
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<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgJ4fs5sTj0FF6av062JMdUFvYh7b2kT2ObjXYIU6YBIhawr9P-Qr6X6LZpUWdw2DcPHZrEgqt7EJ50IhCcP7tnXjuerF5rWRelK29NX_lMACnXQiRHZMNWlh_EV1fVVBLU2dDg/s1600/baobabs-y-el-principito.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="489" data-original-width="801" height="244" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgJ4fs5sTj0FF6av062JMdUFvYh7b2kT2ObjXYIU6YBIhawr9P-Qr6X6LZpUWdw2DcPHZrEgqt7EJ50IhCcP7tnXjuerF5rWRelK29NX_lMACnXQiRHZMNWlh_EV1fVVBLU2dDg/s400/baobabs-y-el-principito.jpg" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-size: small;">baobabs
</span></td></tr>
</tbody></table>
<div style="text-align: justify;">
Vuelve a quedar viuda pero ahora con mucho dinero, así que bonita, joven, viuda y con mucho dinero, viaja a Buenos Aires a liquidar las propiedades de su difunto marido y ahí conoce a Antoine de Saint Exúpery. Lo de ellos fue amor a primera vista, él la invita a volar y ahí suceden una serie de incidentes, pero Consuelo mantiene a raya a Antoine ("creo que ella me ha domesticado", dice Saint Exúpery). Se casan en contra de la voluntad de la familia del escritor ya que era odiada por la sociedad francesa por el hecho de ser extranjera, "venida de quien sabe dónde”. En realidad no le perdonaban que una mujer viuda y de origen indígena se ganara el corazón del escritor más famoso de Francia. La familia Saint Exúpery era terriblemente antisemita y para ellos ese matrimonio era peor aún que casarse con una judía. La única defensora de Consuelo fue su suegra y según sus propias palabras: “si su hijo la amaba, ella la amaba”.
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Consuelo y Antoine vivieron 13 años de matrimonio intenso, él con sus frecuentes viajes, el gusto por la vida bohemia y sus múltiples infidelidades (“Vete a ver las rosas, que así comprenderás que la tuya es única en el mundo”). Según palabras de ella, ser la esposa de un piloto fue un suplicio, pero serlo de un escritor fue un verdadero martirio. A pesar de sus peleas siempre estaban al pendiente uno del otro, ella era asmática como "La Rosa" (que tosía) y el Principito la tenía en un capelo para que no le pasara nada.
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La sociedad francesa trató de no relacionar su nombre con el escritor y le propinaron tremendos desaires, y fue hasta hace pocos años que reconocieron que sin su influencia, <i>El Principito</i> no habría sido escrito.
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En lo que muchos están de acuerdo es en que más que una fábula filosófica, <i>El Principito</i> es una alegoría de la propia vida de Saint-Exupéry, de sus incertidumbres y su búsqueda de paz interior. Pero también es una alusión a la atormentada relación con Consuelo. Consuelo fue la musa que inspiró a la rosa de <i>El Principito</i>. "La rosa es Consuelo", afirma Marie-Helene Carbonel. "Los tres volcanes son los volcanes de El Salvador. Los baobabs son las ceibas a la entrada del pueblo de Armenia, en El Salvador. La rosa que tose es Consuelo, que sufre de asma, que es frágil y por eso está protegida bajo una campana de cristal".
"Las otras cinco mil rosas pueden ser las otras mujeres de Saint-Exupéry, pero para <i>El Principito</i> esas rosas no valen nada, la única que vale es su rosa".
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<br /></div>
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"Se ha querido presentar a este libro como un cuento para niños, pero no lo es de ningún modo. Es un libro que escribió para pedir perdón a Consuelo, es un acto de contrición", dice la escritora francesa. ¿Será así?
</div>
Magda Díaz Moraleshttp://www.blogger.com/profile/16662759194132255220noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-16517800.post-60269416583595835742019-02-25T11:59:00.003-06:002019-02-25T11:59:35.094-06:00Rilke"... Lo bello no es sino el comienzo de lo terrible".<br />
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<div style="text-align: left;">
Rilke</div>
Magda Díaz Moraleshttp://www.blogger.com/profile/16662759194132255220noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-16517800.post-23460560105074112582019-01-25T19:03:00.002-06:002019-01-25T19:45:06.290-06:00La casa de los tres perros, de Agustín Cadena<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEijHVUaEPwmRY9gRFm72isZMiT0oDCn5IGLeN1D7j1HmGSlTrU-HpKb_MWMqJumfYC9o3JwCwT_vB6Gr2weWOp_ogi-9iebGAAl4nX8STJA-ID3UhAsP3x4JVG_5ge_Lx2SyKlv/s1600/casa+tres+perros.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="396" data-original-width="306" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEijHVUaEPwmRY9gRFm72isZMiT0oDCn5IGLeN1D7j1HmGSlTrU-HpKb_MWMqJumfYC9o3JwCwT_vB6Gr2weWOp_ogi-9iebGAAl4nX8STJA-ID3UhAsP3x4JVG_5ge_Lx2SyKlv/s400/casa+tres+perros.jpg" width="309" /></a></div>
<a href="https://youtu.be/weXH6VM5ntE">Agustín Cadena</a>, <i>La casa de los tres perros</i>, Col. A la orilla del viento, ilustraciones de Patricio Betteo (México, Fondo de Cultura Económica, 2017).<br />
<div style="text-align: right;">
<br /></div>
<div style="text-align: right;">
<i>En el mundo fantásmico, el agua son lágrimas;</i></div>
<div style="text-align: right;">
<i>cada gota de agua es una gota de tristeza. </i></div>
<div style="text-align: right;">
<i>Y la tristeza es lo único que tienen los muertos para sentirse vivos,</i></div>
<div style="text-align: right;">
<i>aunque no lo estén.</i><br />
Agustín Cadena</div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
Desde el inicio, tenemos la sensación de estar dentro de una novela que nos abraza. La historia es contada por un narrador omnisciente que nos habla muy de cerca, a veces con ironía, otras emotivamente y otras como si nos dijera un secreto y él mismo fuera uno de esos fantasmas de luz que miran sin ser vistos. Es muy bella la prosa poética cuando nos hace llegar las emociones de esos jóvenes fantasmas que habitan en un "edificio de color ladrillo con puertas y ventanas blancas, que tiene en el dintel un mascarón con forma de perro de tres cabezas (aunque las personas poco observadoras dicen que son tres perros) y un llamador de bronce de forma similar en el zaguán". La gente le ha dado al edificio el nombre de El Tiempo Perdido; sin embargo, este nombre es sólo el de la pastelería que está en la planta baja, ocupando la esquina:</div>
<div style="text-align: justify;">
<blockquote>
Se encuentra en el centro de la ciudad, cerca de los portales que se cayeron con los diluvios de hace sesenta años, en la esquina de Avenida de los Héroes y calle Combray. Por cualquiera de estas se puede entrar a la pastelería; tiene dos altas puertas de vidrio con arcos románicos y tres ventanas aparador en las cuáles se exhiben magdalenas, conchas, cuernos, banderillas, orejas, donas, campechanas, novias, ladrillos, pambazos, cemitas, cocoles, ojos de Pancha y, por supuesto, bolillos y teleras, además de toda clase de pasteles de la más rancia tradición europea: <i>tartelettes, apfelstruddel, pain-du-chocolat, beigli, lady fingers, linzertorte</i>, etcétera. También, por encargo, hacen pasteles de cumpleaños, bodas y todo es. Venden café y, como disponen de espacio, tienen un par de mesitas redondas y una barra con bancos en donde es posible sentarse a desayunar o a merendar. Ahí, una vez a la semana, se reúne un grupo de señoras para comentar la obra de Marcel Proust; se hacen llamar <i>Les Dames Charmantes.</i></blockquote>
</div>
<div style="text-align: justify;">
(Seguramente, dicho sea de paso, en una metalepsis de autor, el escritor de la novela está pendiente de las reuniones de <i>Les Dames Charmantes</i>, se percibe su admiración a Proust: El Tiempo Perdido, Calle Combray, magdalenas, etc.). </div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
En este edificio conviven vivos y muertos, estos últimos son fantasmas que no tienen otro qué hacer que mirar y esperar hasta conseguir pasar a otro nivel y por fin descansar. Un día de tantos, dos niños fantasmas, Arminda y Mario, conversan. Mario piensa en los beneficios de ser fantasma aunque serlo tiene su lado triste pues, dice: "Un fantasma puede ver el sol, pero no lo siente [...]. Nunca es realmente de día y nunca es bien de noche; uno se mueve siempre al atardecer, a media luz, una media luz violeta: el color de la transmutación, del perdón que se espera. Un fantasma puede acariciar, pero no lo siente, y ése es su dolor más grande, cuando tiene poco de haber cruzado y todavía lo une el amor a los vivos. Puede acariciarlos, aun besarlos, pero no siente nada porque no tiene cuerpo para sentir; es como si sólo lo imaginara [...]". Además:</div>
<blockquote>
<div style="text-align: justify;">
Aun si alguien lograra ver un fantasma al sol de mediodía, no lo verá en la luz, porque donde ellos habitan no hay luz. Los muertos llevan su penumbra a todas partes. Ahí, en el centro, está su cara como un retrato antiguo sobre un fondo oscuro. Hay tristeza siempre en las expresión de los fantasmas, en su mirada ya perdida en el punto más remoto del pasado. Un fantasma es una persona que murió, pero sus ojos no lo recuerdan, no recuerdan que están muertos [...]. A veces -en realidad demasiadas veces- lloran. No hay llanto más triste que el de un fantasma. Es que es un llanto sin esperanza y sin remedio, un llanto que para qué llorar. Pero no pueden evitarlo: son sentimentales como lo es todo el que vive de recuerdos. Rara vez se verá sonreír a un fantasma. La sonrisa es algo poco común de ese lado. Tienen momentos de alegría, eso sí. Quienes los han visto en uno de esos momentos dicen que brillan.
</div>
</blockquote>
<div style="text-align: justify;">
Un atardecer se encuentran Albertina y Enrique en el patio de la vecindad, viven en ese edificio. Él muchacho llega saludando mientras la joven protagonista está sentada en el rodete de piedra que protege una higuera, "perdida en sus pensamientos". Enrique está enamorado de Tina y esto molesta a Mario, que los oye platicar sin ser visto. A partir de este encuentro se inicia la acción y de manera muy interesante: existe un juego metadiegético entre tiempos, personajes, espacios, verdaderamente espectacular. Son historias dentro de la historia (una historia marco que encierra otras historias), y esto me cautivó, me gustaría analizar con detenimiento la riqueza de esta estrategia narrativa en la novela.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Así, nos vamos enterando de las presencias de vivos y muertos, del edificio (que está a punto de ser vendido), la pastelería, la época actual, de Chepina (la gatita fantasma), del tesoro escondido, del horrible 'Marrana' y sus cómplices, de la historia del espejo embrujado (donde se puede ver las cosas de los planos invisibles), espejo como vínculo entre vivos y muertos, de las épocas que vivieron los ahora muertos, de lo que sufrieron en vida, lo difícil de la infancia, la importancia de la amistad, del amor, el maltrato físico y psicológico que habita en algunas familias, en las escuelas (el llamado <i>bullying</i>):
</div>
<blockquote>
<div style="text-align: justify;">
En mi época eso era normal, -dice Arminda a Mario- si querías ir a la escuela, deberías saber que todo el mundo iba a pegarte, no sólo tus compañeros sino también los maestros. Los maestros tenían permiso de pegarles a los niños si se portaban mal o eran tontos</div>
<div style="text-align: justify;">
_¿Cómo les pegaban?</div>
<div style="text-align: justify;">
_Con la regla de madera, generalmente [...]. Pero algunos tenían una vara especial, de membrillo o de fresno. A mi me tocó uno así, en tercero de primaria. Te decían "Pon las manos". Y debías levantarlas con las palmas extendidas a la altura de tu pecho. Si el dolor de los varazos te hacía bajarlas, iba de nuevo desde cero [...] Había muchos castigos: mandarte a oír toda la clase parado, de cara a la pared; mandarte al patio a golpe del sol; sebntarte en el rincón de los burros, con unas orejas de burro que tenías que hacer tú mismo ...
</div>
<div style="text-align: justify;">
-¡Qué humillante!
</div>
<div style="text-align: justify;">
-Para muchos seres humanos eso era la vida, Mario, una perpetua humillación. De niño te humillaba el maestro; de grande, el patrón.</div>
</blockquote>
<div style="text-align: justify;">
Una de las historias más conmovedoras es precisamente la de Mario, un niño que en vida fue terriblemente maltratado en su casa y en la escuela y cuya única salida fue el suicidio:
</div>
<blockquote>
<div style="text-align: justify;">
En la mañana dijo que se sentía enfermo y no quería ir a la escuela. No lo obligaron. De verdad se veía mal, se oía mal. Y más tarde, a la hora en que Claudia (la hermana) estaba ya en la escuela, su papá en el trabajo y su mamá chismeando con la vecina, Mario se levantó al baño, tomó del mueble del lavabo un sobre de veneno para ratas, se le ocurrió disolverlo en un vaso de agua y se lo tragó. No quería morirse. Parecería tonto, pero no pensó que podía morirse. Sólo quería hacer sentir mal a todos, castigarlos y escapar. Y escapó. Se fue acostar a la cama de Claudia. Se puso a salvo en un lugar donde nadie volvería a lastimarlo. </div>
</blockquote>
<div style="text-align: justify;">
¿Qué sucede con la madre de Mario después del suicidio de su hijo? ¿Qué hace el padre? ¿Qué hace la hermana? ¿Qué pasa con el edificio? ¿con la inteligente Albertina y con Enrique? ¿Con los Tenebrosos?... Es una novela juvenil tan bonita que no queremos que se acabe.
<br />
<div style="text-align: justify;">
<blockquote class="tr_bq">
... Ahí seguirá, en ese edificio que alguna vez llamó su casa, en ese patio encharcado de luz violeta donde tal vez un día encuentre al niño que fue. Estará ese niño a la sombra de la higuera, jugando en el suelo con un caballo de plástico. Entonces sabrá Mario que ha llegado el final del viaje. Le hará una caricia en el pelo al niño que fue y le dirá que el veneno para ratas sabe espantoso y que no vale la pena. Le dirá que la muerte no vale la pena.</blockquote>
</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
Magda Díaz Moraleshttp://www.blogger.com/profile/16662759194132255220noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-16517800.post-76768130001037566172018-12-30T10:13:00.003-06:002018-12-30T10:17:43.621-06:00¡Feliz año 2019!Queridos todos, muchas gracias por seguir conmigo este 2018. Que estemos juntos otro año más, este 2019 que pronto inicia. Nos traerá, eso deseo y les deseo, viajes, éxitos, oportunidades, etc., pero sobre todo salud y amor.<br />
<br />
Un abrazo a cada uno de ustedes.
<br />
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgYI5P1NvLFDoOaQ1gwS8uN5gdws2LHCckp9EaBQlf7A7G8H4KIyzIjDFUHzSXBysvanPKjJcrMWDpKdkcGlLD27cvSuEyZ6LblVvpwYMZ-yi5xJiAidJbC9w3z4uovO66RKZB6/s1600/a%25C3%25B1o+nuevo.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="258" data-original-width="400" height="258" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgYI5P1NvLFDoOaQ1gwS8uN5gdws2LHCckp9EaBQlf7A7G8H4KIyzIjDFUHzSXBysvanPKjJcrMWDpKdkcGlLD27cvSuEyZ6LblVvpwYMZ-yi5xJiAidJbC9w3z4uovO66RKZB6/s400/a%25C3%25B1o+nuevo.jpg" width="400" /></a></div>
Magda Díaz Moraleshttp://www.blogger.com/profile/16662759194132255220noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-16517800.post-34310946270288495712018-11-09T17:45:00.002-06:002018-11-09T17:45:57.562-06:00Juan García Ponce y el 68<div style="text-align: justify;">
Juan García Ponce y el 68</div>
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En <i>La invitación</i>, novela publicada cuatro años después del Movimiento estudiantil de 1968, García Ponce armoniza asuntos iniciáticos y eróticos con la conciencia política del protagonista.</div>
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Juan Antonio Rosado</div>
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El Movimiento estudiantil que comenzó en julio de 1968 constituyó una transformación en la historia urbana y política de México y dio lugar a una serie de obras literarias que tratan sobre los jóvenes de la época y su relación con el movimiento y con el poder. Esta literatura incluye aspectos como la protesta callejera, la militancia política, las manifestaciones que se consideraron subversivas y que desembocaron en la masacre del 2 de octubre.
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Durante el Movimiento, un escritor cuya temática fue preponderantemente erótica e intimista, <a href="http://www.garciaponce.com/">Juan García Ponce</a>, escribe tres textos sobre el 68: “La nacionalidad de las ideas”, “El subreino de la ilegalidad” y “El escritor como ausente”. En el segundo, fechado el 18 de septiembre de 1968, denuncia que el imperio de la ilegalidad rige al país. En esa época, unos policías lo detuvieron a las afueras de un conocido periódico porque lo “confundieron” con Marcelino Perelló, líder del Movimiento, que andaba en silla de ruedas, al igual que García Ponce, quien afirma: “Un policía me puso la pistola en el estómago. Me dijo: ¡Párese hijo de la chingada! Le respondí: me encantaría, pero no puedo”, experiencia que, con variantes, narra en su novela <i>La invitación</i> (1972), una de sus mejores obras, en la que armoniza con gran fortuna el tema mítico-iniciático con el político; el erótico-intimista con el realista; el problema de la identidad y de la “resurrección” tras una larga enfermedad con el ámbito de lo sagrado y de la transgresión.
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Es sintomático que en uno de los mencionados artículos, el escritor afirme: “Yo preferí vivir en el espacio de la imaginación. Las obsesiones eran más fuertes que los ofrecimientos del mundo”. De esto trata <i>La invitación</i>: una realidad absurda contra la libertad de la imaginación, contra la intimidad, contra el erotismo, contra el mundo sagrado de la fiesta y la celebración. R., el personaje, después del infierno de su enfermedad, es invitado por Mateo Arturo al departamento de sus papás. Al llegar al edificio, R. sube las escaleras hacia el paraíso: en el departamento lo recibe nada menos que Beatrice, pero no la figura cristiana, sino una sensual diosa pagana, abierta, que vive en el mundo sagrado y transgrede el orden matrimonial: experimenta la plenitud del erotismo. Una vez afirmó García Ponce que “si la Beatriz de Dante es la posibilidad de coherencia absoluta del mundo para Dante, mi Beatrice es la posibilidad absoluta de la coherencia del mundo para el personaje de <i>La invitación</i>”. Pero la Beatrice de García Ponce no habla español, lo que acentúa la ambigüedad: ¿es esposa de Mateo o es una mujer imaginaria, una creación de los deseos de R.? Como las divinidades paganas, Beatrice se ha convertido “en todas las posibilidades” gracias al deseo de R., que no sólo es ubicuo e ilimitado: es intensidad impersonal que se mueve en la intimidad y llega a anular lo negativo de la realidad.
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Tras esta iniciación en el Paraíso después de su enfermedad, R. desciende al purgatorio citadino, donde las sirenas en las calles —como las de la Odisea— impiden o retardan la realización del amor, y resultan ser “siniestros avisos cuyo oprobio hacía imposible la realidad del amor”. Odiseo por fin se reúne con Penélope, pero R. es arrestado como sospechoso y llevado a los separos, al igual que García Ponce (aquí tiene injerencia la nota autobiográfica mencionada al principio). Los separos son, en <i>La invitación</i>, un auténtico descenso a los infiernos. Esta nueva iniciación produce otra metamorfosis en el personaje. Al salir, ya es otro: adquiere conciencia social y política: se ubica más en la realidad. Visita de nuevo a la diosa pagana, a Beatrice, pero al llegar al departamento, ya el “paganismo” ha sido eliminado por el cristianismo: R. se encuentra nada menos que con la Santísima Trinidad: Mateo Arturo, su papá y su mamá: “Las tres figuras se habían olvidado por completo de R.”, y más adelante: “Al cerrar la puerta del departamento, R. dejó atrás la risa y el llanto, pero los grotescos movimientos de las tres figuras que actuaban la ridícula escena, la asquerosa complicidad y el odio, pesaban sobre el súbito silencio de la tarde”. Como al final de la Comedia de Dante, cuando el protagonista tiene la visión de la Trinidad, R. —en La invitación— experimenta el desconcierto, pero no por la belleza, sino por la fealdad. Ha vencido la realidad a la imaginación y, sin embargo, el autor se cuida de recalcar la ambigüedad: hay muchos elementos que demuestran que Beatrice existió, pero hay otros que no. ¿Existió Beatrice? Este manejo de la ambigüedad es tan magistral como el que hace Roman Polanski en su película <i>El bebé de Rosemary</i>, donde todo lo ocurrido pudo haber sido imaginado por una histérica embarazada. Cada lector, cada espectador se quedará con su versión. Lo cierto es que, a diferencia de casi el total corpus narrativo de Juan García Ponce, La invitación, una de las mejores novelas del 68, es pesimista. Sólo la exterioridad —la masacre perpetrada por el ejército en la extensa novela <i>Crónica de la intervención</i> (1982), o la retención de R. por los militares—, puede apaciguar la intimidad, clausurar el orden imaginario de los personajes y apagar con violencia las reacciones en cadena del deseo.
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Confabulario<br />
Octubre 6, 2018
Magda Díaz Moraleshttp://www.blogger.com/profile/16662759194132255220noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-16517800.post-7007129220059096302018-10-09T18:27:00.000-05:002018-10-09T18:27:17.550-05:00Textos narrativos<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEizevPvF3CZiweRm-WBAHzF3fZqBsi1Hl9-xr7FHlb2W0zpKgSiNEtSVDArpkBJV4onB1I2HxPGwY1lvI2yTb_D6lzLex6JuyJ32kw8xUexMCeIjDPofHvzEnSLvvZqxLd3Zfy-/s1600/43709471_10204880273724236_6565117748299431936_n.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="640" data-original-width="450" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEizevPvF3CZiweRm-WBAHzF3fZqBsi1Hl9-xr7FHlb2W0zpKgSiNEtSVDArpkBJV4onB1I2HxPGwY1lvI2yTb_D6lzLex6JuyJ32kw8xUexMCeIjDPofHvzEnSLvvZqxLd3Zfy-/s400/43709471_10204880273724236_6565117748299431936_n.jpg" width="281" /></a></div>
Magda Díaz Moraleshttp://www.blogger.com/profile/16662759194132255220noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-16517800.post-15364277027887542522018-06-03T11:34:00.000-05:002018-06-03T11:34:00.995-05:00Sergio PitolHace mucho tiempo<br />
Juan Villoro<br />
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Sergio Pitol hizo de la amistad una religión. A contrapelo del escritor que requiere de aislamiento, buscó a los demás con insólita vocación gregaria. Recuerdo el entusiasmo con que leyó el primer libro de Mario Bellatin publicado en México, <i>Salón de belleza</i>, y el orgullo con que comentó que ya era su amigo. En un oficio plagado de recelos y competencias, jamás pensó en desmarcarse de los otros. Y no sólo eso: escribió convencido de que la literatura se produce en densidad. Su sostenida tarea como traductor deriva de su convicción de que no hay literaturas individuales. Todo autor, por original que sea, se inscribe en la tradición que lo explica.<br />
<br />
Nacido en 1933, en un ingenio azucarero de Veracruz dominado por italianos, Pitol conoció desde niño la ambivalencia de vivir entre dos culturas. Sus mayores añoraban la ópera y los salones de Venecia y el entorno ofrecía los estímulos sensuales del trópico. Esta tensión aflora en los cuentos de <i>Los climas</i> y en cierta forma explica su deseo de entender el mundo como un horizonte sin fronteras.
<br />
<br />
Durante veintiocho años vivió en China, Polonia, Yugoslavia, Inglaterra, España, Hungría, la Unión Soviética y Checoslovaquia. Esta errancia lo llevó a traducir cerca de cien libros de cinco lenguas diferentes. Por un tiempo vivió en barcos cargueros; alquilaba un camarote sin preguntar cuál sería la ruta y se dedicaba a traducir en su oficina náutica. A esa etapa se deben sus versiones de <i>Cosmos y Transatlántico</i>, de Witold Gombrowicz, que deberían formar parte de la Enciclopedia biográfica de traductores inmortales propuesta por Ricardo Piglia.
<br />
<br />
La generosidad con que Pitol se ocupó de obras ajenas demoró la valoración de su propio trabajo. En 1969 publicó una novela excepcional, <i>El tañido de una flauta</i>, sobre el fracaso artístico y la dificultad de pertenecer a la cultura mexicana. De manera previsible, esta obra no tuvo los lectores que merecía y Carlos Monsiváis señaló que estaba destinada a convertirse en un “clásico secreto” de la literatura mexicana.
<br />
<br />
Durante casi una década, Pitol se concentró en traducir y prologar obras ajenas. A partir de su estancia en Moscú, a principios de los años ochenta, recuperó la fibra narrativa con <i>Nocturno de Bujara</i>, volumen de cuentos cuyo tema esencial es el misterioso origen de los cuentos. En uno de sus regresos a México, advirtió que la historia del país sólo podía ser contada en clave novelesca y concibió <i>El desfile del amor</i>, donde un historiador busca desentrañar sucesos de 1942 y advierte que la única manera de llegar a ellos son las conjeturas de la ficción.
<br />
<br />
En la cuerda de Sebald y Magris, escribió libros sin género preciso, mezcla de ensayo, crónica, fabulación y autobiografía. A esta etapa pertenecen <i>El arte de la fuga</i>, <i>El mago de Viena</i> y <i>El viaje</i>.
<br />
<br />
Su casa de Xalapa era un monumento a su pasión por la escritura ajena. Atrás de su escritorio, la pared estaba decorada con fotos de sus autores favoritos. Ahí, los clásicos alternaban con los amigos. Al revisar su biblioteca, me sorprendió que diera especial importancia a la estadística de la lectura. Al final de cada libro anotaba las veces que lo había leído, como una prueba de que la pasión mejora al reincidir.
<br />
<br />
Pero ninguna lealtad superó en él al trato con los amigos. Durante casi toda su vida se benefició del afecto y el humor de Carlos Monsiváis, Luis Prieto y Margo Glantz. En España, esta devoción se extendió a Lali Gubern, Jorge Herralde y Enrique Vila-Matas. Sabía, como Choderlos de Laclos, que toda relación es peligrosa, y por eso mismo la cortejaba, convencido de que el entusiasmo derrota las más complejas neurosis: “No hay quien se resista a un disco de Toña la Negra”, decía. Sin pedir auxilio a la sabiduría química, aconsejaba beber licores cada vez más fuertes para no sucumbir a una instantánea borrachera. Este manual de comportamiento no dio grandes resultados en el terreno de la salud, pero le permitió explorar el carnaval de la existencia. Como Gógol, entendió que el ser humano es un sujeto que se considera estupendo y de pronto sufre un retortijón. Los dispositivos teatrales que generaba en vida le permitieron ser testigo de situaciones intensamente ridículas que recreó en Domar a la divina garza y La vida conyugal.
<br />
<br />
Lo conocí en 1980 cuando participamos en el ciclo “Encuentro de generaciones”, donde un autor consagrado leía junto a un principiante. Me trató como si nos hubiéramos visto desde siempre. Después de la lectura, fuimos a casa de unos amigos suyos. Uno de los asistentes era Augusto Monterroso, mi maestro de taller de cuento. Afectado por la magia de Pitol, que borraba las generaciones, dije que conocía a alguien desde hacía mucho tiempo. Monterroso me reconvino en broma: “A tu edad, no tienes derecho a usar la expresión ‘hace mucho tiempo’”.
<br />
<br />
Cuarenta años después puedo decir con agraviante naturalidad: hace mucho tiempo conocí a Sergio Pitol. Mi opera omnia constaba entonces de un cuadernillo con tres relatos, pero él me trató como un colega. Cuando le dije que tenía problemas para escribir una novela, me dio a leer Los orígenes del Doctor Faustus. Le comenté que mi circunstancia era muy distinta a la de ese egregio autor. Entonces me palmeó la nuca y dijo: “Nadie es distinto a Thomas Mann”.
<br />
<br />
Sergio Pitol creía en los demás con una “fe de carbonero”, como él decía. Su impresionante obra corrió al parejo de su gusto por divertirse a expensas de unos y en sintonía con otros. La comedia humana alimentó su escritura y le brindó, en las más arduas circunstancias, el imbatible remedio de la risa.
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El País, 13 de abril, 2018.
Magda Díaz Moraleshttp://www.blogger.com/profile/16662759194132255220noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-16517800.post-65515393361687862232017-07-13T18:19:00.002-05:002017-07-14T10:19:53.270-05:00SemióticaY hay quien opina que la Semiótica ha pasado de moda.
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<div style="text-align: justify;">
“La semiótica es una metodología de observación de los fenómenos sociales, que permite conocer transformaciones, roles y valores de las personas. Una de sus características es el desplazamiento de la mirada y su aporte radica en analizar las preguntas cotidianas que realizan los individuos”, explicó Jacques Fontanille, profesor emérito de la Universidad de Limoges, Francia.<br />
Enero, 2017.</div>
Magda Díaz Moraleshttp://www.blogger.com/profile/16662759194132255220noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-16517800.post-26566338052494940432017-06-11T19:03:00.001-05:002017-06-11T19:04:04.409-05:00Metaliteratura<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEijvRpeCX2q6lErZz0ZSS7dEnveqRa0BYbS1VmgHRk_DcGirPmQkN6RLQxevhDSrJ8HdTyMYRXZY9-bUkSYlKnBTkkMHvyrz5h5zr3cS0FI7QrV4gGBxOPP3zeVz_3pz_lcxpVHkQ/s1600/barthes.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="266" data-original-width="400" height="266" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEijvRpeCX2q6lErZz0ZSS7dEnveqRa0BYbS1VmgHRk_DcGirPmQkN6RLQxevhDSrJ8HdTyMYRXZY9-bUkSYlKnBTkkMHvyrz5h5zr3cS0FI7QrV4gGBxOPP3zeVz_3pz_lcxpVHkQ/s400/barthes.jpg" width="400" /></a></div>
<br />
<br />
<div style="text-align: justify;">
<i>Probablemente con los primeros resquebrajamientos de la buena conciencia burguesa, la literatura se puso a sentirse doble: a la vez objeto y mirada sobre ese objeto, palabra y palabra de esa palabra, literatura objeto y metaliteratura.</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-style: italic;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
Roland Barthes</div>
Magda Díaz Moraleshttp://www.blogger.com/profile/16662759194132255220noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-16517800.post-59496807241946748892017-05-27T19:32:00.000-05:002017-05-27T19:33:42.639-05:00Fragmento de Carta, de Rosario Ferré<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjZFgOB7GQJzRztc4zRt4l9svWMeLzDKNBMqIJ9lI3qjNhlYTO6XV6MXbeqZ2RMyuSXssexcxh6YQWApDyn7GMRG1Vt2LZXNIOn71ETVI9gyIKZtcqP5vMoDCewxbvvL-tUf67c/s1600/prosas+de+mareo.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="352" data-original-width="250" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjZFgOB7GQJzRztc4zRt4l9svWMeLzDKNBMqIJ9lI3qjNhlYTO6XV6MXbeqZ2RMyuSXssexcxh6YQWApDyn7GMRG1Vt2LZXNIOn71ETVI9gyIKZtcqP5vMoDCewxbvvL-tUf67c/s320/prosas+de+mareo.jpg" width="227" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
Fragmento de <i>Carta</i>, de Rosario Ferré.<br />
<i><br /></i>
<i>Prosas de mareo. Antología del Cuento Experimental Hispanoamérico</i>, Selección de László Scholz (Budapest: Eötvös József Könyvkiadó, 2000).
</div>
<blockquote class="tr_bq">
<div style="text-align: justify;">
<i>me detengo en la esquina de la avenida a leer tu carta que se me desintegra entre los dedos hace tanto calor regresar allá es imposible dices somos una isla poblada de muñecos vaporizada por el vaho de los carburadores me detengo en la esquina de la avenida volcando mi dolor como un pote de violeta de genciana manchándolo todo la boca morada de genciana tiene olor a caimito podrido cuando ya la cabeza se pudre en el tronco se nos pega la lengua al paladar imposible regresar dices somos un país de muñecos ¿quienes son nuestros héroes? pasan popr la avenida clamorosa el prisionero liberado de vietnam del norte muñeco de trapo el cardenal rolipoli tentenpié de goma rodando undosundos de norte a sur muñeco de viento la barbie-mary-sol casada con el butch-big-jim muñecos de plástico no voy a regresar jamás me dijo me dices pinocho al país de los muñecos fabricados por la fisher price inc.</i>
</div>
</blockquote>
Magda Díaz Moraleshttp://www.blogger.com/profile/16662759194132255220noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-16517800.post-70612490479202226262017-05-13T18:19:00.000-05:002019-01-25T11:19:57.797-06:00Carta de Nietzsche a Lou SaloméCarta:<br />
<br />
Lou:
<br />
<br />
Que yo sufra mucho carece de importancia comparado con el problema de que no seas capaz, mi querida Lou, de reencontrarte a ti misma.
<br />
Nunca he conocido a una persona más pobre que tú.
<br />
Ignorante, pero con mucho ingenio.
<br />
<div style="text-align: justify;">
Capaz de aprovechar al máximo lo que conoce.
</div>
<div style="text-align: justify;">
Sin gusto pero ingenua respecto de esta carencia.
<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Sincera y justa en minucias, por tozuda en general, en una escala mayor, en la actitud total hacia la vida: <b><i>Insincera</i></b></div>
<div style="text-align: justify;">
Sin la menor sensibilidad para dar o recibir.</div>
<div style="text-align: justify;">
Carente de espíritu e incapaz de amar.</div>
<div style="text-align: justify;">
En afectos, siempre enferma y al borde de la locura.
Sin agradecimiento, sin vergüenza hacia sus benefactores…<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
En particular:</div>
<div style="text-align: justify;">
Nada fiable.
</div>
<div style="text-align: justify;">
De mal comportamiento.
</div>
<div style="text-align: justify;">
Grosera en cuestiones de honor…
</div>
<div style="text-align: justify;">
Un cerebro con incipientes indicios de alma.
<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El carácter de un gato: el depredador disfrazado de animal doméstico.
</div>
<div style="text-align: justify;">
Nobleza como reminiscencia del trato con personas más nobles.
</div>
<div style="text-align: justify;">
Fuerte voluntad pero no un gran objeto.
</div>
<div style="text-align: justify;">
Sin diligencia ni pureza.
<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Sensualidad cruelmente desplazada.
</div>
<div style="text-align: justify;">
Egoísmo infantil como resultado de atrofia y retraso sexual.
</div>
<div style="text-align: justify;">
Sin amor por las personas pero enamorada de Dios.
</div>
<div style="text-align: justify;">
Con necesidad de expansión.
</div>
<div style="text-align: justify;">
Astuta, llena de autodominio ante la sexualidad masculina.
</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Tuyo.
</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Friedrich Nietzsche.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Mucho se ha escrito sobre la vida sentimental y amorosa de Friedrich Nietzsche, un filósofo -huérfano de padre a los cuatro años de edad- siempre rodeado de mujeres: su abuela, su madre, su hermana, sus tías y sus numerosas amigas que, a lo largo de su vida, lo estimaron y sobreprotegieron, tal vez de manera agobiante y excesiva...</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Algunos biógrafos insinúan su atracción inconfesada e inconfesable por su propia hermana, la celosísima “Lisbeth” (Elisabeth). Thomas Mann llega a afirmar que Nietzsche estuvo durante toda su vida “prisionero de un amor casi incestuoso por Elisabeth, que está presente en la mayoría de los acontecimientos de su vida”.
</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Sin embargo, la mayoría de sus biógrafos sostienen que, sin lugar a dudas, fue Lou von Salomé, su verdadero amor. Mujer atractiva e inteligente, que enamoró de verdad al solitario y atormentado filósofo de Röcken y que ejerció una intensa fascinación en él, atraído por su sensualidad contenida, su vigoroso intelecto y su fuerte personalidad.
</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Cuando apenas tenía veinte años logró conquistar el corazón de Nietzsche; sería la única mujer de la que lograría enamorarse en su vida. Pero también el filósofo Paul Ree, el poeta Rainer Maria Rilke y el fundador del psicoanálisis, Sigmund Freud, el sociólogo Ferdinand Tonnier, el psicólogo experimental Herman Ebbnghaus y otros muchos se sintieron atraidos por Lou Salomé.
</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Fue a través de Paul Ree que Lou Salomé conoció a Nietzsche. Lou era la eterna amiga de Ree, intelectualmente sintonizaban, pero ella sentía repugnancia física hacia él. En 1901 se suicidó justo en el lugar en donde Lou Salomé le había rechazado veinte años antes; el tiempo jamás consiguió disolver todo el amor que sintió por ella.
</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Otro tanto ocurrió con Nietzsche, si bien el poeta-filósofo logró sublimar la atracción que sentía en una obra singular, "Así habló Zarathustra".
</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Hoy, tras la publicación de la correspondencia con Paul Ree, se sabe lo que sentía Nietzsche en aquella época: "Sino encuentro la piedra filosofal para convertir esta mierda en oro, estoy perdido".
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<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Cuando Nietzsche conoció a aquella jovencita que daba muestras de una singular madurez e inteligencia, y que, por lo demás era excepcionalmente atractiva, se sintió inmediatamente seducido por ella. Pero Lou solo amaba el pensamiento de Nietzsche, en absoluto al hombre. Lo rechazó una y otra vez. Finalmente, en 1882, el filósofo perdió toda esperanza. Unas semanas después se encerró en su pequeña habitaciíon; era el mes de febrero de 1883. En pocos días, Nietzsche compuso su gran poema filosófico que nació como fruto del desengaño y la frustración por un amor imposible.
</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
"Zarathustra" salvó de la locura a Nietzsche durante unos años. Tras la ruptura con Lou, habló de suicidarse; sacó fuerzas de flaqueza, rechazó la posibilidad de cualquier otro amor e intentó transmutar en fuerza interior su soledad. Seis años después se derrumbaría. A partir de 1889 su locura sería irreversible. Moriría dos años después.
</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Fuente: El club de los libros perdidos, Nov., 2016
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<br />Magda Díaz Moraleshttp://www.blogger.com/profile/16662759194132255220noreply@blogger.com8tag:blogger.com,1999:blog-16517800.post-42682505383778786812017-05-07T18:55:00.000-05:002017-06-11T19:07:55.332-05:00Lecturas críticas sobre la obra de Enrique SernaEste libro tiene, como casi todos los libros, una historia. En 2011, siendo en esos momentos directora del IIL-L Norma Angélica Cuevas Velasco, le comenté mi deseo de invitar a Enrique Serna a impartir un curso, idea que apoyó completamente así como el proceso. Tuvimos, pues, la primera visita del escritor y ofreció el curso la "Evolución del realismo objetivo (La voz de la conciencia en la novela realista, de Flaubert a Faulkner)". Cuatro años después, en marzo de 2015, Enrique Serna regresó y tuvimos con él un excelente Seminario, “Metamorfosis de la sátira”. Al finalizar el seminario, los asistentes manifestaron su deseo de contar con los textos que escuchamos en “La obra de Enrique Serna”, una mesa redonda en la que participaron colegas del Instituto y estudiantes egresados del posgrado. Este libro lo conforma precisamente estos textos.<br />
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<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhYJ6gXfUlkefRhlXH8LdNBk1lVI0T7k4-XiG0ljSmnnquu9tia8cjRAEPUpOA_T_wQdrjVsGd_Hqh6lCQpxcLW4MDOw3SmUqcFsFTSWOz0xOmH4Yte63bioZQa4JwP_WGTefJg/s1600/IMG_1542.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhYJ6gXfUlkefRhlXH8LdNBk1lVI0T7k4-XiG0ljSmnnquu9tia8cjRAEPUpOA_T_wQdrjVsGd_Hqh6lCQpxcLW4MDOw3SmUqcFsFTSWOz0xOmH4Yte63bioZQa4JwP_WGTefJg/s400/IMG_1542.JPG" width="300" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-size: small;">En la FILU 2017</span></td></tr>
</tbody></table>
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<i>Seducciones y polémicas</i><br />
<i>Lecturas críticas sobre la obra de Enrique Serna</i><br />
<br />
Magda Díaz y Morales y Norma Angélica Cuevas Velasco (coordinadoras), México: Universidad Veracruzana (Col. Biblioteca), 2017.<br />
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ÍNDICE
<br />
<br />
<i>Prólogo</i>. Una obra sobre la decadencia de la humanidad<br />
Elizabeth Corral
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Narración y discurso en <i>Señorita México</i><br />
Magda Díaz y Morales
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Desde el cristal con que se mira: la perspectiva de lo perverso en dos cuentos<br />
Irsa Yésica Ruiz
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Aires de polémica en <i>Las caricaturas me hacen llorar</i><br />
Martha Elena Munguía Zatarain
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<br />
La poética de la historia en <i>El seductor de la patria</i> y <i>Ángeles del abismo</i><br />
Rodrigo García de la Sienra
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<br />
Tres comentarios marginales sobre <i>Ángeles del abismo</i><br />
José Luis Martínez Morales
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<br />
<i>Fruta verde</i>: con la moral patas para arriba<br />
Alejandro Solano Villanueva
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<br />
<i>La doble vida de Jesús</i> o la voluntad doblegada por la corrupción<br />
Norma Angélica Cuevas Velasco
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Pueden leer el libro en PDF, en el Sitio Oficial de Enrique Serna: <a href="http://enriqueserna.com.mx/seducciones-y-polemicas.html">Seducciones y polémicas</a>.
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Magda Díaz Moraleshttp://www.blogger.com/profile/16662759194132255220noreply@blogger.com0