27 de marzo de 2006

El sobrino de Wittgenstein: Bernhard

"Amistad es comportarse con el amigo como consigo mismo", dice Aristóteles, enlazando la amistad con la virtud. En El sobrino de Wittgenstein de Thomas Bernhard, publicada en Anagrama, la amistad de dos amigos es el eje temático de donde se desprende, como red de cocuyos, la locura, la muerte, la soledad, el amor, la enfermedad, la literatura en sí misma. La obra ¿es una novela? ¿un ensayo literario? ¿un ensayo filosófico? ¿una autobiografía? Difícil, e inconveniente, encerrarla en un solo género, podría decir que se trata de literatura híbrida, un diálogo entre géneros.

Todo inicia dos años después de la muerte de Paul Wittgenstein, el sobrino del filósofo Ludwing Wittgenstein, cuando teniendo en cuenta "el frío de enero y el vacío de enero en su casa", el escritor Thomas Bernhard decide llevar al papel la imagen que él tiene de su querido amigo Paul, "y no otra". De esta forma el narrador nos cuenta una historia que nos hace tocar el dolor, la ternura, la ironía de la vida con sus tristezas, alegría, nostalgias, siempre con base en el reconocimiento a un amigo y la importancia de éste en la vida y en su vida:

Paul y yo éramos bastante parecidos (...) Mientras yo estaba en el pabellón Hermann mi amigo Paul estaba a unos doscientos metros en el pabellón Ludwig, el cual, sin embargo, no pertenecía como el pabellón Hermann al departamento de pulmón, sino al manicomio.

De lo que primero nos enteramos es el momento en que Paul Wittgenstein y Thomas Bernhard se encuentran en un hospital, sólo que están en pabellones diferentes. "Paul, dice, se volvió loco porque, de repente, se enfrentó con todo y, como es natural, se vio derribado, lo mismo que yo me vi derribado un día porque, como él, me enfrenté con todo, sólo que él se volvió loco por la misma razón por la que yo me volví también tuberculoso". A partir de este momento se van desarrollando los acontecimientos que vivieron juntos, como cuando el escritor es galardonado con el Premio Grillparzer que le concedía la Academia de Ciencias y al llegar no lo reconoce nadie, lo acompañan "el ser de su vida" y su amigo Paul. Nadie lo recibe porque aunque le habían otorgado el Premio no lo conocían. Después de algun tiempo, un desconocido lo reconoce y por fin van por él, lo sientan al lado de la Ministra y "en el momento en que me senté junto a la Ministra, mi amigo Paul no pudo dominarse y estalló en una carcajada que conmovió a toda la sala, y que duró hasta que los músicos de la orquesta de cámara filarmónica comenzaron a tocar". Para esto, durante los discursos que se dicen en estas ocasiones consiguen que la ministra se duerma (y hasta ronque), despierta cuando todo termina no sin antes exclamar: "¿Pero dónde está el escritorcete?".

Lo que está también genial, contado con ese humor característico de Bernhard, es cuando nos ofrece "otra prueba de la fuerza de Paul: la llamada concesión de Premio Nacional de Literatura":

El ministro que hizo lo que se llama mi elogio, no dijo en ese elogio más que tonterías de mi, porque no hizo más que leer en un papel lo que le había escrito alguno de sus funcionarios encargado de la Literatura, por ejemplo que yo había escrito una novela sobre los mares del sur , lo que, naturalmente, jamás había hecho. Aunque siempre he sido austríaco, el Ministro afirmó que yo era holandés. Aunque yo no tenía la menor idea de ello, el Ministro afirmó que yo estaba especializado en novelas de aventuras. En su discurso afirmó varias veces que yo era extranjero y huésped de Austria (...) Aquel Ministro, como, sin excepción, todos los demás Ministros, llevaban la estupidez escrita en el rostro (...) Después de que pronuncié unas frases que había escrito en una hoja de papel poco antes de la entrega del premio, una pequeña digresión filosófica por decirlo así, en la que sólo decía que el hombre es miserable y tiene la muerte segura, mi disertación no había durado en conjunto más de tres minutos, el Ministro, que no había comprendido nada de lo que yo había dicho, saltó de su asiento indignado y agitó el puño cerrado ante mi cara. Resoplando de rabia me llamó además perro delante de todos los presentes y dejó el salón, no sin cerrar tras sí la puerta de cristales con tal fuerza que se partió en mil pedazos (...) Toda la concurrencia, unos centenares de vividores de las artes, pero sobre todo escritores, o sea colegas, como suele decirse, y sus acompañantes, se precipitaron tras el Ministro (...) dejándome plantado, con el ser de mi vida, en la sala de audiencias. Como un leproso. Nadie se quedó conmigo... salvo Paul. Fue el único que se quedó conmigo y con la compañera de mi vida, el ser de mi vida, consternado y divertido a la vez.

Muchas anécdotas más podría comentarles, todas muy interesantes, pero sería demasiado largo, ojalá puedan leerla quienes no lo han hecho. Es una estupenda obra plena de atmósferas, adonde la muerte está siempre a la vuelta de la esquina o, quizá, en un café vienés, y todo esto bajo la mirada de la inteligente e insondable sensibilidad de un ser humano que lo tuvo todo y después lo perdió, hasta la razón (las descripciones de las estancias en el manicomio son sobrecogedoras), pero jamás extravió su enorme corazón, Paul Wittgenstein, descrito por la pluma de un notable escritor, Thomas Bernhard.

Sobre Bernhard:

1. Una excelente Entrevista.
2. La farsa de la desolación, Javier Marías
3. Biografía.

19 comments:

Diego Zúñiga dijo...

Siempre he querido leer a Bernhard, es uno de esos autores que sin lógica se metió en mi cabeza y me ronda siempre... en bibliotecas no he encontrado textos suyos, y por lo general en las librerías están bastante caros... por lo que veo el libro que comentas está en compacto, lo que quiere decvir que el precio debería disminuir algo, pero creo que aún no llega a mi país, por lo menos nunca lo he visto. En fin, espero leer pronto a Bernhard, y lo más probable es que lea el libro que recomiendas... buen comentario, dan ganas de leerlos.
Saludos

MB dijo...

Un autor excelente, aunque terriblemente negativo. Saludos. I.

Anónimo dijo...

Me sumo a tu recomendación de Bernhard, Magda; es de los que nos conducen detrás de las cosas. Maestros antiguos me gustó.
Respecto a la matanza de focas, ¿qué decir? Es, precisamente, otro síntoma de lo que hay detrás de los países "civilizados"

Anónimo dijo...

Diego, Bernhard es de los escritores que hay que leer, cuando te sea posible hazlo, estoy segura de que te gustará mucho. La entrevista que pongo abajo de referencia, está muy interesante, se puede conocer más de cerca al escritor austriaco.

Muchas gracias.
______________

¿Negativo? Irineo ¿por qué?

Magda Díaz Morales dijo...

Mario, Maestros antiguos es estupenda, también me parece una novela híbrida ¿verdad? no se qué opines. Y nuevamente la música y la pintura, el arte, hacen presencia. Es un escritor notable.

Esto de la matanza de focas me parece una de las crueldades más grandes que existen ¿Qué han hecho estos animalitos para merecer del hombre semejante acto? Pobres seres vivos, inocentes de todo. Nunca he entendido de que se debe de estar hecho alguien para no sentir nada al estar asesinando, a palos, a un ser vivo. Las corridas de toros, las peleas de gallos, de perros, el maltrato en general (y las matanzas) de animales (y por supuesto de personas) es de las verguenzas más grandes que existen en la humanidad. Cuanta impotencia...

Ivan Humanes dijo...

Sí, un libro excelente, profundo y humorístico, escrito lúdica (y lúcida) -mente. Estuve fisgando en ese congreso iberoamericano, puede ser interesante, no lo conocía, la primera noticia que tengo. Gracias.

Fernando Galindo dijo...

Excelente recomendación, Magda. El final de este libro es excelente. Aunque seguramente ya lo habrás leído, también, te sugiero Transtorno (Alianza) y la biografía que publicó su traductor Miguel Sáenz, en Siruela. Asimismo vale la pena el artículo de Cristopher Domínguez que aparece en el libro Utopía de la hospitalidad. Me late tu blog y te seguiré visitando.
Saludos cordiales

Anónimo dijo...

Inconexo y convexo (para recogerte):

-La masa orgánica que sumarían todas las focas del mundo superaría la humana, dicen; su voracidad acaba con buena parte de la reserva pesquera, dicen; póngase una parka sintética, digo; no esquilme el fondo marino con redes de arrastre, digo; del con el palo en la cabeza a su p*** madre, digo.

- Te sigo, aprendo, escucho, callo, apunto, agradezco, Magda...

- Dijo alguien también, que no recuerdo ahora mismo: "Si quieres tener amigos, sé amigo".

Un estrujabrazo.

MB dijo...

¿Por qué negativo? El libro suyo que me leí hasta el final y me gustó es "Des arbres à abattre" en francés (no sé cómo está traducido en castellano). El autor, como si de un Proust de frases cortas se tratara, obsrva la escasa consistencia moral, afectiva e intelectual de la buena sociedad vienesa. Cuando uno acaba de leer el libro, con una estructura circular perfecta, tiene mucha fe en la habilidad literaria de Bernhard y muy poca en la humanidad. Saludos. I.

Anónimo dijo...

Me encanta este libro de Bernhard. Se lo pasé a mi ex-marido, que casi no lee literatura del siglo XX. Le encantó. Creo que aunque a los amantes de Gould a veces les molesta esta novela, es preciosa. Después de leer la pentalogía y Maestro antiguos, me quedé un poco cansada de Bernhard, pero recordarlo me ha gustado mucho ¿Dónde lo habré dejado? Me faltan muchos libros suyos por leer, algunos los tengo ya esperando turno para el verano. Besos, Magda, que te vaya muy bien en el Congreso.

Magda Díaz Morales dijo...

Muchas gracias a todos por sus comentarios.

He andado un poco apurada, pero ya pronto tomaré nuevamente el tiempo en mis manos, solo esta semana de apuros y listo.

Muchos saludos.

Anónimo dijo...

Por cierto, después de terminar ayer por la noche mi ponencia para asistir a un congreso de Semiótica que se llevará a cabo en la ciudad de México en los próximos días, hoy temprano decidí descansar (no tomar ni libros, ni nada que se le parezca) realizando algunos cambios en la plantilla de la bitácora. Me cansa ver siempre la misma fachada, así que no sería de extrañar que dentro de un tiempo regrese a la anterior.

Ojalá que les guste.

Anónimo dijo...

me gusta la nueva plantilla...
saludos desde mvdeo

Anónimo dijo...

Querida Magda, qué gusto volver a tu blog, ver la nueva plantilla (que quedó hermosa) y que nos recibas con ese libro de Bernhard que es uno de mis favoritos. Muchas gracias, en verdad. Todo lo mejor para tu Coloquio, te saldrá de maravilla tu exposición, ya verás.

Un beso desde el DeFectuoso,
Loriana.

Anónimo dijo...

Me gustaba más la otra, ésta es elegante, pero demasiado sobria, para mi gusto. Me gustaba la ilustración que por cierto, te iba a preguntar de quién es, porque hice un post sobre Mujeres leyendo y me acordé mucho de tus mujeres lectoras. A veces uno se cansa, sí, de sus plantillas, a mí me pasó. Cambié un tiempo, luego volví a la original porque la combinación de colores me gustaba más, era más suave. Muchos besos, Magda, feliz estancia en el D.F. Cómete unos tacos de pastor en Coyoacán y piensa en mí. Besos.

Magda Díaz Morales dijo...

Que bueno, Gabriel. Gracias.
___________

Loriana, estás en la ciudad más bella del mundo, mi tierra preciosa. ¡Que bien! disfrútalo mucho para que cuando regreses a Alemania recuerdes estos días en nuestra linda ciudad. Me alegra mucho andes por estos lares. Un abrazo y muchas gracias, el Coloquio estará muy interesante, ya te/les contaré.
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Pondré nuevamente la imagen que tenía, solamente quiero descansar unos días y nada más. La imagen que tenía me fascina, no la voy a soltar porque ya siento que es mía, como que foma parte del blog. Pero por un tiempito quiero ir cambiando imágenes para descansar de mirar siempre la misma. Ahora puse esta, luego pondré la que tenía u otra, y así, serán unas tres o cuatro imágenes que turnaré y que ya tengo guardadas y listas :)

Me comeré los taquitos al pastor en tu nombre, claro que sí, y como ya está haciendo calor un helado de coyoacán, una delicia. El evento al que iré tiene su sede en el Centro histórico, pero una tarde que tenemos libre iré de librerías y por supuesto que al bello coyoacán y te recordaré, por supuesto.

Cuando me canse esta plantilla regreso a la otra ;)

Un abrazo, Gabi.

Anónimo dijo...

Pues no estaría nada mal acordarnos de Gabi al mismo tiempo entre helado y librería por Coyoacán, digo, aprovechando que ando aquí. Te escribo, :-).

emejota dijo...

Querida Magda:

a mí "Maestros antiguos" me puede, me saca de quicio. Su fondo es interesante pero su forma se me atraganta. Esas vueltas y revueltas... no sé.

Un abrazo

Magda Díaz Morales dijo...

Querido Mariano, esas vueltas y revueltas que comentas son muy características de Bernhard, casi siempre hace lo mismo en todas sus obras y a veces sí, "atragantan". García Ponce es algo parecido, pero su repetir es de otra forma, más bien termático, como si quisiera decirnos "esto es lo que quiero significar".

Cuando lei por primera vez a Bernhard esto me llamó mucho la atención y me desesperaba un poco, pero al mismo tiempo percibí su intención, su estilo, y me fascinó. En esta obra hace lo mismo, da vueltas, repite, va, regresa, pero con maestría.

Te sugiero leas la referencia que pongo a la entrevista, ahi se nos adentra mucho a la obra de este gran escritor.

Un abrazo para ti.

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