En su artículo "El prisionero del sexo: el amor y la ley en Cervantes", dice Roberto González Echevarría que "Más que de caballería o de cualquier otro tema, don Quijote trata del amor. La caballería cae dentro del tema del amor, y no al revés. Ambas partes de la novela son algo así como laboratorios de amor, con muestras de casi todos los tipos concebibles de relación y ejemplos de casi todos los tipos de amantes. Las variantes parecen infinitas en número, y la acumulación creciente de historias hace que el libro, a veces, dé la impresión de ser un Decamerón español, unido por la locura y extrañas aventuras de don Quijote.
La galería de amantes abarca todo el espectro: de damiselas en peligro a prostitutas, de potenciales amantes cortesanos a seductores y tramposos, de mujeres vestidas de hombre a hombres vestidos de mujer, e incluso un atractivo joven vestido de mujer para ser menos atractivo a los demás hombres (está en manos de piratas turcos). Las parejas fluctúan desde Sancho y Teresa, campesinos interesados en casar a sus hijos, hasta el Duque y la Duquesa, una pareja aristocrática, aburrida, de mediana edad, en busca de entretenimiento. Juan Palomeque y su esposa tienen una venta muy frecuentada donde los viajeros pueden comer, dormir y, de ser necesario, recibir los favores de Maritornes. Esta es una prostituta feúcha a quien una noche, en la oscuridad de la venta, don Quijote toma por una bella damisela. Hasta el lánguido y huesudo Rocinante se enamora, pero sus insinuaciones a algunas yeguas reciben coces por respuesta y conducen a una pelea en la que el caballero y su escudero son fuertemente aporreados.
En la literatura del Siglo de Oro español, todo lo que ocurre antes del matrimonio es materia para la comedia, y todo lo que se produce después lo es para la tragedia. ¿Por qué es tan importante el amor en el Quijote y por qué sus efectos continuamente hacen a los personajes —no solo a los protagonistas— chocar con la ley o huir de ella? ¿Cuál es el resultado, en Cervantes, del entrejuego de deseo y prohibición, de amor y limitaciones jurídicas?
No existe, por así decirlo, el amor libre".
Artículo completo.
La galería de amantes abarca todo el espectro: de damiselas en peligro a prostitutas, de potenciales amantes cortesanos a seductores y tramposos, de mujeres vestidas de hombre a hombres vestidos de mujer, e incluso un atractivo joven vestido de mujer para ser menos atractivo a los demás hombres (está en manos de piratas turcos). Las parejas fluctúan desde Sancho y Teresa, campesinos interesados en casar a sus hijos, hasta el Duque y la Duquesa, una pareja aristocrática, aburrida, de mediana edad, en busca de entretenimiento. Juan Palomeque y su esposa tienen una venta muy frecuentada donde los viajeros pueden comer, dormir y, de ser necesario, recibir los favores de Maritornes. Esta es una prostituta feúcha a quien una noche, en la oscuridad de la venta, don Quijote toma por una bella damisela. Hasta el lánguido y huesudo Rocinante se enamora, pero sus insinuaciones a algunas yeguas reciben coces por respuesta y conducen a una pelea en la que el caballero y su escudero son fuertemente aporreados.
En la literatura del Siglo de Oro español, todo lo que ocurre antes del matrimonio es materia para la comedia, y todo lo que se produce después lo es para la tragedia. ¿Por qué es tan importante el amor en el Quijote y por qué sus efectos continuamente hacen a los personajes —no solo a los protagonistas— chocar con la ley o huir de ella? ¿Cuál es el resultado, en Cervantes, del entrejuego de deseo y prohibición, de amor y limitaciones jurídicas?
No existe, por así decirlo, el amor libre".
Artículo completo.
11 comments:
"-Maravillado estoy, señor, de la desenvoltura de Altisidora, la doncella de la duquesa: bravamente la debe de tener herida y raspasada aquel que llaman Amor, que dicen que es un rapaz ceguezuelo que, con estar lagañoso, o, por mejor decir, sin vista, si toma por blanco un corazón, por pequeño que sea, le acierta y traspasa de parte a parte con sus flechas. He oído decir también que en la vergüenza y recato de las doncellas se despuntan y embotan las amorosas saetas, pero en esta Altisidora más parece que se aguzan que despuntan.
-Advierte, Sancho -dijo don Quijote-, que el amor ni mira respetos ni guarda términos de razón en sus discursos, y tiene la misma condición que la muerte: que así acomete los altos alcázares de los reyes como las humildes chozas de los pastores, y cuando toma entera posesión de una alma, lo primero que hace es quitarle el temor y la vergüenza; y así, sin ella declaró Altisidora sus deseos, que engendraron en mi pecho antes confusión que lástima".
"Quitarle el temor y la vergüenza"... a veces. Pero la libertad, siempre. El amor libre no existe ni en el Quijote ni en ningún otro sitio. Bueno, quizá la caridad libre sí, pero el enamoramiento libre aún no se ha inventado.
Admirables, las posibilidades lectoras que sigue permitiendo El Quijote.
Es la Literatura una inagotable fuente donde abrevar y obtener argumentos para una tesis hasta de Derecho.
Cleo que, leer del modo que lo ha hecho el autor, requiere un gran conocimiento de cómo ha ido movilizándose e imponiendo la legislación en tierras españolas y la Europa toda, amén de haber leído mpas de una vez y profundamente, no sólo a Cervantes.
Repito: admirable.
Celebro que nos lo compartas.
Lo de Acephale está increíble, no veo la hora de hincarle el diente a esa maravilla... y justo cuando un amigo se va a España el jueves... gracias por esa recomendación, un abrazo!
PD Voy preparando un texto, pronto estará, ojala te guste...
Me he bajado el texto completo porque me ha parecido muy interesante. Voy leyéndolo. Siempre tienes tan buenas recomendaciones, y no sé de de qué chistera mágica consigues tanto tiempo... Un beso.
Hola, Magda: La verdad que el texto es bastante interesante, aunque largo merece la pena leerlo, detenidamente. Parece un estudio bastante acertado, y como del Quijote, de todas las grandes obras parece que vayan saliendo ensayos de gran embergadura como es este estupendísimo fragmento.
La fuente inagotable de la Literatura que se presta a otras Artes, me explico, sus derivaciones a otras obras, es incuestionable. Seguirán apareciendo este tipo de libros, para gozo de los amantes de la Gran Literatura imbuídas del no menos Gran Pensamiento ¿Tratados se pueden llamar? (No soy docta en estos temas)
Un beso.
Hola Magda:
Muy buena la referencia. Una buena guía para los lectores, como yo.
De acuerdo contigo José Ángel, la caridad libre si existe, pero eso no es amor. Y el amor libre tambien pienso que no existe, pero al menos hay tamaños, al menos lo más libre posible.
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El tema que comenta el escritor es muy interesante, Diana, como bien dices es admirable las posibilidades lectoras que sigue permitiendo El Quijote, y cómo no, es un libro notable.
Sergio, es en Argentina donde se ha publicado. Parece ser que se puede pedir, por favor da pica en donde dice "editorial Caja negra".
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Al contrario querida Luisa, lo que me falta es tiempo, quisiera esa chistera mágica...
Si, Puri, tratados, estudios, análisis, como queramos llamarlos, y que tantas cosas interesantes nos muestran. Aprendemos de ellos.
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Y vaya que engancha, querido Oliveira, y Marcela es un gran personaje, a mi también me gusta mucho. Gracias por el fragmento que transcribes y que dice cosas tan ciertas como: "todo lo hermoso es amable"... ¡por supuesto!
¡ah! el amor!, así es querido amigo.
Encontrar en El Quijote argumentos tan líricos como es hablar del amor y así crear un buen articulo en los tiempos que corren es una buena noticia. Nuestros clásicos son de una gran riqueza siempre que se acerque uno a ellos con la adecuada sutileza y paciencia, ambas muy escasas en estos momentos. Debemos ser conscientes del pasado literario que tenemos en castellano y revindicar siempre que sea posible su pujanza. Un placer leerte Magda, recibe un fuerte abrazo y que pases un buen fin de semana.
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