Fuertes las palabras de Robert Musil en Cuerpo y espíritu:
Cualquier observador capaz de prestar un poco de atención a sus semejantes y que esté dotado de un sentido del olfato comparable a ese interés, habrá podido notar más de una vez que, entre aquellos que son aficionados a los asuntos intelectuales, se da una falta de afición inversa a ocuparse de su otro yo, de ese cuerpo físico que sostiene su espíritu. Parecería como si el esfuerzo empleado en alimentar su espíritu, o tal vez el ardor con el que se entregan a las musas, les hiciera sudar de manera desmesurada e incontrolable. O tal vez sucede que pertenecen a una extraña secta cuyo lema es Mens sana in corpore putrido.
Escritos póstumos publicados en vida.