Vicente Alfonso, Partitura para mujer muerta (México: Random House Mondadori, 2008)
La interdiscursividad, esa relación entre el texto literario y otras artes (otros discursos), recorre Partitura para mujer muerta de Vicente Alfonso (obtuvo con ella el Premio Nacional de Literatura Policíaca). La referencia al discurso musical, pero también al cinematográfico y al histórico, es la interacción dinámica que acompaña al entramado textual. Este procedimiento, por donde transcurre la historia alrededor de un asesinato, me parece una clave importante para nuestra interpretación de lectura. El tráfico de guiños entre música y escritura pone en contacto dos universos referenciales que entrelazan hilos cuya recursividad propicia toda esa representación de haces semánticos por donde transita la construcción del universo ficcional.
Laura Suárez, una violinista, es asesinada en su departamento en la ciudad de Monterrey durante la primavera del 95. Su violín, un Vuillaume de 1864 que se decía había tocado Mendelssohn, está extraviado. Su desaparición ¿es el motivo del crimen? Los sucesos se desarrollan entre 1995 –a unos meses de los asesinatos de Colosio y Ruiz Massieu– y 2004. El país sufre una gran crisis económica, "Salinas y Zedillo se culpaban entre sí por una crisis que parecía no tener fin; cada día se devaluaba más el peso, aumentaban los despidos, cerraban los negocios y el número de suicidios se multiplicaba". El crimen parecía estar a la orden del día y con él, la injusticia preponderando. ¿Qué papel, bajo esta contextualidad social, desempeña el arte?
A Jesús Gómez, asistente de Juan José Blackaller, en ese entonces agente del Ministerio Público, le toca investigar sobre el asesinato de la violinista. "Poco a poco, dice, me impuse el desafío de descifrar las señales, de reunir las piezas de esa historia". Gómez encuentra, en el lugar de los hechos, unos papeles ensangrentados, eran unas partituras y un texto titulado "Ejercicio 9: Partitura para mujer muerta".
Paralelamente encontramos a Álvaro Lobato, novio de la asesinada, con deseos de conocer los móviles del crimen sucedido nueve años atrás, después de estar con él por última vez. El asesinato está rodeado de gran misterio y mentiras. A cómo de lugar Álvaro trata de encontrar a Perla Cantú, una violonchelista alumna de Carlos Prieto, amiga de Laura Suárez que tiene que prostituirse para comprar su violonchelo.
A partir de esto se desarrolla la historia, hechos después del asesinato de la violinista. La novela me recordó El miedo a los animales de Enrique Serna. Partitura para mujer muerta es una muy buena novela que reflexiona, a través de Gómez, sobre aquello de que "todos podemos ser asesinos siempre y cuando encontremos quién desee ser nuestra víctima. Nos pasamos la vida buscando a alguien dispuesto a agonizar en nuestras manos. Cuando lo hallamos, acabarlo es cumplir con la última fase del ritual. El riesgo -porque siempre hay un riesgo- es andar por ahí en busca de una víctima y topar con el verdugo, una persona en cuyas manos estemos dispuestos a morir"
La interdiscursividad, esa relación entre el texto literario y otras artes (otros discursos), recorre Partitura para mujer muerta de Vicente Alfonso (obtuvo con ella el Premio Nacional de Literatura Policíaca). La referencia al discurso musical, pero también al cinematográfico y al histórico, es la interacción dinámica que acompaña al entramado textual. Este procedimiento, por donde transcurre la historia alrededor de un asesinato, me parece una clave importante para nuestra interpretación de lectura. El tráfico de guiños entre música y escritura pone en contacto dos universos referenciales que entrelazan hilos cuya recursividad propicia toda esa representación de haces semánticos por donde transita la construcción del universo ficcional.
Laura Suárez, una violinista, es asesinada en su departamento en la ciudad de Monterrey durante la primavera del 95. Su violín, un Vuillaume de 1864 que se decía había tocado Mendelssohn, está extraviado. Su desaparición ¿es el motivo del crimen? Los sucesos se desarrollan entre 1995 –a unos meses de los asesinatos de Colosio y Ruiz Massieu– y 2004. El país sufre una gran crisis económica, "Salinas y Zedillo se culpaban entre sí por una crisis que parecía no tener fin; cada día se devaluaba más el peso, aumentaban los despidos, cerraban los negocios y el número de suicidios se multiplicaba". El crimen parecía estar a la orden del día y con él, la injusticia preponderando. ¿Qué papel, bajo esta contextualidad social, desempeña el arte?
A Jesús Gómez, asistente de Juan José Blackaller, en ese entonces agente del Ministerio Público, le toca investigar sobre el asesinato de la violinista. "Poco a poco, dice, me impuse el desafío de descifrar las señales, de reunir las piezas de esa historia". Gómez encuentra, en el lugar de los hechos, unos papeles ensangrentados, eran unas partituras y un texto titulado "Ejercicio 9: Partitura para mujer muerta".
Paralelamente encontramos a Álvaro Lobato, novio de la asesinada, con deseos de conocer los móviles del crimen sucedido nueve años atrás, después de estar con él por última vez. El asesinato está rodeado de gran misterio y mentiras. A cómo de lugar Álvaro trata de encontrar a Perla Cantú, una violonchelista alumna de Carlos Prieto, amiga de Laura Suárez que tiene que prostituirse para comprar su violonchelo.
A partir de esto se desarrolla la historia, hechos después del asesinato de la violinista. La novela me recordó El miedo a los animales de Enrique Serna. Partitura para mujer muerta es una muy buena novela que reflexiona, a través de Gómez, sobre aquello de que "todos podemos ser asesinos siempre y cuando encontremos quién desee ser nuestra víctima. Nos pasamos la vida buscando a alguien dispuesto a agonizar en nuestras manos. Cuando lo hallamos, acabarlo es cumplir con la última fase del ritual. El riesgo -porque siempre hay un riesgo- es andar por ahí en busca de una víctima y topar con el verdugo, una persona en cuyas manos estemos dispuestos a morir"
Algunos hombres aman con el cuerpo, otros con el dinero o con el intelecto. Yo amo con la música. En nuestra relación, la música ha constituido un vínculo más estrecho que cualquier vínculo erótico y carnal. Tú que entiendes de todo y me hablas de la otra orilla, seguramente sabes qué fuerza tan inmensa posee la música. Tiene más fuerza que el beso, que la palabra, que el tacto. Lo que uno ya es incapaz de contar con el cuerpo y el espíritu, termina contándolo con la música. Yo he sido la única persona que ha sabido hablarle a ese cuerpo precioso y enfermo... ¿Acaso no lo sabías? Le hablaba con la ayuda de la música (La hermana, Sándor Márai).
6 comments:
La novela negra en México está resultando fascinante. No he leido esta novela, pero me ha interesado mucho la conexión entre música, crimen y pasión.
Un saludo
Fascinante, Magda. La introducción, la historia, sus aledaños, el autor...
Muchas gracias por la referencia.
Un abrazo.
Muy inquietante eso de "todos podemos ser asesinados...", por más que es una verdad como un templo (basta con encontrarse en el lugar oportuno en el momento oportuno). Uf, hay días que es mejor no salir de casa, y aún así se libra uno...
Tus apostillas me animan a mantener en la rutina, el tiempo para la lectura y no claudicar.
Gracias.
Muchas gracias por su visita y comentarios.
Un abrazo para ustedes.
Empiezo a leer este libro y me tiene atrapada.
Publicar un comentario
No se publicarán comentarios anónimos.