8 de noviembre de 2012

"¡Qué se jodan!", dice Bryce Echenique

Sigue la polémica en torno al Premio de Literatura en Lenguas Romances 2012, otorgado a Alfredo Bryce Echenique. En una entrevista para el diario El País, el escritor expresa: “¡Que se jodan!”, para todos los que, desde hace dos meses, lo han criticado por aceptar el premio a pesar de los señalamientos de plagio. Y, agrega: “No he plagiado… Nunca lo he hecho”.
 
Al respecto, en su artículo "Joderse", Gil Gamés, dice:
 
Repantigado en el mullido sillón de su amplísimo estudio, Gil leyó en su periódico El País la noticia. Invitado a la VII Conferencia Internacional Literatura y Automóvil en Madrid, temas que como se sabe mantienen un vínculo estrechísimo, un encuentro en el cual estarán presentes Cees Nooteboom, James Ellroy, Eduardo Mendoza, Enrique Vila-Matas y Paul Theroux, Alfredo Bryce Echenique volcó las ollas ya de por sí pútridas del escándalo provocado por sus plagios: “No he plagiado, nunca lo he hecho. Es un grupo de extrema derecha. Hay gente que quiere todos los premios para ellos, son unos frustrados. Todo ha sido por maldad de alguien. Por envidia”. Gamés caminó sobre la duela de cedro blanco y al llegar al muro norte del amplísimo estudio, se dio un tope de los fuertes: soc.
 
Con la novedad de que los críticos de este plagiario compulsivo pertenecen a la ultraderecha; malvados, envidiosos y frustrados: “Que se jodan”, remató el escritor premiado por la FIL. ¿Cómo la ven? Sin albur. A Gil le urge leer una declaración de Jorge Volpi, o de Julio Ortega, o de Raúl Padilla. Gamés puede asegurar que ninguno de ellos dirá esta boca es mía. Este capítulo cierra con broche de oro, si eso fuera posible, el burlesque que Bryce, el jurado del premio y directivos de la FIL han actuado durante semanas.
 
Un amigo que no malquiere a Gil, le espetó, como en el ático, este asunto: el periódico El País debe responder, aclarar e informar pues la mentira rampante atraviesa las notas sobre el asunto. Las pruebas de los plagios de 12 o 15 artículos están a la vista en su periódico La Razón, o en Nexos, revista a la cual Bryce vendió algunos de sus artículos robados. No es una suposición ni una opinión (ón-ón) sino una prueba. Si El País se hunde en la crisis financiera y la huelga de sus empleados, allá ellos; y de nuevo la ética, que le informen a sus lectores españoles la clase de ladronazo que se ha presentado en el encuentro de los automóviles y la literatura. Mecachis.
 
Gamés se llevó los dedos índice y pulgar al nacimiento de la nariz y caviló: ¿podrá El País despreciar la obra periodística de un escritor y privilegiar como única la obra de ficción? El jurado del Premio FIL cometió esa sinvergüenzada, Raúl Padilla igual, ¿su periódico El País también? Al pobre Gilga le da pena que El País termine mintiendo en este asunto y chiflando en la loma para favorecer a un autor que, da la casualidad, pertenece a la casa, su casa: a Bryce lo publica Alfaguara, editorial del grupo Prisa, propietaria del periódico. Aiwey.
 
El periodismo de El País: "con un panorama dividido entre la indiscutible calidad de la obra de ficción de Bryce Echenique y su obra periodística en entredicho, la FIL decidió, en un hecho inédito, entregarle el premio en su casa de Lima (…) El escritor se muestra un poco triste y al tiempo comprensivo ante esa medida de precaución: ‘Allá me querían linchar’”. Anjá. Triste y comprensivo, Gil quiso arrancarse una oreja, pero algo, una fuerza interior se lo impidió: ¿y los plagios demostrados? En su periódico El País han desaparecido.
 
Total, Bryce ha probado ser un cretinazo: le entregaron y se embolsó 150 mil dólares en su casa, viajó a Madrid y allá les contó una patraña que uno de los periódicos más influyentes de lengua española, si no el que más, se ha encargado de difundir sin investigar nada de nada. Resulta que en México querían linchar al escritor. Ciertamente: hay que joderse, aunque el único jodido sea el escritor peruano. Lo dicho: granujas. La máxima de George Sand espetó dentro del ático: "Nada se parece más a un hombre honesto que un pícaro que conoce su oficio".
 
Gil s’en va

Jorge F. Hernández, responde hoy a Alfredo Bryce Echenique:
El problema no era con Usted ni con sus obras —hasta hoy intocables—sino con el error de haberlo hecho gendarme con un premio de ciento cincuenta mil dólares que Usted ya recibió a escondidas, sin poder venir a Guadalajara y recibirlo como se merecían sus novelas y sus personajes antes entrañables… El problema es que con su exabrupto ya me colmó el plato: ese dinero habría servido para pizarrones, lápices o bancas en quién sabe cuántas escuelas mexicanas y no para que Usted desde su pedestal dizque intocable lance dizque insultos en su magra defensa sin siquiera agradecerle al pueblo de México, o a los estudiantes de la Universidad de Guadalajara o a los miles de lectores que le éramos incondicionales hasta el día de hoy en que le confirmamos el cobre al pelar Usted sus afilados dientes.
Aquí la nota completa.

Y en “¡Lero, lero, candelero!”, dice Guadalupe Loaeza.