Margo Glantz, Obras reunidas I. Ensayos sobre literatura colonial (México: Fondo de Cultura Económica, 2006)
Una de las lecturas que más disfruto, es el ensayo. Este primer tomo de las Obras reunidas de Margo Glantz, está muy interesante. En él, desarrolla un estudio que va desde las Crónicas de la Conquista hasta toda una disertación sobre Sor Juana Inés de la Cruz. De 603 páginas que conforman el libro, unas 450 están dedicadas a la Fénix de América, nuestra Décima musa.
Sus reflexiones inician con dos periodos de la historia colonial, primero la Conquista y luego el Virreinato, especialmente se ocupa de Sor Juana. Nos advierte al comienzo, en "Las vicisitudes del texto", que ha de concentrarse "en un punto esencial que a primera vista podría parecer banal; es, sin embargo, el lazo de unión de esta reflexión: analizo el problema de la escritura propiamente dicha, y el proceso manual necesario para ponerla en ejecución, además de las consecuencias que esta acción produce, lo que en buen castellano se llamaría un borrador, el cual, para existir, deberá estar compuesto de letras y borrones, palabra significativa y muy frecuentemente usada tanto en el siglo XVI como en el XVII".
Desde el inicio de mis estudios universitarios me interesó la literatura colonial, me hubiera gustado especializarme en ella, conocerla lo más posible. Particularmente tenía, y tengo, deseos de adentrarme en dos cuestiones primordiales:
1, Fundamentar, a través de lo que haya escrito sobre estos siglos (cartas, archivos, publicaciones, crónicas, el mito que, como dice Galeano, construyó el vencido para no ser totalmente aniquilado y que revelan las historias de lo que llamamos mundo), que la llegada de la religión cristiana fue una desventura, una religión metida a palos y muerte.
Y 2, investigar el lado "mágico" de todo esto. Con mágico me refiero a todo lo que existía en esa época detrás, oculto, tapado, castigado: monjas enamoradas, hechizos y brujería (según decía la Inquisición), beatas embaucadoras (como Crisanta Cruz, personaje de Ángeles del abismo de Enrique Serna, inspirado en Teresa Romero, un personaje real del siglo XVII), el erotismo sancionado, excomulgado, perseguido y torturado. Un tema que lleva a varias cosas, esencialmente a asumir el daño irreparable que los dogmas religiosos causaron en el ser humano, particularmente en el erotismo (empezando con eso de la separación entre alma y cuerpo. El poder siempre tiene la palabra).
No se si algún día podré dedicarme, con la seriedad que toda investigación exige, a este anhelo académico. Me he ido más por la Literatura del siglo XX y la Teoría literaria, pero de que me gustaría, es innegable. Tal vez no lo haga de pleno, pero espero por lo menos realizar un capítulo al respecto. Me apasionan todos estos temas que se dieron en la Colonia. Por eso, y por mucho más, este libro de Margo Glantz es para mi relevante. El trabajo que realiza a través de la obra y la vida de Sor Juana, es notable.
Una de las lecturas que más disfruto, es el ensayo. Este primer tomo de las Obras reunidas de Margo Glantz, está muy interesante. En él, desarrolla un estudio que va desde las Crónicas de la Conquista hasta toda una disertación sobre Sor Juana Inés de la Cruz. De 603 páginas que conforman el libro, unas 450 están dedicadas a la Fénix de América, nuestra Décima musa.
Sus reflexiones inician con dos periodos de la historia colonial, primero la Conquista y luego el Virreinato, especialmente se ocupa de Sor Juana. Nos advierte al comienzo, en "Las vicisitudes del texto", que ha de concentrarse "en un punto esencial que a primera vista podría parecer banal; es, sin embargo, el lazo de unión de esta reflexión: analizo el problema de la escritura propiamente dicha, y el proceso manual necesario para ponerla en ejecución, además de las consecuencias que esta acción produce, lo que en buen castellano se llamaría un borrador, el cual, para existir, deberá estar compuesto de letras y borrones, palabra significativa y muy frecuentemente usada tanto en el siglo XVI como en el XVII".
Desde el inicio de mis estudios universitarios me interesó la literatura colonial, me hubiera gustado especializarme en ella, conocerla lo más posible. Particularmente tenía, y tengo, deseos de adentrarme en dos cuestiones primordiales:
1, Fundamentar, a través de lo que haya escrito sobre estos siglos (cartas, archivos, publicaciones, crónicas, el mito que, como dice Galeano, construyó el vencido para no ser totalmente aniquilado y que revelan las historias de lo que llamamos mundo), que la llegada de la religión cristiana fue una desventura, una religión metida a palos y muerte.
Y 2, investigar el lado "mágico" de todo esto. Con mágico me refiero a todo lo que existía en esa época detrás, oculto, tapado, castigado: monjas enamoradas, hechizos y brujería (según decía la Inquisición), beatas embaucadoras (como Crisanta Cruz, personaje de Ángeles del abismo de Enrique Serna, inspirado en Teresa Romero, un personaje real del siglo XVII), el erotismo sancionado, excomulgado, perseguido y torturado. Un tema que lleva a varias cosas, esencialmente a asumir el daño irreparable que los dogmas religiosos causaron en el ser humano, particularmente en el erotismo (empezando con eso de la separación entre alma y cuerpo. El poder siempre tiene la palabra).
No se si algún día podré dedicarme, con la seriedad que toda investigación exige, a este anhelo académico. Me he ido más por la Literatura del siglo XX y la Teoría literaria, pero de que me gustaría, es innegable. Tal vez no lo haga de pleno, pero espero por lo menos realizar un capítulo al respecto. Me apasionan todos estos temas que se dieron en la Colonia. Por eso, y por mucho más, este libro de Margo Glantz es para mi relevante. El trabajo que realiza a través de la obra y la vida de Sor Juana, es notable.