21 de febrero de 2007

La duquesa de Alba 'musa' de Goya

El Museo del Prado presenta una publicación que recoge importante documentación inédita sobre los años que vinculan a Goya con la duquesa de Alba.

Un estudio de Manuela Mena, conservadora de arte del siglo XVIII, desmintió una leyenda urbana que hubiese merecido ser verdad: el romance entre la aristócrata duquesa de Alba y el pintor aragonés Goya. La investigadora realizó un estudio de documentación inédita y sus investigaciones la inclinaron a afirmar que la duquesa veía al artista sólo como un miembro más de la corte, como un médico o un mayordomo. "Se trata de un nivel que él intenta superar", señala Mena, "pero no como amante, sino como artista".

Con el título La duquesa de Alba 'musa' de Goya. El Mito y la Historia, la publicación, editada por El Viso, recoge en primicia los resultados de la investigación iniciada por Manuela Mena a raíz de la exhibición conjunta, por primera vez, de los dos retratos de cuerpo entero de la Duquesa de Alba en el Museo del Prado con motivo de la exposición « El Retrato Español. Del Greco a Picasso » (20 de octubre de 2004 – 6 de febrero de 2005). La conclusión más llamativa que se plasma en el libro es que la supuesta relación sentimental entre el pintor y la aristócrata se podría definir como una “leyenda urbana”, sin fundamento histórico.

La investigación que se refleja en esta publicación concluye que no existió una relación amorosa entre el pintor y la duquesa. El libro recoge nueva documentación que desmiente ese mito moderno que parece haberse mantenido vivo exclusivamente por razones románticas, sin base documentada alguna. La hipótesis de la relación sentimental entre ambos, que Manuela Mena califica como “leyenda urbana”, nació a fines del siglo XIX, siendo sustentada, sobre todo desde el siglo XX, por influyentes personalidades, desde historiadores del arte y novelistas hasta directores de cine.

La documentación inédita encontrada en el Archivo de Palacio y en el de Protocolos, así como en varias bibliotecas, y que ha sido analizada en el contexto de las vidas privadas y públicas de Goya y la duquesa, ha hecho posible reordenar y completar de forma imparcial lo ya conocido. Se incluye documentación de los años 1794 y 1798, período durante el cual el pintor estaba vinculado a la Casa de Alba. Por ejemplo, la correspondencia de la duquesa, después de enviudar, y de su hermanastro y primo, Carlos Pignatelli, desde Sanlúcar de Barrameda, documenta el amor de la aristócrata por su fallecido marido y la desolación y dolor en los que quedó sumida en ese período. Precisamente, la estancia de Goya en Cádiz, alentó las especulaciones modernas sobre su comportamiento de “viuda alegre”, lo que según se desprende de este estudio carece de credibilidad, ya que el artista, quizá sólo por un período muy breve, fue únicamente uno más de quienes visitaron brevemente a la duquesa en los meses que siguieron a la pérdida del duque de Alba.

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8 comments:

Petrusdom dijo...

Felicidades por tu blog en el que muchas veces se alimenta mi curiosidad "literaria". Gracias por la información sobre Goya que no he conocido en ningún otro medio.

Magda Díaz Morales dijo...

Gracias a ti por tu opinión para Apostillas literarias, Petrusdom. Bienvenido.

Silvio Gnisci Morgach dijo...

Bueno, no encuentro la reseña que has hecho en Narrativas y acudo a esta primera entrada para expresar mi pesar por la amputación del libro de Diderot que no es Jacques el fatalista sino Jacques el fatalista y su amo.

Mal por Azúa si así lo ha consentido.

Saludos, Magda

Anónimo dijo...

¡Qué pena! Me gustaba más la versión legendaria.
Está muy bien conocer la verdad de los hechos, pero a veces se queda corta, ¿no?

Diana L. Caffaratti dijo...

La Historia es la ciencia más imperfecta. Siempre se están construyendo nuevas realidades, y una de sus fuentes suele ser lo que se dice en forma general, cimentando leyendas, que cuando se trata de la buena o mala fama de las personas llena de equívocos e incertezas...
La Duquesa ha llevado entonces, con altura, todo lo que de ella se ha dicho.

Ah!. A Eco no me lo pierdo... Ya averigüé la llegada de su libro a mi país.
Qué buena suerte haberte encontrado!

Anónimo dijo...

Disculpa, Silvio ¿adonde no encuentras la reseña?, está en Narrativas, como bien dices. Y el buzón para mi correo-e está aquí mismo, a la izquierda de la página (o a la derecha, segun se mire), a tus órdenes.

No se nada de la "amputación" del libro de Diderot, me imagino que te refieres a la amputación del título, que sí es Jacques el fatalista nada más, y su título original es Jacques le Fataliste, según veo en las especificaciones de la contratapa.

De Azúa es las traducción y las notas, nada más. Un saludo.

Magda Díaz Morales dijo...

A mi también me gusta la versión legendaria, Luisa. En ocasiones los investigadores quitamos velos que aunque académicamente son muy interesantes para quien los realiza pues es una aportación, le quitamos asimismo esa aureola de romanticismo que en determinado momento se creó.

Me gustaría leer el libro y ver como fundamenta sus apreciaciones Manuela Mena, será interesante.

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Diana, el de Eco debe de ser un excelente libro. Ya lo leeremos, será un placer.

Anónimo dijo...

A mi también me gustaría leer el libro. Es lo primero que he pensado y, sin desmerecer el reconocido prestigio de M. Mena como investigadora, he deseado que si lo leo pueda encontrarle resquicios a la fundamentación.¡Qué cosas!

Perdóname la "autocita", pero un poco de esta "historia imperfecta", como muy bien dice Diana, va el Pan de Oro.

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