9 de agosto de 2006

El vizconde demediado: Italo Calvino

Italo Calvino, El vizconde demediado (Madrid: Siruela, 2003).

Qué gran novela es El vizconde de mediado del escritor cubano Italo Calvino. Interesante percibir el reflejo de lo que un ser humano guarda en sí mismo: el no ser ni totalmente bueno ni totalmente malo, sencillamente persona con todas sus gamas. La dualidad y condición humana considero que es el tema principal. Al que es malo se le rechaza, se le teme, se le aleja lo más posible. Pero el que es totalmente bueno, cansa, llega a importunar muchas veces con sus actitudes extremas de bondad.

El Vizconde Medardo de Terralba marcha a la guerra, pero en su primer enfrentamiento es alcanzado por el cañón de los turcos, la bala le da en pleno pecho y lo parte en dos porque "entusiasta e inexperto, no sabía que a los cañones hay que acercarse sólo de lado o por la parte de la culata. Y él saltó frente a la boca de fuego, con la espada desenvainada, y pensaba que les metería miedo". Al terminar la batalla sólo encuentran la mitad derecha de Medardo, la muy mala, y así lo regresan a su casa:

Le faltaba un brazo y una pierna, y no sólo eso, sino que todo el torax y abdomen entre el brazo y la pierna había desaparecido (...). De la cabeza quedaban un ojo, una oreja, una mejilla, media nariz, media boca, media barbilla y media frente; la otra mitad de la cabeza era pura papilla.

Esta mitad del vizconde provoca gran temor entre toda la comarca que antes lo estimaba, hasta que un día regresa la parte muy buena del vizconde, que tampoco había muerto. Esta parte buena va arreglando lo que la parte mala destroza o trastorna (todo lo parte a la mitad):

La ballesta del vizconde disparaba desde hacía tiempo sólo a las golondrinas, y de manera que no las mataba, sino sólo las hería y tullía. Pero ahora empezaban a verse en el cielo golondrinas con las patitas vendadas y atadas a tablillas, o con las alas pegadas con esparadrapo; había toda una bandada de golondrinas así compuestas que volaban con prudencia todas juntas, como convalecientes de un hospital pajaril, e inverosímilmente se decía que el propio Medardo era el doctor.

La lucha desde que el mundo es mundo entre el bien y el mal, lucha que tal vez también llevamos dentro de nosotros, nos llega a través de esta historia narrada por el sobrino del protagonista, un narrador-personaje testigo de todo lo acontecido.

"Cada encuentro de dos seres en el mundo es un desgarrarse", dice la parte mala del vizconde a Pamela, la mujer de quien se ha enamorado...

11 comments:

Martín Palma Melena dijo...

Tu interesante reseña me sugiere que esta obra de Calvino busca lo mismo que la obra de Stevenson «Dr. Jekyll y Mr. Hyde»: mostrar la complejidad de la dualidad humana que mencionas; complejidad que quizás la mejor forma de hacerla inteligible es mediante una alegoría, como la de estas ficciones. Gracias por tu texto, estimada Magda

Saludos

Martín

Anónimo dijo...

Gracias a ti, Martín, por tu comentario.

Querido Antonio, estoy de acuerdo contigo, a tu esposa no le faltan razones para admirar a Calvino, es excelente. Ahora estoy leyendo 'Si una noche de invierno un viajero' y estoy fascinada.

Anónimo dijo...

Como cometaba en mi blog mi encuentro con Faulkner fue atraves de Calvino.

Por otra parte que díficil es eso de reconciliar las dos mitades de uno, por que eso de reconocer la sombra, ¡como cuesta trabajo!

Querida Magada como siempre (¡Gracias!) lo pones a uno a pensar y a recordar...

Un abrazo

Mario dijo...

a mi me encanto esa serie de novelitas de calvino: "el vizconde demediado", "el baron rampante", "el caballero inexistente", creo que se corresponden a diversos tipos de personalidad como la paranoica, la obsesivo compulsiva y la esquizoide

Alicia Rosell dijo...

Sólo la estupenda literatura de Calvino podía conseguirlo (A mí me marcó su
Seis propuestas para el próximo Milenio) con toda la frescura, naturalidad y sencillez que pone en sus textos. Parece advertirnos para que no se nos olvide, o quien sabe si, -como Stevenson- para que nos acordemos de la parte buena, y sea sólo esta quien le gane la batalla a la otra.
Demos gracias al autor por escoger esta forma de exposición para hacernos pensar y que nos replanteemos nuestro Yo, y nos aceptemos.
Un beso grande, Magda, amiga. Una buena reseña que tendré en cuenta.

Palimp dijo...

Uno de mis escritores preferidos, creo que he leído todo lo que ha escrito. Una pequeña puntualización; Calvino es cubano de nacimiento, aunque vivió en Italia desde los dos años.

Un abrazo.

Magda Díaz Morales dijo...

Si, Palimp, y de padres italianos. Y regresó a Cuba varias veces, y él, al menos en Cuba, decía que era cubano, aunque vivía en Italia. Quizá es verdad lo que dice el refrán, nadie niega la cruz de su parroquia :)

Que bien que has leido casi todo de Calvino, a mi me gusta mucho, y quiero hacer lo mismo.

Simitrio Quezada dijo...

Te encontré coincidiendo en el blog de Luis Arturo Ramos.

Hace años que no leo esta agradabilísima novela de Calvino. Gracias por recordármelo. Comienzo a buscarla para refrescarme.

Gracias.

Anónimo dijo...

Muchas gracias Bar, Akurión, Alicia, Simitrio, por sus comentarios.

Gatito viejo dijo...

Me gusta mucho I.Calvino. Ya va siendo hora de releer algunas de sus obras. Es un autor estupendo. Saludos

Magda Díaz Morales dijo...

Gatito, muchas gracias por tu comentario. Sí, Calvino es un gran escritor.

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