Tras el negro bosque
hago arder este fuego de mi alma
en que flamean el aliento de ciudades
y el mirlo del miedo.
Golpeo con las manos desnudas estas llamas
que levantan el aire hasta el cerebro
y en mi nombre tiemblan.
Como nube se alza mi corazón
sobre los techos
cerca de los ríos
hasta que, tardía lluvia, regreso
hondamente al otoño.
hago arder este fuego de mi alma
en que flamean el aliento de ciudades
y el mirlo del miedo.
Golpeo con las manos desnudas estas llamas
que levantan el aire hasta el cerebro
y en mi nombre tiemblan.
Como nube se alza mi corazón
sobre los techos
cerca de los ríos
hasta que, tardía lluvia, regreso
hondamente al otoño.
0 comments:
Publicar un comentario
No se publicarán comentarios anónimos.