4 de agosto de 2007

Como agua para chocolate: Laura Esquivel

Laura Esquivel, Como agua para chocolate (México: Grijalbo, 1989)

La novela que me gustó de Laura Esquivel es ésta, es una novela agradable. Nunca superada por La ley del amor ni por Estrellita marinera o El libro de las emociones: son de la razón sin corazón o Tan veloz como el deseo. Me sucedió como con las novelas de Isabel Allende, no me gustaron.

En el momento de la publicación de Como agua para chocolate me pareció una buena estrategia narrativa el que una receta de cocina tutele cada capítulo. Tita es la que hace la comida y lo que ella siente y vive emocionalmente se traslada a aquellos que comen sus platillos. Estar "como agua para chocolate" significa estar a punto de explotar de enojo, hace referencia a la manera de ebullición que tiene que tener la leche para que se derrita el chocolate. En la novela tendrá que ver con el amor apasionado entre Tita y Pedro, siempre a punto de estallar.

La novela se desarrolla a inicios del siglo XX, en los tiempos de la Revolución Mexicana, y es gracias a Esperanza, la sobrina-nieta de Tita, que nos enteramos de la historia. Su bisabuela, mamá Elena, es una mujer intolerante, inflexible, severa, dominante. Según ella, de sus tres hijas, Rosaura, Gertrudis y Tita, la menor tiene que permanecer soltera para cuidarla hasta su muerte pues así lo dice la tradición. Por ello, cuando Pedro, el novio de Tita, la hija menor, quiere casarse con ella la madre no lo permite y a cambio le ofrece que lo haga con Rosaura, la hija mayor. Pedro se casa con Rosaura para estar al lado de Tita.

Gertudris es un personaje que destaca. Valiente, decidida, diferente a sus hermanas, que llega hasta prostituirse para calmar ese fuego que la invade. Es bella esa escena adonde sale corriendo de la casa después de comer las codornices que Tita cocina con los pétalos de las rosas que Pedro le regaló: llega su amado capitán a galope y hacen el amor mientras el caballo corre veloz por el campo. Gertudris regresa después de un tiempo felizmente casada con su capitán y convertida en generala de la lucha revolucionaria. La escena de las codornices (video).

Varios dramas se presentan en la novela (también llevada al cine por el ex-esposo de Laura Esquivel, Alfonso Arau); sin embargo, se rompe la tradición... Como agua para chocolate posee muchas cosas previsibles y otras demasiado obvias, como el nombre de la sobrina-nieta de Tita, pero es recomendable su lectura.

Como agua para chocolate obtuvo un éxito sin precedentes con ventas mundiales superiores a los tres millones de ejemplares, ha sido traducida a treinta idiomas.

7 comments:

la-de-marbella dijo...

A mi me gusto "Como agua para chocolate" lo suficiente como para leer más cosas de Laura Esquivel. Ninguno, y te doy la razón supera a este. Con Isabel Allende me paso algo curioso, me encanta la Isabel de la de la primera etapa, quizas hasta "Paula". El resto de su obra no me gusta nada. Es más, es como si fuesen dos escritores diferentes. Me gusta mucho Fanny Flagg, quizas la conozcas por "Tomates verdes fritos", tiene muchas novelas más de un buen nivel. Saludos

Anónimo dijo...

Ésa receta la conozco, la sé preparar, y por supuesto: la he tratado de difundir. ¡Que la pasión se expanda!
Entre comillas te digo que nunca me he atrevido a leer el librito: me gusta lo rosa, de hecho me encanta, pero algo hubo en el momento de tomar el libro, el tacto, la premonición, no sé, que no me enganchó...

Magda Díaz Morales dijo...

De Fanny Flagg no he leido nada, desafortunadamente. Vi la película "Tomates verdes fritos", cuyo título me parece estupendo, por cierto. La película me gustó mucho.
Respecto a 'Paula' debo confesarte que no me gusto nada. Me parece que explota el fallecimiento de su hija o quizá soy incapaz de entender como un dolor tan imposible de hallarle nombre, puede hablarse, hacerse libro y comercializarse.

Siempre me ha sorprendido ver que en algunos países las novelas de Isabel Allende se venden tanto. No lo entiendo con claridad, probablemente porque explota un feminismo cuya forma -su ángulo-, en mi opinión, está ya trascendido.

Muchos saludos.

Magda Díaz Morales dijo...

Vale la pena que lo leas, Malvisto, tiene muchas cosas agradables. El peresonaje de la madre está muy bien dibujado, una mujer tan castrante y bañada por una tradición plena de mitos, de ideología judeo-cristiana. Una tradición que hace a un lado cuando le conviene o quizá cuando la vida la lleva: engaña a su esposo, Gertrudis no es hija del mismo padre de Rosaura y de Tita.

Rosaura es otro personaje singular: acepta contraer matrimonio con Pedro sabiendo que no la quiere. La escena cuando se enferma del estómago... es escatológica.

Ojalá puedas leerla, te va a gustar.

Ojo de fuego dijo...

Pues intentaré leerla, haber si después de la última que estoy leyendo, Abril Rojo, creo que necesito algo de pasión desenfrenada de mujer...
Es que está última es terrible, muerte por doquier...
Un beso

Anónimo dijo...

Y pensar que Alfonso Arau, el director de la peli, llevaba décadas saliendo en películas de Hollywood de comparsa hispano de turno: guerrillero mexicano ("Los tres amigos"), militar de república bananera ("Grupo salvaje"), narcotraficante de tres al cuarto ("Tras el corazón verde"). Luego se puso a rodar sus propias películas, y ahí está.

Ah, de acuerdo con lo de "Tomates verdes fritos".
Estupendo post

Magda Díaz Morales dijo...

Muchas gracias.

Es cierto lo que dices, eso venía haciendo Arau, películas horribles, por cierto. Con esta película tuvo mucho cuidado Laura Esquivel, que no le permitía lo que no debía.

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