Cincuenta años de correspondencia se dice rápido, pero son muchos años en lo que seguramente se intercambia demasiado. Al menos en este libro, Correspondencia 1925-1975 y otros documentos y legados, cada carta entre Hannah Arendt y Martin Heidegger es un ensayo adonde se nos muestra una relación muy rica al mezclar lo intelectual y lo pasional-amoroso, un combinado de lujo. El libro es precioso por donde se vea, tanto su portada (es de Mónica Bazán y Claudio Bado), su traducción (de Adán Kovacsics) y obviamente su excelente contenido. Transcribo algunos fragmentos, ellos dicen más que mil palabras:
1. MH a HA: "Querida señorita Arendt: Aún debo ir a verla esta noche y hablarle al corazón. Todo debe ser llano y claro y puro entre nosotros. Sólo entonces seremos dignos de encontrarnos. El hecho de que usted llegara a ser alumna mía y yo, su maestro, es sólo el origen de aquello que nos ocurrió. Nunca podré poseerla, pero usted pertenecerá a partir de ahora a mi vida, y ésta deberá crecer por usted".
2. MH a HA: "Cuidemos como un regalo depositado en el fuero más interno el hecho de haber podido encontrarnos y no lo deformemos por medio de autoengaños en la pura vivacidad; es decir, no nos imaginemos algo así como una amistad del alma, algo que nunca existe entre los seres humanos" (10.02.25)
3. MH a HA: "¿Por qué es el amor tan rico, superando todas las dimensiones de las otras posibilidades humanas, y por qué supone una carga dulce para aquellos a quienes afecta? Porque nos convertimos en aquello que amamos y, no obstante, seguimos siendo nosotros mismos. Querríamos dar entonces las gracias al amado y no encontramos nada que satisfaga ese deseo. Sólo podemos dar las gracias dándonos a nosotros mismos. El amor transforma la gratitud en fidelidad a nosotros mismos y en fe incondicional al otro. De este modo aumenta el amor continuamente su misterio más propio".
4. MH a HA: "[…] El hecho de que la presencia del otro irrumpa una vez en nuestra vida es aquello que ningún ánimo supera. Un destino humano se entrega a un destino humano, y el servicio del amor puro consiste en mantener despierta esta entrega igual que en el primer día (21.02.25).
5. MH a HA: “Escríbeme pronto, para yo poder tenerte conmigo en mis conferencias. Vivo mucho con Hölderlin, y por doquier estás cerca de mí” (Marburgo, 12. 04. 25).
6. MH a HA: “Te doy las gracias por tus cartas –por haberme acogido en tu amor- queridísima. ¿Sabes qué es lo más difícil que al ser humano le está dado cargar? Para todo lo demás hay caminos, ayuda, límites y comprensión –sólo aquí todo significa: estar en el amor = estar empujado a la existencia más propia. Amo significa volo, ut sis, dice san Agustín en un momento: te amo- quiero que seas lo que eres.
7. HA a MH: "Querido Martin, si alguna vez las cosas hubieran funcionado correctamente entre nosotros...".
Al final de la relación entre los amantes-amigos-colegas, se une un tercero: Elfriede, la esposa de Martin Heidegger, argumentando amistad. "En 1950, Arendt le envió una carta a Elfriede donde le confiesa-ratifica esta historia de amor, y agrega: En este sentido, creo yo, Martin y yo probablemente hemos pecado tanto el uno contra el otro como contra usted".
1. MH a HA: "Querida señorita Arendt: Aún debo ir a verla esta noche y hablarle al corazón. Todo debe ser llano y claro y puro entre nosotros. Sólo entonces seremos dignos de encontrarnos. El hecho de que usted llegara a ser alumna mía y yo, su maestro, es sólo el origen de aquello que nos ocurrió. Nunca podré poseerla, pero usted pertenecerá a partir de ahora a mi vida, y ésta deberá crecer por usted".
2. MH a HA: "Cuidemos como un regalo depositado en el fuero más interno el hecho de haber podido encontrarnos y no lo deformemos por medio de autoengaños en la pura vivacidad; es decir, no nos imaginemos algo así como una amistad del alma, algo que nunca existe entre los seres humanos" (10.02.25)
3. MH a HA: "¿Por qué es el amor tan rico, superando todas las dimensiones de las otras posibilidades humanas, y por qué supone una carga dulce para aquellos a quienes afecta? Porque nos convertimos en aquello que amamos y, no obstante, seguimos siendo nosotros mismos. Querríamos dar entonces las gracias al amado y no encontramos nada que satisfaga ese deseo. Sólo podemos dar las gracias dándonos a nosotros mismos. El amor transforma la gratitud en fidelidad a nosotros mismos y en fe incondicional al otro. De este modo aumenta el amor continuamente su misterio más propio".
4. MH a HA: "[…] El hecho de que la presencia del otro irrumpa una vez en nuestra vida es aquello que ningún ánimo supera. Un destino humano se entrega a un destino humano, y el servicio del amor puro consiste en mantener despierta esta entrega igual que en el primer día (21.02.25).
5. MH a HA: “Escríbeme pronto, para yo poder tenerte conmigo en mis conferencias. Vivo mucho con Hölderlin, y por doquier estás cerca de mí” (Marburgo, 12. 04. 25).
6. MH a HA: “Te doy las gracias por tus cartas –por haberme acogido en tu amor- queridísima. ¿Sabes qué es lo más difícil que al ser humano le está dado cargar? Para todo lo demás hay caminos, ayuda, límites y comprensión –sólo aquí todo significa: estar en el amor = estar empujado a la existencia más propia. Amo significa volo, ut sis, dice san Agustín en un momento: te amo- quiero que seas lo que eres.
7. HA a MH: "Querido Martin, si alguna vez las cosas hubieran funcionado correctamente entre nosotros...".
Al final de la relación entre los amantes-amigos-colegas, se une un tercero: Elfriede, la esposa de Martin Heidegger, argumentando amistad. "En 1950, Arendt le envió una carta a Elfriede donde le confiesa-ratifica esta historia de amor, y agrega: En este sentido, creo yo, Martin y yo probablemente hemos pecado tanto el uno contra el otro como contra usted".