Finalmente Granta hizo pública su lista de los mejores narradores en español nacidos después de 1975. Si tienen en su blogroll a dos o tres escritores en potencia o medianamente consagrados seguro se han enterado de las discusiones, predicciones y ofensas que dicha lista suscitó (en el blog de Javier Calvo, por ejemplo, se barajaron probables listas, la mayoría fallidas según vimos después).
Lo que me queda claro después de leer algunas de estas opiniones es que la lista de Granta interesa mucho a los implicados (escritores y editores rondando la treintena), algo a la comunidad literaria (los suplementos y revistas probablemente se alimenten de esto durante un par de semanas -periódicos como el NTY ya se hicieron eco de la lista-) y casi nada a los lectores (en la medida en que después de leer la lista les será difícil leer a los seleccionados).
No es mezquino pero quizá idiota decir que a esta edición de Granta le falta el brillo de su par inglesa, pues finalmente es un ejercicio inédito y porque al no tener un buen ejemplo anterior a la mano es difícil prever sus consecuencias (qué tal si un día abrimos los ojos un lunes por la mañana y decimos “Sí, Granta tenía razón”) y porque en estos asuntos siempre es difícil darle gusto a todos (y eso sin mencionar la falta de brillo provocada por la mala periodicidad y el poco impacto que en general tiene Granta en español hoy en día).
¿Importa una lista como esta? ¿Debemos leerlos? ¿Hay en esta selección un verdadero valor literario o una suma de voluntades para vender una ficción de cartón a los desprevenidos lectores?
La primera pregunta es la madre de todas las preguntas cuando se trata de hablar de la relación editorial entre España y Latinoamérica. Y no pienso aburrirlos con un asunto que todos conocen bien. La pregunta es, ¿qué sucede después? ¿Qué estrategias usarán los editores para aprovechar esta eclosión de notas de prensa y posts? Por lo pronto uno esperaría que la revista Granta se pudiera conseguir en cada país de Latinoamérica pero ni eso es seguro. ¿Podría ser el ebook una alternativa para que los lectores puedan leer a todos estos autores? ¿Una antología en ebook? ¿Granta en formato descargable, algo así?
Seguir leyendo.
Lo que me queda claro después de leer algunas de estas opiniones es que la lista de Granta interesa mucho a los implicados (escritores y editores rondando la treintena), algo a la comunidad literaria (los suplementos y revistas probablemente se alimenten de esto durante un par de semanas -periódicos como el NTY ya se hicieron eco de la lista-) y casi nada a los lectores (en la medida en que después de leer la lista les será difícil leer a los seleccionados).
No es mezquino pero quizá idiota decir que a esta edición de Granta le falta el brillo de su par inglesa, pues finalmente es un ejercicio inédito y porque al no tener un buen ejemplo anterior a la mano es difícil prever sus consecuencias (qué tal si un día abrimos los ojos un lunes por la mañana y decimos “Sí, Granta tenía razón”) y porque en estos asuntos siempre es difícil darle gusto a todos (y eso sin mencionar la falta de brillo provocada por la mala periodicidad y el poco impacto que en general tiene Granta en español hoy en día).
¿Importa una lista como esta? ¿Debemos leerlos? ¿Hay en esta selección un verdadero valor literario o una suma de voluntades para vender una ficción de cartón a los desprevenidos lectores?
La primera pregunta es la madre de todas las preguntas cuando se trata de hablar de la relación editorial entre España y Latinoamérica. Y no pienso aburrirlos con un asunto que todos conocen bien. La pregunta es, ¿qué sucede después? ¿Qué estrategias usarán los editores para aprovechar esta eclosión de notas de prensa y posts? Por lo pronto uno esperaría que la revista Granta se pudiera conseguir en cada país de Latinoamérica pero ni eso es seguro. ¿Podría ser el ebook una alternativa para que los lectores puedan leer a todos estos autores? ¿Una antología en ebook? ¿Granta en formato descargable, algo así?
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