Muy poco se sabe de la vida de la escritora suiza Johanna Spyri, creadora literaria de Heidi. En una página sobre ella, la que dejo de referencia (en la cual se puede bajar el libro de Heidi en castellano), dice:
¿Quién no recuerda los personajes de Heidi, la música y las canciones, a la tía Dete, a la señorita Rottenmeier, al fiel San Bernardo, Niebla; aquellas cabritas en las montañas de los Alpes, a Pedro, el amigo de Heidi; a Clara, la niña inválida y rica y, por supuesto, al abuelo...Heidi comenzó su vida literaria poco después de 1870, mientras Europa sufría la guerra Franco-Prusiana. Johanna tenía entonces cuarenta y tres años y por espacio de dieciocho años había sido la esposa de Bernard Spyri, consejero del Cantón de Zürich. No obstante, el libro no fue publicado hasta 1880. Muchos de los personajes y de las escenas inolvidables de la obra eran queridos recuerdos de su propia niñez en la aldea de Hirzel, donde nació en Julio de 1827. La casa blanca sobre la montaña verde, que fue el lugar de su nacimiento, todavía se conserva a pocos kilómetros de la ciudad de Zürich. Desde las ventanas del piso superior se obtiene una vista de pinos obscuros junto al famoso lago de Zürich.
La escuela aldeana, a la cual concurrió primero Johanna y luego sus hermanas y hermanos, había sido una granero en medio de un sembrado. Seguramente su primer maestro debió haber sido muy poco hábil para confundir su timidez con holgazanería, humillándola constantemente ante toda la clase. El resultado fue que la sacó de allí y la envió a la otra escuela que funcionaba en casa del pastor de la villa. Como la misma Frau Spyri, su traductor, Charles Tritten, trató de reflejar los episodios de la vida de Johanna Spyri en su trazado de la adolescencia de Heidi; de tal modo, los días escolares de Heidi y sus posteriores tareas como maestra en la aldea de Dörfli, según se relatan en el segundo volumen de Heidi, Heidi y Peter, tienen mucho que ver con la propia adolescencia de Johanna Spyri. Así su interés por la música, su amor por los pájaros y las flores de los campos alpinos y de bosques cercanos a su hogar. Lo mismo que a Johanna, la Heidi señorita alentó muy poca curiosidad por lo que había más allá de las montañas que la rodeaban. Regresó de la escuela de Hawthorn con la alegría de pensar que pasaría el resto de su vida entre los queridos amigos de su infancia. Sabemos que Frau Spyri vivió feliz y contenta en aquel perímetro de pocos kilómetros en torno a Zürich. Cuatro años después de la publicación de Heidi, su querido esposo y compañero comprensivo, falleció. Su único hijo había muerto pequeño pocos años antes.
Pronto será el cumpleaños número 30 de Heidi, de la creación del personaje infantil japonés.