Octavio Paz, Carlos Fuentes, Sergio Pitol y José Emilio Pacheco, los cuatro grandes escritores mexicanos que han recibido el Premio Cervantes de Literatura, formaron y forman parte del claustro académico de la Universidad Veracruzana (UV).
Octavio Paz recibió la condecoración en 1981. A principios de los años 60, mantuvo una vigorosa relación con la UV y con su editorial, a la sazón dirigida por el escritor Sergio Galindo. Paz se había involucrado de lleno en el proyecto que devino en la publicación de La magia de la risa, volumen preparado por Alfonso Medellín Zenil sobre las caritas sonrientes de la cultura totonaca, para el cual el Nobel no sólo escribió un ensayo, sino que se convirtió en promotor del texto en los círculos europeos.
Carlos Fuentes recibió el Cervantes en 1987. Desde el año 2000 forma parte del claustro académico formal de la UV tras recibir el doctorado Honoris Causa de esta casa de estudios, participó con la Editorial universitaria en la creación de una colección de literatura que lleva su nombre y a partir de 2009 se instauró en la institución la cátedra universitaria que lleva su nombre. En la primera edición de la cátedra, el escritor participó de manera tan activa que incluso se comprometió con la organización de la edición 2010 de la misma.
Sergio Pitol Deméneghi recibió en 2005 el Cervantes. Es académico e investigador titular de la Universidad. Caminó junto a Sergio Galindo en la Editorial de la UV en los años sesenta, considerada la época dorada de esta casa editorial. Avecindado en la ciudad de Xalapa, Pitol hoy dirige la colección Biblioteca del Universitario, una colección de 52 obras maestras de la literatura universal seleccionadas por el propio Pitol, además de que es la más importante figura tutelar de la UV en lo que a letras se refiere.
José Emilio Pacheco, Premio Cervantes de este año, recibió el doctorado Honoris Causa de la UV en diciembre de 2002. Al igual que Pitol y Paz, formó parte de aquella época dorada de la Editorial de la UV en los años sesenta. Posteriormente, ha vuelto una y otra vez a la Universidad ya para dictar una conferencia, ya para participar en la Feria Internacional del Libro Universitario (FILU).
También Ida Rodríguez Prampolini, una de las principales autoridades en materia de arte del país, pertenece al claustro académico de la UV. Tras fundar el Instituto Veracruzano de Cultura en los años 80, recibió el Premio Nacional de las Artes y, en agosto de 2003, entró a la academia universitaria tras recibir el doctorado Honoris Causa de esta casa de estudios.
Y en este artículo falta mencionar al excelente poeta y traductor, José Luis Rivas. Recientemente galardonado con el Premio Nacional de Ciencias y Artes 2009. Investigador de la Universidad Veracruzana (UV) y Director de la Editorial de esta misma Universidad durante 14 años.
Ha sido merecedor de los premios Xavier Villaurrutia por su obra Brazos de mar y la traducción de la Poesía completa de T.S. Elliot; del Carlos Pellicer por Tierra nativa y del Nacional de Poesía Aguascalientes por La transparencia del deseo, entre muchos otros.
Octavio Paz recibió la condecoración en 1981. A principios de los años 60, mantuvo una vigorosa relación con la UV y con su editorial, a la sazón dirigida por el escritor Sergio Galindo. Paz se había involucrado de lleno en el proyecto que devino en la publicación de La magia de la risa, volumen preparado por Alfonso Medellín Zenil sobre las caritas sonrientes de la cultura totonaca, para el cual el Nobel no sólo escribió un ensayo, sino que se convirtió en promotor del texto en los círculos europeos.
Carlos Fuentes recibió el Cervantes en 1987. Desde el año 2000 forma parte del claustro académico formal de la UV tras recibir el doctorado Honoris Causa de esta casa de estudios, participó con la Editorial universitaria en la creación de una colección de literatura que lleva su nombre y a partir de 2009 se instauró en la institución la cátedra universitaria que lleva su nombre. En la primera edición de la cátedra, el escritor participó de manera tan activa que incluso se comprometió con la organización de la edición 2010 de la misma.
Sergio Pitol Deméneghi recibió en 2005 el Cervantes. Es académico e investigador titular de la Universidad. Caminó junto a Sergio Galindo en la Editorial de la UV en los años sesenta, considerada la época dorada de esta casa editorial. Avecindado en la ciudad de Xalapa, Pitol hoy dirige la colección Biblioteca del Universitario, una colección de 52 obras maestras de la literatura universal seleccionadas por el propio Pitol, además de que es la más importante figura tutelar de la UV en lo que a letras se refiere.
José Emilio Pacheco, Premio Cervantes de este año, recibió el doctorado Honoris Causa de la UV en diciembre de 2002. Al igual que Pitol y Paz, formó parte de aquella época dorada de la Editorial de la UV en los años sesenta. Posteriormente, ha vuelto una y otra vez a la Universidad ya para dictar una conferencia, ya para participar en la Feria Internacional del Libro Universitario (FILU).
También Ida Rodríguez Prampolini, una de las principales autoridades en materia de arte del país, pertenece al claustro académico de la UV. Tras fundar el Instituto Veracruzano de Cultura en los años 80, recibió el Premio Nacional de las Artes y, en agosto de 2003, entró a la academia universitaria tras recibir el doctorado Honoris Causa de esta casa de estudios.
Y en este artículo falta mencionar al excelente poeta y traductor, José Luis Rivas. Recientemente galardonado con el Premio Nacional de Ciencias y Artes 2009. Investigador de la Universidad Veracruzana (UV) y Director de la Editorial de esta misma Universidad durante 14 años.
Ha sido merecedor de los premios Xavier Villaurrutia por su obra Brazos de mar y la traducción de la Poesía completa de T.S. Elliot; del Carlos Pellicer por Tierra nativa y del Nacional de Poesía Aguascalientes por La transparencia del deseo, entre muchos otros.
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