12 de diciembre de 2005

De Henry Miller

Querida Brenda:

Y ahora un hombre de 87 años, locamente enamorado de una mujer joven que me escribe las más extraordinarias cartas, que me ama a morir, que me mantiene vivo y enamorado (un perfecto amor por vez primera) que me escribe tan profundas y emocionantes reflexiones que me siento feliz y confuso como sólo un adolescente podría estarlo. Pero por encima de todo, agradecido, y afortunado. ¿Merezco realmente tan hermosos elogios como tú me dedicas? Haces que me pregunte quién soy exactamente, si me conozco en realidad y qué soy. Me tienes sobrenadando en el misterio. Por lo cual aún te amo más. Caigo de rodillas y rezo por ti, te bendigo con la poca santidad que hay en mí. Viaja feliz, mi queridísima Brenda y no lamentes nunca este romance a mitad de tu joven vida. Los dos hemos sido bendecidos. No somos de este mundo. Somos las estrellas y el universo de más allá. Larga vida a Brenda Venus. ¡Dios le conceda dicha, plenitud y amor eterno!

Henry Miller

15 comments:

Anónimo dijo...

¿Por qué hay que ponerle edad al almor?

Abrazos

Anónimo dijo...

Supongo que se trata de una carta de amor. Pero un poco más al fondo observo la ventaja inicial que dispensa toda admiración, y que en muchas ocasiones, trabaja a favor del sentimiento.

Quizá el amor no atienda a criterios temporales, pero el tiempo vivido puede que sea capaz de adaptar al ego-hombre a las vicisitudes del amor.

Interesante, like always.

Besos, Magda

emejota dijo...

El enamoramiento es un hechizo, un estado de trance hipnótico, "un trastorno momentáneo de la atención". Si caes, estás perdido, digo bien, perdido. Habrá quien se lleve las manos a la cabeza exclamando "!Perdido! ¿Cómo puede decir eso si es un estado tan maravilloso?" Pero es que perderse puede ser algo maravilloso (pero estás perdido, enajenado) La carta de Miller me produce envidia sana y lástima a partes iguales...

Un saludo cordial

Magda Díaz Morales dijo...

Trini, que gusto verte por aquí. Un gran abrazo querida amiga, y tienes razón, el amor no tiene edad. Debe de ser muy especial tener 87 años y estar enamorado...

Magda Díaz Morales dijo...

HsinB, te pondré nombre. ¿José? ¿Óscar? no se... Si, te llamaré Óscar, es que dirigirme a ti como "hombre sin blog" es muy impersonal, además de largo ;) Si no te gusta Óscar me dices y te llamo con otro.

Lo que me pregunté al leer esta carta es si en verdad se podrá alguien enamorar de una persona de 87 años siendo tan joven. Creo qie la admiración puede confundirse...

Un beso, Óscar

Magda Díaz Morales dijo...

Si, la carta produce sentimientos encontrados, a mi me sucede lo mismo al leerla, Mariano. Y estoy de acuerdo, el enamoramiento lleva a "perderse", a estar afectado (de afecto), y ello conduce a maravillas o su contrario, pero siempre enriquecedor.

Igualmente para ti, saludos cordiales.

Anónimo dijo...

QUE HERMOSO TRIBUTO AL AMOR SIN EDADES.

Anónimo dijo...

Una de las conversaciones más interesantes sobre el amor que he tenido en mi vida fue en una de las asignaturas del Master de Creación Lliteraria que cursé en la Escuela Contemporánea de Humanidades (http://www.escuelacontemporanea.com/)(os recomiendo echarla un vistazo). Hablamos del amor a lo largo de la historia de la humanidad y de una vida y cómo éste se refleja de distinto modo en la literatura...

Anónimo dijo...

Amor de joven a viejo, amor de amores de viejo.
Esos tipos de amores que contienen todos los amores anteriores.

Un beso de Susy

Magda Díaz Morales dijo...

Sí, Salomón, es hermoso, tratándose de un hombre de 87 años, y un hombre como Henry Miller, además.
_____
Amor de Henry Miller, Susy.

Saludos.

AOV dijo...

Interesante y morbosa redacción. ¿Será capaz la sociedad moderna de aceptar alguna vez una clase de amor así? Es decir, sin que se piense que es interés y conveniencia, de parte del joven hacia el viejo, por supuesto.
O más bien, ¿hasta dónde podría ser cierto este tipo de romance?

Magda Díaz Morales dijo...

Creo que es muy dificil, Armando. Pero en este caso en especial creo que pudo ser admiración, de Henry Miller se enamora cualquiera, tenga la edad que tenga, pero es un enamoramiento a su obra. Sin embargo, quien sabe en la mente de esta chica que pasaba, quizá si sentía ese amor, no se...

Anónimo dijo...

Mira que tino el tuyo para colocar a un Miller conmovido hasta lo que me parece una confesión. Y cómo es posible que en un fragmento tan corto nos coloque también (tan bien) en su sentir. Aquí esta el Henry Miller luego de travesías por hojas y países, por libros y mujeres, así en el reposo de su éxtasis, contención y agradecimiento explosivo, que en unas cuantas palabras nos dicen cómo se deben decir las cosas que son esenciales, en determinado momento de la vida.
H.L.

Anónimo dijo...

magda qué lindo post!

buscar razones al enamoramiento es como intentar explicar el color rojo.
a disfrutarlo, mientras se pueda; y cuando ya no se pueda, a recordarlo.

Magda Díaz Morales dijo...

Pini, muchas gracias.

Que razón tienen tus palabras. Explicar el enamoramiento es imposible, y menos sus causas.

Disfrutarlo día a día, y vivirlo a todo lo que da...

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