11 de febrero de 2007

Carta sobre el comercio de libros: Diderot

Con la invención de la imprenta el comercio de libros se extendió rápidamente, aunque eran pocas las personas que leían. Los comerciantes no sentían el furor de enriquecerse y respetaban el deseo de los noveles lectores de poseer las obras más interesantes.

De lo que aquí se trata es de examinar, según el estado en que se encuentran las cosas e incluso a la luz de las suposiciones, cuáles serán las consecuencias de los daños existentes y que podrían infligirse a nuestra Librería; si ella debe seguir soportando por mucho tiempo más los negocios que los extranjeros hacen con su comercio; cuál es la relación entre ese comercio y la literatura; si es posible que empeore uno sin menoscabo del otro o que un librero se empobrezca sin arruinar al autor; cuáles son los privilegios de los libros; si esos privilegios deben comprenderse bajo la denominación general y odiosa de "otras exclusividades"; si existe algún fundamento legitimo para limitar su duración y negar su renovación; cuál es la naturaleza de los fondos editoriales de una librería; cuáles son los títulos que avalan la posesión de una obra al librero cuando la adquiere por cesión de un literato; si tales títulos son momentáneos o perpetuos. El examen de estos diferentes puntos me conducirá al esclarecimiento de otros que usted me consulta.

Pero ante todo, señor, piense que, resulta más enojoso caer en la pobreza que nacer en la miseria; que la condición de un pueblo embrutecido es peor que la de un pueblo bruto; que una rama de comercio extraviada es una rama de comercio perdida y que en diez años se causan más males de los que se pueden reparar en un siglo.

Fragmentos de la Carta sobre el comercio de libros que, en el otoño de 1763, Denis Diderot dirige a un funcionario de Francia, Antonio Gabriel de Sartine, por entonces a cargo de la "Dirección de Librería" en París. Este documento del siglo XVIII es totalmente aplicable a la actualidad. Se puede leer completo el extracto del libro publicado por Fondo de Cultura Económica (FCE), es verdaderamente espléndido.

8 comments:

Alicia Rosell dijo...

Efectivamente, Magda. He abierto el enlace y es estupendísimo el documento. Tengo que leerlo detenidamente. Es una joya. Vaya, qué domingo más agradable me está resultando. Sobre todo, porque nos ofreces temas interesantes.
Este, especialmente, nos habla de la historia de libreros y lectores. Tiempos bien diferentes a los actuales, donde el comercio es lo primero y la figura del librero que nos encarga los libros empieza a desaparecer. Y sin embargo, tienes razón que este documento puede aplicarse a nuestros días. Sólo basta leerlo.
En fin, gracias por esta estupenda reseña.
Buen domingo, Magda. Abrazos.
Puri.

Anónimo dijo...

suplemento hecho en código asp...
siglo xviii y la ilustración con sus epístolas, aunque la verdadera comunicación se empieza a dar ahora ;) aunque también hemos llegado a la sociedad de la desinformación...

la imprenta, algo apasionante, tanto como internet, aunque ahora algunos trabajos de imprenta los puedo mandar por mail en formato .pdf :D

besito ilustrado linda magda.

Magda Díaz Morales dijo...

Desafortunadamente sí, Puri, la figura del librero empieza a desaparecer. Yo tenía uno muy bueno, lo extraño mucho, no nada más de avisaba cuando llegaban novedades sino que era un gran lector y cuando iba a la librería hablábamos mucho sobre determinadas obras y me recomendaba otras. En verdad que lo extraño.

Didedot es notable, sin duda.

Magda Díaz Morales dijo...

Jio, debió de ser una belleza ver las imprentas hacer los libros, cada linotipo para cada letra, y qué decir de las imágenes para las portadas. Ahora sí, se envia por pdf y es excelente, pero ya no tiene la misma belleza, le falta el olor de los libros, seguro pronto existirá una computadora, o desde el celular, que envie y reciba textos con olor ;)

¿Te imaginas tener un puesto de libros como el que vemos en la imagen? es hermoso.

Un besito, Jio.

Anónimo dijo...

bueno, las linotipias las he visto en los museos.
me produce fascinación la edición a todos los niveles del papel, será por el romanticismo implícito de gustarme parte de las cosas que hago ;).
sí, el olor de los libros.... algo a los que todos los lectores asociamos a un hábito que nos gusta, y ese olor de las librerías, mmmmm.... desde luego el pdf no lo puede reproducir.
en imprenta sí que puedo ver sin embargo como montan los fotolitos, como varían los colores del ordenador al resultado final... y pon que yo me sé fijar lo justo, pero mi dibujante... aaahhh... un auténtico mago obsesivo con el color de su trabajo en el papel y la técnica con la que le van a reproducir su trabajo.
pero sí, debían ser emocianante las imprentas de antes.
una peli muy chula "el loco del pelo rojo" que es la vida de Lautrec en el molin rouge enseña como configuró la imprenta y diseño medidas especiales para conseguir la cartelería exactamente como quería... o goya para sus "caprichos" también se montó su propia imprenta linotipia....
pero las técnicas evolucionan...
lo que parece más emocianante eran los mercadillos donde podías comprar esos pliegos de ciego, de cordel, esos romanceros, cruzarte con el juglar.... como cuando cervantes encuentra el texto de cide hamete en el mercado ;)
cartas conversacionales, diderot habría disfrutado.
:-*

Magda Díaz Morales dijo...

Sí, querido Jio, yo también he visto los linotipos en museos. En la ciudad de México hay imprentas antiguas que conservan sus máquinas ahi, no las usan pero las tienen de recuerdo, verlas es todo un deleite. Me contaba mi papá que mi abuelo tuvo una imprenta (entre muchas copsas más, fue una persona que hizo mil cosas, hasta tuvo un circo, me parece. Lo vi una vez en mi vida, falleció hace muchos años) y me explicaba todo ese proceso que se realizaba, una belleza.

García Ponce en su discurso en la entrega del Premio Rulfo, habló sobre esto de los linotipos y de cuando un libro se hacía como se hace una obra de arte. Su discurso está en su página, si gustas algun dia que tengas tiempo puedes leerlo.

Sí, que maravilla lo que dices: "los mercadillos donde podías comprar esos pliegos de ciego, de cordel, esos romanceros, cruzarte con el juglar... como cuando cervantes encuentra el texto de cide hamete en el mercado
cartas conversacionales, Diderot habría disfrutado", ah, que bello...

Anónimo dijo...

Interesante nota Magda,
La leí un poco pero ya tendré tiempo de leerla completa en estos días. En la universidad llevé un pesadísimo curso de Crítica Textual en la que se veía un poco cierta mecánica de la edición e impresión de libros antiguos, un curso extremadamente difícil pero interesante. Quedé impresionada por los modos de proceder en los antiguos libreros, ciertamente hermoso. Antes todo era mucho más "artesanal" por lo menos en comparación al tipo de fabricación de libros en grandes lotes el día de hoy. Ya leeré por completo el texto despues, pues he guardado el archivo. Veo que recomienda mucho el artículo tu amiga Purificación. Debe ser muy bueno. Bueno, me voy a una cena familiar, espero que te encuentres bien.

Vanesa

Magda Díaz Morales dijo...

Acá estamos en invierno, Vanessa, dentro de un mes entrará la primavera. Ha sido un invierno muy tranquilo, con solecito y buen clima, aunque ha habido días de intenso frío, sobre todo en diciembre y enero, y en algunos días de este mes.

El artículo es buenísimo, tan solo con ver que es de Diderot lo dice todo.

Publicar un comentario

No se publicarán comentarios anónimos.