15 de febrero de 2023

Mi gato

A mi gato se le cayeron ya todos los dientes
y se esconde bajo un mueble bajito. 
Imagino su angustia 
al recordar cómo le huían las arañas y las sombras, 
cómo le temían las ventanas y los pájaros. 

Perdió sus dientes
y se siente solo, siente el peso de cubeta honda
que es el tiempo. 
Sus dientes eran su compañía, 
su mejor amigo, 
su huella digital sobre las cosas.

¿Cómo le explicas a un gato 
qué es la vejez? 
¿Cómo le dices que sólo ocurre? 
Que un día abres los ojos y ahí está. Eres viejo. La identidad es algo que no se pierde 
excepto con el tiempo, con la vejez, con ir dejándonos en las personas.
 
Mientras escribo esto
mi gato está bajo una silla, huyendo de las arañas, 
escondiéndose de las sombras de los insectos que le temían,
ocultándose avergonzado de los pájaros y las ventanas, 
asustado de su nueva posición en el mundo, 
aterrado de sentir sus encías deshabitadas, desalojadas sorpresivamente, 
intentando despertar y despertar; 

despertar 
y que sus colmillos sigan ahí, prestos, dirigentes, altivos.
Ahora quiere volver a ser un gato 
y no puede. Ahora quiere devolverle a su hocico lo felino 
y no puede, 
no logra volver a ser un gato. 

Y yo, que desde hace años hablo humano roto, 
intento inútilmente ocupar 
en su corazón el sitio que su dentadura ocupaba. 

¿Cómo explicarle a mi gato 
que la vejez no sólo te quita sueños, no sólo encoge la esperanza? 

Bajo su silla, 
bajo la seguridad protegida de su silla, mi gato me explica 
lo que es la vejez. 

De: A. E. Quintero, Aquí podría caber todo el amor que nos tuvimos
México, Editorial De Otro Tipo, 2023.

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