27 de noviembre de 2015

Homenaje a Juan García Ponce

En el marco del Primer Encuentro Literario del Sureste (organizado por Red Literaria del Sureste, del 25 al 28 de noviembre de 2015), se llevaron a cabo las “Terceras Jornadas Garciaponcianas”. Por tal motivo, se presentó el libro que coordiné: Homenaje a Juan García Ponce. Imagen Primera y La Noche cincuenta años después.
 

 
 
Texto de la presentación del libro realizado por Jorge Mantilla Gutiérrez, profesor de la Universidad Autónoma de Yucatán y publicado en el Diario Por Esto! el 26 de noviembre de 2015, Mérida, Yucatán:

“A propósito del libro Homenaje a Juan García Ponce”
 
El libro Homenaje a Juan García Ponce. Imagen Primera y La Noche cincuenta años después (2015), coordinado por la Dra. Magda Díaz y Morales y publicado por el Instituto Veracruzano de la Cultura (IVEC) y el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA), significa, en principio, la interacción de un buen número de investigadores conocedores y estudiosos de la obra del escritor yucateco Juan García Ponce, nacido en Mérida en 1932. El libro tiene el propósito de celebrar los cincuenta años de la publicación de las dos primeras obras de García Ponce Imagen Primera y La Noche.

De inicio, veo dos importantes aspectos que quiero señalar antes de entrar a la obra. El homenaje me parece que también es para Magda Díaz y Morales, investigadora de la Universidad Veracruzana, quien coordina el libro, pues ella es, podríamos decir sin exagerar, la más importante estudiosa de la obra, el pensamiento y la vida de Juan García Ponce como lo demuestra su libro de tan grata lectura El erotismo perverso de Juan García Ponce: lenguaje y silencio, con prólogo de José Luis Martínez Suárez y publicado por la Editorial de la Universidad Veracruzana. Sin duda, el estudio de Magda es el más completo de la obra de García Ponce y por eso veo en el libro que coordina una humildad propia de la sabiduría y del decoro.

 
Ricardo E. Tatto (centro, Coordinador del evento) y Jorge Mantilla Gutiérrez.
Presentación, Mérida, Yucatán
Por otra parte, me parece significativa la variedad de investigadores e instituciones que confluyen en esta obra, lo que nos indica la vigencia de García Ponce en la discusión académica y la capacidad de Magda para convocar a tan distinguidos personajes y ponerlos a trabajar en torno a la obra de García Ponce. De tal forma el libro, producto final, concluido, es también una suerte de provocaciones teóricas y metodologías fabulosas.

El libro está compuesto de diez capítulos que se enfilan en profundidad y en densidad analítica, la portada, muy hermosa, es de Sergio Astorga, [un pintor mexicano radicado en Porto, Portugal]. El libro contiene adicionalmente una plaqueta suelta [un cuadernillo] con los dibujos preparados para el homenaje a García Ponce, de la autoría del reconocido artista plástico Sergio Astorga. Sus dibujos son tan inquietantes como la obra de García Ponce.

Homenaje a Juan García Ponce. Imagen Primera y La Noche cincuenta años después, presentado recientemente en Xalapa, Veracruz, no tiene desperdicio alguno. Desde la presentación Magda Díaz nos ubica en la geografía intelectual y la temporalidad socio-cultural en la que el pensamiento de García Ponce reclama su sonoridad. Dice Magda Díaz: “… Fue el tiempo de la música de protesta, de dinamismos estudiantiles, del movimiento hippie, de cambio de estructuras sociales. Varios sucesos que le dieron una expresión nueva al país. En el ámbito literario es cuando vemos surgir a Juan García Ponce, un escritor que busca nuevos caminos estéticos, dejar atrás las tendencias nacionalistas al asumir un progresivo distanciamiento con los patrones realistas imperantes”.

Los capítulos son “Juan García Ponce en La Noche e Imagen Primera: una aproximación”, de Isaac Magaña G. Cantón; “Los órdenes del mundo en “Feria al anochecer”, de Claudia Chibici-Revneanu y Gonzalo Soltero; “La actualidad del cuento ‘El café’ cincuenta años después. Una aproximación intelectual”, de Liviu Lutas; “Tiempo, historia y pasión en “Después de la cita”, de Alfredo Tenoch Cid Jurado; “El arte de la vida cotidiana a partir de la revisión del cuento “cariátides” de Juan García Ponce”, de Asmara Gay; “Vida y literatura en ‘Reunión de familia’ ”, de Alfredo Pavón; “Imágenes ardientes, intolerantes en torno a “Imagen primera”, de Iván Ruiz; “La búsqueda de la individualidad dentro del paisaje de la vida del otro. Del amor al caos: en caso del cuento ‘Amelia’ de Juan García Ponce”, de Cecilia Eudave; “Tajimara”, de Magda Díaz y Morales, y por último “Los placeres de la ambigüedad en ‘La noche’ de Juan García Ponce”, de Juan Antonio Rosado Zacarías. El orden, aclara Magda Díaz en la presentación, está dado por el orden en que aparecieron los cuentos en los libros.

Quiero hacer referencia específicamente a dos trabajos únicamente, con el ánimo de que sean los lectores quienes sientan el placer de la lectura. Me referiré al ensayo de Isaac Magaña Gcantón de la Facultad de Filosofía y “La actualidad del cuento ‘El café’ cincuenta años después. Una aproximación intelectual” de Liviu Lutas.




Isaac Magaña Gcantón en el capítulo “Juan García Ponce en La Noche e Imagen Primera: una aproximación”, llevando de la mano al lector, arrojando información importante para quienes quieran iniciarse o se estén iniciando en la lectura de la obra de García Ponce, curiosamente tan poco leída y estudiada en Yucatán. Documentado en fuentes directas, como la Autobiografía precoz del autor, nos deja ver con claridad un elemento fundamental; como dice Isaac Magaña “La obra de arte es un objeto privado, le pertenece al autor, quien se ha vaciado en él para darle vida, dotarlo de identidad, lo ha ´llenado de corazón´, como escribiría Huidobro”. De tal forma, como García Ponce afirma, “el escritor no existe, existen los libros” y en ellos literalmente el autor se encuentra baseado porque el acto, la creación “… devora a su creador haciéndolo participar de su realidad pero también existiendo en la realidad del mundo que él habita”. De tal forma, afirma Issac Magaña, en García Ponce la vida y la obra no son ajenas, “se encuentran fundidas en una sola dirección…” con varias vías pero que conforman un todo de inquietudes, pasiones y deseos.

Dice Magaña Gcantón algo importante: “Juan García Ponce es sin duda, como se tratará de demostrar, un clásico hispánico del siglo XX, a quien no se le ha prestado la atención merecida y se le ha reducido, en algunos casos, al grado de pornógrafo”. Creo que este libro homenaje es un acierto también en ese sentido porque desde la crítica contemporánea se devela la profundidad del pensamiento de García Ponce y su incansable búsqueda estética. El primero que advirtió la sustancialidad de García Ponce fue Ángel Rama, como lo hace ver Magaña Gcantón, quien escribió en 1969 “Es hoy uno de los narradores jóvenes que importan en México y América Latina”, lo que comprueba también la tesis de Magda sobre el distanciamiento de esta generación del nacionalismo y del realismo de entonces en franca crisis.

En general, la obra Homenaje a García Ponce es versátil, de lectura ágil pero documentada, y lo que más recomendaría es el estudio meditado de las páginas que se suceden abarcando un importante número de temas, todos singularmente llevados a la profundidad y con una visión teórica bien clara.

Particularmente me interesó la lectura que del cuento “El café” hace el Dr. Liviu Lutas, académico de la Universidad de Växjo, Suecia. Él, desde la Teoría de la intermedialidad, hace un maravilloso ejercicio de literatura comparada entre dos variables de un mismo asunto, lo vivido y lo leído. Ciertamente, respecto de los autores/lectores escandinavos, por ejemplo, afirma que resulta mucho más interesante que encontrar las semejanzas e intertextualidades entre García Ponce y autores/lectores escandinavos, pues para ellos la atmósfera del cuento “El café” no es ajena a la Europa del Norte, de atmósfera oscura, fría, y la gente/personajes tan entregados a la soledad y la tristeza. Los escandinavos esperarían que el cuento “El café”, refiere Lutas, fuera el café de una ciudad súper poblada, de gente extrovertida y alegre, con mucho sol y, quizá, también algo de calor.

En apariencia todo podría ser tan fácil como quedarnos con esa impresión comparativa y pensar algo como que el cuento se desarrolla en México pero está mal ambientado, en una atmósfera que aparentemente no le corresponde. Sin embargo, Liviu Lutas desde su formidable lectura de “El café” nos demuestra que la lluvia se articula a elementos sémicos que pueden reflejar la soledad y la falta de comunicación de los personajes, hasta, dice Lutas, una connotación que podría aplicarse a todo el cuento. Esto es, para Liviu Lutas la lluvia es un elemento articulador también de la estructura compleja en el cuento. La lluvia es en realidad una bisagra o polea a través de la cual se mueven, interactúan, nacen y mueren. La lluvia funciona como un marco visual, refiere el profesor sueco, por su referencia al inicio y al final del cuento. Esta relación intermedial, inicio del cuento, inicio de la lluvia –fin del cuento. La lluvia se ubica físicamente al inicio y al final de la estructura del cuento, pertenece por tanto, anota Lutas, a la forma. Es una imagen primera, “lo que Magda Díaz y Morales llama con justedad “lenguaje original”.

El libro Homenaje a García Ponce. Imagen Primera y La Noche cincuenta años después, coordinado por Magda Díaz y Morales, es también una provocación para la reflexión teórica avanzada, como lo demostré en las líneas anteriores.

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