En el juego de la seducción intervienen la mirada, los gestos, la sonrisa, varias actitudes para despertar el deseo de los demás. Pero cuando el poder de las palabras, la seducción de lo sensible que guarda la literatura es la que seduce, se sucumbe a la seducción específica del arte, como le sucede a la adolescente Cordelia, la protagonista femenina de El diario de un seductor de Sören Kierkegaard. Juan, esteta, seduce a Cordelia a través de la imaginación, a través de la literatura:
Es una obra que tiene mucho de autobiogáfica. No es fácil imaginar poseer un temperamento melancólico y por ello romper una relación amorosa. La fragilidad humana de Sören Kierkegaard, que tuvo su base en una niñez triste (entre los años 1819 y 1834 murieron su madre y cinco hermanos), lo llevó a romper su compromiso con Regina Olsen, ella tenía 15 años cuando la conoció, él 24. Kierkegaard pensó que su ser meláncolico (aunado a su conocimiento de que no era apto para adaptarse a las características del matrimonio) arruinarían su vida en común, así que decide, amando a Regina Olsen, romper su compromiso. Tiempo después, inicios de 1846, tiene que enfrentar desagradables situaciones, nunca falta alguien como Peder Ludvig Møller:
Ayer noche quise poner a prueba la expansión del espíritu de Cordelia. Estaba indeciso si le debía prestar las poesías de Schiller, para luego abrir el libro, como por casualidad, en el canto de Tecla o en las poesías de Burger. Preferí éstas, principalmente la titulada "Leonor", que es muy bonita y un poco exaltada. La leí en voz alta, con todo el sentimiento. Cordelia, conmovídísima, se puso a coser febrilmente, como si fuese ella y no a Leonor a quien Guillermo tuviese que raptar (...). Debe haber experimentado una sensación como de vuelo...Todo el camino para conquistar a Cordelia está proyectado por Juan de esta forma, no quiere poseerla físicamente, la posesión culminaría la seducción, lo que desea es mantener la seducción, mantener el ideal al que aspira: la sublimación, invadirla de emoción:
Pero, ¿cómo sorprender a Cordelia? Podría provocar la tempestad erótica y arrancar los árboles con las raíces. Podría arrancarla del terreno donde se ahonda, y al mismo tiempo, con medios secretos, hacer aparecer su pasión a la luz del día. Nada de esto me sería imposible, que a todo nos puede llevar una muchacha sirviéndonos de su pasión.. Pero eso sería, estéticamente, un error, y tratándose de Cordelia no alcanzaría el ideal al que aspiro. Yo no amo el "engaño"; además, ése es un medio que sólo da buen resultado cuando tenemos que habérnoslas con muchachas a las que sólo la falsedad puede dar un relámpago de poesía.Las sensaciones son narradas con maestría en esta novela estructurada a través de cartas.
Es una obra que tiene mucho de autobiogáfica. No es fácil imaginar poseer un temperamento melancólico y por ello romper una relación amorosa. La fragilidad humana de Sören Kierkegaard, que tuvo su base en una niñez triste (entre los años 1819 y 1834 murieron su madre y cinco hermanos), lo llevó a romper su compromiso con Regina Olsen, ella tenía 15 años cuando la conoció, él 24. Kierkegaard pensó que su ser meláncolico (aunado a su conocimiento de que no era apto para adaptarse a las características del matrimonio) arruinarían su vida en común, así que decide, amando a Regina Olsen, romper su compromiso. Tiempo después, inicios de 1846, tiene que enfrentar desagradables situaciones, nunca falta alguien como Peder Ludvig Møller:
Muchas dificultades tendrá que enfrentar como escritor y teólogo protestante antes de morir a los 42 años, sobre todo su fuerte polémica con la iglesia oficial danesa.Unos días antes de comenzar el año se publicó el anuario de temas estéticos G æ a , en ese número apareció un escrito de Peder Ludvig Møller, un año menor que Kierkegaard, escritor, poeta y crítico; su artículo titulado "Una visita a Søro" era una crítica en términos despectivos a la obra seudónima de Kierkegaard Etapas en el camino de la vida, publicada en abril de 1845, su reseña mezclaba aspectos del contenido con comentarios sobre la persona y las peculiaridades de Kierkegaard. Nuestro autor respondió con un artículo publicado en F æ drelandet, a lo que El Corsario en respuesta a Kierkegaard, a partir del 2 de enero, comenzó una serie de artículos para satirizar su persona y sus escritos; varios de ellos estaban inclusive acompañados de caricaturas donde mostraban a Kierkegaard en posiciones o formas ridículas, o hacían mofa de sus escritos. Los artículos se sucedieron durante cuatro meses. El problema para Kierkegaard se agravó cuando también algunas personas al reconocerlo en la calle se mofaban de él, lo que más le preocupaba era que “el público” no tuviera ningún interés por comprender la coherencia que encerraban los seudónimos en su labor como escritor, y que por el contrario, alentados por El Corsario, consideraban un tremendo galimatías el conjunto de los escritos kierkegaardianos (Breve biografía de Kierkegaard).
Kierkeggard en español