25 de julio de 2006

Historia de una mujer: Margo Glantz

Margo Glantz, Historia de una mujer que caminó por la vida con zapatos de diseñador (Barcelona: Anagrama, 2005).

Compré esta novela hace algunos meses, su título me pareció original y sobre la académica de la Lengua, narradora y ensayista mexicana, pues no hay ninguna duda, excelente. Me intrigaba cuál sería su tema ¿los diseñadores de zapatos o los zapatos en sí? Leí una entrevista que le hizo en mayo El país a Margo Glantz con motivo de la presentación de la novela y ella señalaba que el libro era también una crítica a cierta literatura femenina "en la que hay demasiado regodeo", y agrega:

En una época, en América Latina, la literatura femenina se convirtió, gracias a las editoriales y al mercado, en una literatura que tenía una manera específica de producir novelas. Era una imitación de García Márquez en la que el llamado realismo mágico brillaba por su esplendor. Era literatura de entretenimiento. Tenía, eso sí, un grado superior a las revistas de moda y algunas novelas son muy buenas porque tienen oficio. No es posible denigrarlas, pero no es el tipo de literatura que a mí me interesa.

La protagonista de esta novela es Nora García (que ya conocimos en El rastro, la novela finalista del Premio Herralde 2002), una escritora que escribe su propia historia y que tiene un diseñador de zapatos favorito: Salvatore Ferragamo, pero también le gustan los zapatos de André Perugia, Christian Dior e Yves Saint Laurent. A veces se pregunta "¿Qué tipo de calzado habrá usado Vera Nabokov?" o recuerda que "la primera mujer que usó zapatos de tacón fue Catalina de Médicis, una mujer de muy pequeña estatura". Calzar zapatos de diseñador es para ella indispensable "si se quiere pasar sin dificultad de un texto a otro, es decir, si se quiere escribir una nueva novela" ya que los zapatos "conectan con la realidad". Mientras escribe, Nora García recuerda su vida, habla de sus perros, de su visita al médico (para hacerse una mastografía), viaja en el metro de Londres, toma ginebra, se reúne con sus amigos y, por supuesto, compra zapatos.

Las palabras y el cuerpo, la escritura y el cuerpo del lenguaje:

¿Cómo definir con palabras los sentimientos y los afectos? Que es muy dificil me parece fuera de toda duda, además, ¿no dice el poeta que las palabras chillan como putas? Cuando chillan es imposible usarlas para decir lo que uno quiere decir y yo por más que intento no consigo pensar en cosas comunes y corrientes o simplemente humildes... Vivir es un gran amor: el placer de vivir, de comprarme zapatos, de leer, de viajar, de observar.

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Lamento mucho que El florido byte, una de las mejores páginas existentes, diga "hasta la vista". Ojalá que pronto regrese, se le echará mucho de menos.

Una página muy buena: El ratón Pérez.

13 comments:

Vanessa Soldevilla dijo...
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Vanessa Soldevilla dijo...

Me alegra el regreso, esa buena sensación que inspiras y las citas del libro de Margo Glantz.
Si Magda, tan hermoso que es vivir, vivir, ese grande amor, y comprar zapatos, y leer, y caminar por la feria y verla, a ella, justo a ella, a Margo. La conocí justo esta noche en la presentación de "Saña" en la feria de libro que se est celebrando en mi Lima natal. Tanta sencillez y elegancia en una mujer maravillosa me ha dejado conmovida.
Cariños y besos para ti. V

Magda Díaz Morales dijo...

Margo Glantz fue mi maestra en la preparatoria y en la licenciatura, Vanessa, tuve esta gran fortuna. Que bien que la hayas conocido, es así como la describes, sencilla y elegante, y muy inteligente, por supuesto.

Muchas gracias por todo.

Magda Díaz Morales dijo...

Si, sobre todo la primera parte parece de cosmopólitan, pero es toda una ironía crítica a ese tipo de literatura llamada "femenina" inexistente, pero que a veces intentan implantarla. Es literatura, escrita por mujeres, quizá, pero jamás femenina o masculina, en estas etiquetas nunca he creido.

Es una muy buena novela, vale la pena leerla.

Santino dijo...

¡Hola! Me alegra mucho volver a leerte después de todo este tiempo. A partir de ahora podré seguirte habitualmente porque ya empecé a disfrutar del verano y de las vacaciones.

Es curioso el libro del que hablas, en condiciones normales el título no es precisamente de los que me hubieran atraído a su lectura, aunque hay que decir que llama bastante la atención. Sin embargo, los fragmentos que has puesto son sugerentes, aunque tal vez demasiado cortos para captar la ironía.

Yo no creo que la literatura femenina sea inexistente. Hay escritoras que hacen su trabajo marcando deliberadamente el sexo. Sin embargo, como tú, pienso que este tipo de literatura no va a ninguna parte, porque deberían ser otras cosas las que se le pidieran a una buena novela.

Un saludo, Magda.

Elisa de Cremona dijo...

saldré ahora mismo a buscar ese libro. AHORA MISMO.
te gregaré a mis links, vale?
un saludo

Martín Palma Melena dijo...

Hablando de Margot Glantz, hace poco en Cervantes Virtual han publicado una entrevista suya. Se las recomiendo.

Saludos

Martín Palma Melena dijo...

Valga la aclaración: esa entrevista es del 2004, pero recién me llegó hoy día por el Boletín Electrónico de Cervantes Virtual.

Saludos

Isabel Barceló Chico dijo...

No conozco ese libro y el título no me resulta sugerente, creo que de haberlo visto por ahí no se me habría ocurrido comprarlo. Confiaré en tu criterio. Saludos cordiales.

Aldebarán dijo...

Pues yo retomo el enlace del Ratoncito Pérez, tan desconocido en mi país.

Interesante la historia. Gracias Magda, por hacérnosla saber.

saludos

Magda Díaz Morales dijo...

Hola Santino, bienvenido de nuevo después de tanto trabajo. Disfruta mucho tus vacaciones.

No creo en la existencia de "literatura femenina", considero que la literatura es eso, literatura, y nos puede parecer buena o mala, pero no femenina o masculina. Lo que si considero que existe es una literatura escrita por mujeres, por supuesto.

Muchos saludos.

Magda Díaz Morales dijo...

Elisa, bienvenida a este espacio, y muchas gracias.

Si Martin, conozco esta entrevista y comparto tu opinión, es una buena entrevista. Muchas gracias por mostrarla.

Magda Díaz Morales dijo...

Isabel, me alegra mucho saludarte. Siempre bienvenida.

Es una estupenda página, Aldebarán. De pequeño ¿no te traia dinero el ratoncito cuando se te caía un diente? para mi era muy emocionante despertar y darme cuenta que mi diente valía tanto, lo que fuera que me parecía una millonada. Bellos recuerdos de la infancia...

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