1 de julio de 2006

"La primera palpitación de Lolita"

Vladimir Nabokov, El hechicero (Barcelona: Anagrama, 1994), pp. 137.

"¿Era concupiscencia este tormento que experimentaba mientras la estaba consumiendo con los ojos, maravillado por el sonrojo de su cara y la compacta perfección de cada uno de sus movimientos?"

En febrero de 1956, Vladimir Nabokov, en su casa de Ithaca, estaba ordenando unos papeles para ser entregados a la Biblioteca del Congreso cuando encontró el manuscrito de esta novela que escribió en 1939 (en ruso). Dimitri Nabokov, su hijo, la tradujo al inglés y la publicó en Nueva York en 1985, precisamente todo esto nos lo cuenta al final, en un apéndice titulado “Sobre un libro titulado El hechicero”.

Me ha parecido espléndida. No guarda la maestría de Lolita, por supuesto, ésta la percibí más "inocente", digamos que más obvia en sus descripciones, como si fuera un boceto de lo que más tarde será la magistral Lolita. El tema es el mismo, un hombre de cuarenta años que tiene fascinación por las niñas púberes. Un día va a un parque y conoce a una niña de doce años de la cual queda prendado. Realiza todo un plan para contraer matrimonio con la madre de la niña, una mujer viuda y enferma que muere al poco tiempo. El hechicero (Arthur) lleva a la niña de vacaciones y la primera noche que pasan juntos en el hotel empieza a acariciarla:

Entonces, dando inicio gradualmente a su hechizo, comenzó a pasar la varita mágica por encima del cuerpo de la niña, casi rozándole la piel, torturado por el atractivo que ella ejercía sobre él, por su visible proximidad, por el fantástico acercamiento que permitía el pesado sueño de esta niña desnuda, a la que, por así decirlo, estaba midiendo con un centímetro mágico...

Pero cual no sería su sorpresa cuando se percata de que la niña estaba completamente despierta y "miraba horrorizada su encabritada desnudez":

La niña miraba y chillaba, pero el hechicero no oía aún sus chillidos; estaba ensordecido por su propio horror, de rodillas, cogiendo la colcha, tirando del cordón, tratando de frenar aquello, de ocultarlo, restallando en su espasmo oblicuo, tan insensato como un martilleo musical, descargando insensatamente cera derretida, demasiado tarde para frenarlo o esconderlo. Cómo rodó ella fuera de la cama, cómo se puso ahora a gritar, cómo salió despedida la lámpara con su capucha roja, qué fragor llegó desde el otro lado de la ventana, un fragor que hizo añicos la noche, que la destruyó, que lo demolió todo, todo...

--Calla, no es nada malo, sólo es un juego, a veces ocurre, pero calla, calla --imploró él, viejo y sudoroso, cubriéndose con un impermeable

Pero la niña no se calla y sus gritos son escuchados por los demás huéspedes. El hechicero sale de la recámara y escuchando aun los gritos (descalzo y con el impermeable) "comenzó a hundirse gradualmente". Se dirige corriendo a la calle y... "la película de la vida estalló por fin".

Un relato cautivante, mezcla de tragedia y comedia. Al terminar de leerlo recordé un sueño que tuvo Juan García Ponce sobre Lolita y su creador (1):

Detrás de un escritorio, estaba sentado alguien, no tenía ningún aspecto o no puedo recordar qué aspecto tenía, pero en mi sueño, sabía que era Vladimir Nabokov. Ahí, sentado detrás de su escritorio, estaba esperando que le llevasen a Lolita. Alguien tomaba alguna de entre las muchas niñas reunidas en el cuarto de al lado y se la ponía frente al escritorio. Nabokov negaba con la cabeza. Esa no era la Lolita verdadera. Yo, en mi sueño, como testigo de la escena, pensaba: “¡Qué sentido de la novela tiene! ¡Cómo retrasa la aparición de Lolita!” Y entre las niñas reunidas estaba Lolita. Sin embargo, desperté antes de que la Lolita verdadera llegase a estar frente a Nabokov. En la cama todavía, mientras el sueño se borraba en sus detalles cada vez más rápidamente, me propuse escribir un ensayo en el que contase lo que pudiese recordar de ese sueño e hiciese ver, mediante las palabras, que su mérito como sueño consistía en que, muy probablemente, revelaba la verdad: Nabokov, quizá, mentía cuando en una entrevista afirma qué el odia a las niñas y también dice que su pintor favorito es Balthus, pero no porque pintase niñas. ¡Qué maravillosa manera de revelar la verdad mintiendo! Es cierto: mediante la literatura es igual que se imaginen o se transmitan experiencias. Sin embargo, si no se tiene la experiencia, cada quien imagina o sueña lo que no ha experimentado en la realidad y Lolita existe; la literatura le ha dado “realidad” a lo que Nabokov quizá sólo vivió en la imaginación.

(1) “Nabokov: un sueño y un ensayo”, en De viejos y nuevos amores, vol. 2.

14 comments:

Mario dijo...

sábado, julio 01, 2006
Convocatoria Catalogo de Olores

La nave de los locos convoca a todos los bloggers interesados para integrar el Primer Catalogo de Olores en Internet, los participantes simplemente deberan publicar en su blog una lista de al menos diez olores tan descriptiva como les sea posible y evitando las repeticiones, asi como incluir al menos un link a otro blog participante en el catalogo.

He aqui mi primera lista:

1. El olor a diesel de las centrales camioneras y los autobuses foraneos.
2. La grasa para zapatos marca Oso.
3. El olor a brisa salada y pescado en la carretera que entra por el norte al puerto de Ensenada.
4. Las rosas marchitas.
5. La canela y el piloncillo en el cafe de olla.
6. La lechuga y el sudor a que olia mi padre cuando llegaba de trabajar en el campo.
7. Los zapatos nuevos.
8. Una ex novia mia olia como una especie de hada magica con discapacidad intelectual.
9. El olor a muerte, tierra y flores de los panteones.
10. La tinta china.

Primeros invitados: Magda, Mujer X, Damewanze, Asakhira, Panda, Kamelie, Gaby, Ilucy, Nanilkah, Flora, Love, Cat Noir, Conflictiva, Annouck, Toyita, Mr. Phuy, Ayanami

posted by akurion at 1:10 PM | 0 comments

Lila Magritte dijo...

Me parece interesante tu publicación sobre "El hechicero", pero me he desconcertado ante el plan de hacer un catálogo de olores en internet. Me parece un juego surrealista, que va bien con el perfil del visitante que viene a invitar, representado por la imagen y su reflejo en una pintura de Magritte. Curioso.

Tú también cambiaste la imagen del perfil.

Abrazos.

Magda Díaz Morales dijo...

Akurion, muchas gracias por la invitación. Saludos para ti.

No Lila, no cambié la imagen, ya varias veces ha estado aquí (junto con otras que voy turnando).

Buen fin de semana.

Anónimo dijo...

Leí 'Lolita' hace tiempo y me encantó, encontré el cinismo, la amoralidad que solo puede encontrarse en una literatura que se justifica a sí misma. Ahora leo esta entrada y me vuelve a entrar el gusanillo de Nabokov.

Tantos libros, y tan poco tiempo...

Diana L. Caffaratti dijo...

Y la realidad supera la ficción cuando leemos los titulares de los diarios que anotician mayores porcentajes de violaciones a menores.
Lolita, es un libro que pinta otra cara oculta del ser humanos y sus demonios interiores.
me queda la pregunta si lo de Nabokov habrá sido ficción ( o el sueño) o realidad de su experiencia.

Anónimo dijo...

Nabokov, como siempre, inconmensurable.

Oscar Pita Grandi dijo...

Magda bella, debo confesar que de Navokov sólo he leído LOLITA y REY, DAMA, VALLET. Por lo que EL HECHICERO es nuevo para mí. Me llama la atención que hubiera estado primero escondido en las gavetas de Vladimir y luego, en los 50, descubierta por su hijo y publicada casi 30 años después.
saludos.

Magda Díaz Morales dijo...

Beto, Dilaca, Solodelibros, Óscar, muchas gracias por sus comentarios.

Mucho gusto en saludarlos.

Ivan Humanes dijo...

Buenas... veo que ha cambiado el color de la casa... Lolita es tan amoral que es una de mis novelitas (que son novelones) preferidas. Abrazos.

Anónimo dijo...

A veces un autor escribe 'el mismo libro': sus obsesiones.

Da gusto pasearse por tus nubes.

Anónimo dijo...

Yo era la usuaria anónima. El caso es que, en esta ocasion —que no en otras— no me había olvidado de poner mi identidad. Locuras de la técnica. :-)

Magda Díaz Morales dijo...

He cambiado un tiempito la fachada ;)
Lolita también es de mis novelas preferidas ¡y como no! Abrazos, Ivan.

Migratoria, muchas gracias. Siempre un placer saludarte.

Anónimo dijo...

Me encanta Nabokov, Magda, ¡y este desde luego no es poco erótico! No me canso de leer sus obras, que para más inri, se pueden releer al poco tiempo como si te hubieses comprado otro libro nuevo y distinto: ¡es una buena inversión! Y magnífico el sueño (suponiendo que lo soñase, y no sea otra ficción!) de García Ponce, creo que tiene bastante razón en lo que dice de Nabokov.

Magda Díaz Morales dijo...

Si, José Ángel, el sueño ficcional de García Ponce tiene mucha razón sobre Nabokov y sobre lo que es el oficio de narrar y la literatura...

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