Detesta Colombia –de hecho renunció a la nacionalidad –, pero ha venido a Bogotá porque tiene severos problemas en la vista. Y en esta capital, a 2.600 metros sobre el nivel del mar, está la famosa clínica del doctor Barraquer. "Tengo que hacerme un nuevo trasplante de córnea", explica Fernando Vallejo, un hombre afable, educadísimo, de voz suave y modales de lord inglés. Su novelística, en cambio, es feroz, desgarradora, profundamente nihilista. Vive en México desde hace muchos años, y sólo cree en los animales, maltratados por el hombre". Tanto es así que hace tiempo ya declaró que su herencia será legada a una institución que vele por el cuidado de "los animalitos".
¿Cuál es su opinión sobre su compatriota Gabriel García Márquez?
El personaje me interesa muy poco; me parece más bien un cortesano del tirano de Cuba. Es una vileza alcahuetear semejante monstruosidad. Esta es mi opinión sobre García Márquez persona.
¿Y como escritor?
Es un escritor que escribe novelas en tercera persona, con las que ya me peleé. Yo no he escrito ninguna novela en tercera persona, todas son en primera persona. La tercera persona me parece un camino trillado en la literatura, no va para ningún lado. Por lo demás, García Márquez es un escritor correcto que conoce en cierta forma el oficio. No tanto, por supuesto, como tu paisano Manuel Mujica Lainez, o como el español Azorín. De Mujica Lainez te puedo decir que es el prosista más grande del idioma español, con lo cual no te estoy diciendo que es el más grande escritor. Porque una cosa es ser un gran prosista y otra ser un gran escritor. Pero nadie, en los mil años de la lengua española, ha escrito un español con tal riqueza sintáctica y lexicográfica como él, con su ritmo y sonoridad. Es el gran prosista del idioma.
Lástima que esté un poco olvidado.
Sí, es cierto, porque el que han endiosado los jóvenes argentinos es Julio Cortázar.
¿No le gusta Cortázar?
No lo conozco. Lo he ojeado y me da la impresión de que no sabía escribir. No sabía justamente el idioma literario, escribía pobremente. Y los jóvenes hacen este cálculo: si este escritor tan malo es nuestro gran escritor, entonces por qué yo no puedo ser igual a él.
¿Y Borges?
El Aleph es un relato muy hermoso, logrado, espléndido. Ya sólo con eso bastaría para que su nombre quede en la literatura. Pero no pienso que sea tan grande como se dice. Lo han hecho tan grande porque desde el mundo anglosajón y francés lo pueden entender muy fácil: no es un escritor muy propio de la lengua española. El español no era tan importante en su literatura. Por lo demás, usa las palabras impropiamente, y además es afectado. Tiene afectaciones feas.
La literatura latinoamericana no parece interesarle mucho. ¿Le interesa alguna otra?
No, la verdad es que ninguna me interesa. Ni de Latinoamérica ni de España ni de Norteamérica ni de Europa. De niño y adolescente leía muchísimo; me he pasado leyendo gran parte de mi vida. Leí, sobre todo, literatura en tercera persona, que era mi pasión.
¿Le teme a la muerte?
No. Me gustaría que fuera una muerte noble y no una muerte miserable. Además, siempre nos estamos muriendo de a poquito. Porque cuando uno envejece, se le muere la gente que quiere, los papás, los abuelos, los hermanos, los primos, los amigos, y se le mueren las calles de la infancia. Con cada muerto que ha tenido que ver con la vida de uno, uno también se va muriendo. Morirse, en realidad, es acabarse de morir.
7 comments:
A mí este hombre me fascina.
No sé, me parece muy, demasiado categórico. ¿Somos humanos? ¿O sólo escritores?
Noemí, Fernando, nunca lo he leido, pero considero que sus opiniones, tal vez para llamar la atención o crear polémica, no lo se, guardan mucha verdad muchas veces.
Me encanta de él su amor a los animales.
Aún no he leído nada de él, pero sus opiniones me resultan interesantes. Supongo que hay una parte de protagonismo, pero ¿quién no lo tiene cuando opina sobre algo?
Besos, Magda
No se Elena, no se si todos los que opinan lo hagan con protagonismo, tal vez.
Y respecto a Vallejo, si es su fin, en este fin dice muchas verdades, me parece.
Fernando Vallejo es una de las personas más amables que he conocido en mi vida pero como escritor me parece más que mediocre. Hasta el momento no he leído ni un libro suyo que amerite relectura. "La virgen de los sicarios" es un texto mediocre, desgreñado, sin trabajo, con prosa deslucida. En la novela no hay personajes sino caricaturas. Sus libros autobiográficos son soporíferos y están mal escritos. No sorprenden a nadie. La película, sin embargo, es buena. Las investigaciones que hace y publica Fernando en general son maniqueas, refritos de lo que ya se sabe. Es un magnífico escandaloso, pero no tiene la calidad para descalificar a García Márquez. Fernando ha tenido la inocencia de querer descalificar a Einstein y Darwin. Fernando no deja de ser un junior al que si no se le cumplen todos los caprichos hace sus pataletas. Su amor por los animales quizás lo lleve al cielo, pero no la propaganda que le hace a los adoradores de adolescentes (no que sea reprobable el hecho en sí, sino que lo preogone y lo preconice). Pero eso sí, es el mejor amigo y el mejor anfitrión.
Siento discrepar. La prosa de Vallejo me parece magnífica, tremendamente ligera y fluida. Se alimenta del habla coloquial colombiana, la eleva a categoría literaria y es expresiva y colorida como ninguna.
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