La niña tenía cuatro años, de manera que con seguridad sus recuerdos eran confusos. Su madre, para hacerla consciente del inminente cambio, la llevó hasta la cerca de alambre de púas y, de lejos, le mostró el tren.
- ¿No te alegras? Ese tren nos llevará a casa.
- Y entonces ¿qué va a pasar?
- Entonces estaremos en nuestro hogar.
- ¿Qué es un hogar? – preguntó la niña.
- Donde vivíamos antes.
- Y allí ¿qué hay?
- ¿Te acuerdas todavía de tu osito? Quizás también estén allí tus muñecas.
- Mamá – preguntó la niña -, ¿en casa también hay guardias?
- No, allí no hay.
- Entonces – preguntó la niña -, de allí ¿podremos escapar?
István Örkény, "Hogar", del libro Cuentos en un minuto (Trad. Judit Gerendas, Editorial Thule, 2006).
"Los Cuentos de un minuto de Örkény también tienen una relación peculiar con la realidad. Muchos de ellos usan el lenguaje periodístico de los anuncios, e históricamente están muy arraigados a la realidad centroeuropea de los años sesenta, al régimen que se atrevía a llamarse socialista. Justamente por esa razón su interpretación y recepción deben ser distintas para un lector del siglo XXI, con un pasado y unas experiencias diferentes. Sin embargo, su visión grotesca y su humor absurdo, capaces de representar los conflictos, las situaciones humanas de manera compacta, densa, son independientes de la época y de la ideología política actual.
Este enfoque al revés que invierte el orden y lo vuelve todo literalmente de arriba abajo, más el tono descarado que aparenta no respetar nada ni a nadie, son los que tienen en común ambos autores (István Örkény y Frigyes Karinthy). Sus obras nos brindan la ocasión de tener una visión diferente de lo habitual y cotidiano, sobre los momentos más oscuros de la historia mundial del siglo XX y sobre la lucha contra una enfermedad mortal.
Por el tono irónico de sus cuentos y dramas, y por su actitud siempre dispuesta a burlarse de todo y de todos, Örkény es uno de los autores más conocidos y más queridos de las letras húngaras".
Via | El absurdo humor húngaro
"Los Cuentos de un minuto de Örkény también tienen una relación peculiar con la realidad. Muchos de ellos usan el lenguaje periodístico de los anuncios, e históricamente están muy arraigados a la realidad centroeuropea de los años sesenta, al régimen que se atrevía a llamarse socialista. Justamente por esa razón su interpretación y recepción deben ser distintas para un lector del siglo XXI, con un pasado y unas experiencias diferentes. Sin embargo, su visión grotesca y su humor absurdo, capaces de representar los conflictos, las situaciones humanas de manera compacta, densa, son independientes de la época y de la ideología política actual.
Este enfoque al revés que invierte el orden y lo vuelve todo literalmente de arriba abajo, más el tono descarado que aparenta no respetar nada ni a nadie, son los que tienen en común ambos autores (István Örkény y Frigyes Karinthy). Sus obras nos brindan la ocasión de tener una visión diferente de lo habitual y cotidiano, sobre los momentos más oscuros de la historia mundial del siglo XX y sobre la lucha contra una enfermedad mortal.
Por el tono irónico de sus cuentos y dramas, y por su actitud siempre dispuesta a burlarse de todo y de todos, Örkény es uno de los autores más conocidos y más queridos de las letras húngaras".
Via | El absurdo humor húngaro
10 comments:
Parece interesante Magda,y esa condensación conseguida en un minuto.Yo leí el violín de Auschwitz que entrañaba la misma lacerante música de fondo,pero no de un minuto,pongamos el tiempo de una novela corta.
Feliz solsticio!
Lo escalofriante, si breve, dos veces escalofriante...
Situaciones que viven países y ciudades con problemas de ocupación. Qué duro.
Un estupendo cuento.
Un maravilla, como muchos de los cuentos breves (de un minuto) que escribió. Qué difícil es condensar tanto en tan poco tiempo.
Un saludo
Brutal la forma en que el autor describe el horror sin mencionarlo, a través de la pregunta inocente de una niña, lo que sin duda amplifica la dimensión del horror. Gracias por el cuento.
Se puede transmitir tanto en un texto tan pequeño...
- Feliz verano, Amaia. Veo que te das un descanso, excelente. Pásala bien.
- Y vaya que si, Alfredo. El cuento hace sentir esas emociones tan difíciles que viven los personajes. Podemos imaginar esta situaciones y nos quedamos cortos.
- Fernanda, así son los campos de concentración que retrata el relato, un cuento que dice más en lo que de silencio guarda...
- Jozko, me alegra mucho saludarte y verte por estos lares.
- Graciasa a ti Gloria, por tu visita y comentario.
- Excelente Claudia, será un placer leerlo. Muchas gracias.
- Justamente B, lo mismo pienso.
Qué genialidad expresar ese horror desde el punto de vista de una niña. A diferencia del famoso niño del pijama de rayas.
Terrible y sublime.
Un abrazo.
Me encantan los cuentos cortos y microrrelatos, es precisamente lo que me gusta escribir, pero verdaderamente el ejemplo expuesto me ha impactado, sinceramente.
Saludos y éxitos
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