4 de septiembre de 2007

El lector: Bernhard Schlink

El lector, Bernhard Schlink Bernhard Schlink, El lector, Trad. Joan Parra Contreras (Barcelona: Anagrama, 2006)

Muchos son los elogios para ponderar esta novela. Es muy hermosa. Desearía comentarles el final y todo lo que sucede para llegar a éste; asimismo, contarles paso a paso los momentos cumbres que se abren sorpresivamente frente a nuestros ojos y nos dejan impactados. La obra guarda perturbadores asombros y hermosos descubrimientos que ustedes deben de disfrutar plenamente como se van presentando. Es como ir caminando en una calle y de repente, al dar la vuelta en una esquina, hallarnos ante lo inimaginable.

Toda la novela es una analepsis, una historia que ya pasó y nos es relatada desde el presente narrativo por un abogado y escritor, Michael Berg, el narrador-personaje que nos cuenta su propia vida y la de Hanna Schmitz. En la primera parte de la novela, Michael Berg tiene quince años cuando al volver de la escuela se siente mal y una mujer un tanto ruda pero guapa, veinte años mayor que él, se acerca a ayudarlo. Lo lleva a su casa, lo asea y luego lo acompaña a su domicilio. El médico le diagnostica hepatitis. Cuando se alivia, por consejo de su madre, va a buscarla con un ramo de flores para darle las gracias. Este es el inicio de una relación en la que siempre antes del abrazo erótico él tiene que leerle a ella en voz alta, ya después se bañan (es obsesiva de la limpieza) y luego el amor. Era un ritual. Hanna escuchaba con mucha atención, seguía la trama, emitía sus opiniones, disfrutaba profundamente la lectura. Michael Berg vive al lado de Hanna lo que a todo adolescente, y sus hormonas juveniles, le apetece vivir. Esto le da seguridad, alegría, confianza, pero también a veces siente miedo:

Del contacto, de los besos, de no gustarle, de no ser bastante para ella. Pero cuando ya llevábamos un rato abrazados, cuando me empapé de su olor y sentí plenamente su calidez y su fuerza, todo cobró sentido: me puse a explorar su cuerpo con las manos y la boca, nuestras bocas se encontraron, y por fin la tuve encima de mí, mirándome a los ojos, hasta que llegué al clímax y cerré los ojos con fuerza, y al principio intenté contenerme, pero luego grité tan fuerte que ella tuvo que taparme la boca con la mano.

Hanna es una mujer especial, hablaba poco, indiferente a muchas cosas, fuerte de carácter, sin ningún apego a nada, "se crió, nos dice el narrador, en la parte alemana de Rumanía, a los diecisiete años emigró a Berlín y encontró trabajo en Siemens, y a los veintiuno fue a parar al ejército. Desde el final de la guerra había ido saliendo adelante con diferentes trabajos de poca monta". En este momento de la historia trabaja como revisora de billetes de tranvía. Eran felices juntos hasta que un día el jovencito llega a casa de Hanna y no la encuentra, ella ha desaparecido sin dejar rastro.

Han pasado siete u ocho años cuando Michael Berg, ya todo un estudiante de derecho, vuelve a ver a Hanna. Berg, asistía a una clase que le llamaban el "Seminario de Auschwitz", en el que se revisaban particularmente los horrores del pasado nazi. El maestro del curso envía a los estudiantes para que asistan a ver un juicio al Palacio de Justicia y puedan seguir y evaluar el proceso. El juicio era contra criminales de guerra, cinco mujeres estaban acusadas de ser las responsables de la muerte de varias personas en el campo de concentración del que eran guardianas, entre las acusadas está Hanna Schmitz.

En este momento da inicio la segunda parte de la novela. Lo que sucede a partir de aquí nos conmueve profundamente. Caminamos al lado de Michael Berg, perteneciente a la generación postnazi. También vamos junto a Hanna Schmitz, criminal de guerra. Comprobamos los desgarros de los dos aunque cada uno desde la posición que le tocó vivir en el mundo. Lo que sucede con esa literatura que los une, con sus sentimientos, sus recuerdos, sus culpas, su dolor, sus decisiones, sus deseos, sus vidas, nos deja estremecidos.

Cuando nos abrimos,
tú a mí y yo a ti,
cuando nos sumergimos,
tu en mi y yo en ti,
cuando nos olvidamos,
tú en mí y yo en ti.

Sólo entonces
yo soy yo
y tú eres tú.
Este poema se lo escribe Michael Berg a Hanna, cuando empiezan sus lecturas antes del abrazo erótico y hasta su manera de hacer el amor cambia.

Una gran novela.

14 comments:

Luisamiñana dijo...

Efectivamente, todo lo que cuentas de esta novela tiene mucho atractivo literario y psicológico.
Aunque creo que hay distancia y no será lo mismo, ¿has visto la película "Portero de noche", de Liliana Cavanni? Es de las historias más estremecedoras que yo he visto nunca en cine. Y bella. Y terrible.

Álvaro Fernández Magdaleno dijo...

No conocía esta novela, muchas gracias por el descubrimiento.
Un beso.
Álvaro

Anónimo dijo...

La falta de comunicación y la incomprensión. La conciencia individual y la colectiva. La culpabilidad que el pueblo alemán aún lleva sobre sus espaldas. _El lector_, ese vasto puzzle, en el que las piezas van encajando a medida que la lectura avanza, también me conmovió, Magda. Y me quedó grabado durante largo tiempo.

Sin embargo, al principio de su lectura estaba un poco decepcionada: me parecía una historia banal... Hasta el primer «choc», claro está…

¿Comprender y condenar a Hanna al mismo tiempo? ¿Cómo asumir haber amado la inhumanidad? ¿Cómo Michael iba a señalar con su dedo acusador a aquella mujer...? ¿El ‘secreto’ de Hanna la ha, quizás, dramática e incomprensiblemente, empujado hacia lo irreparable...? ¿Este ‘secreto’ la hace menos odiosa, más humana, y vulnerable...? ¡Cuántos interrogantes...!

Se habla del paralelismo entre la vida de BERNHARD SCHLINK —de quién también me gustó _Amores en fuga_ , juez y profesor, y la de Michael, marcado para siempre por aquel episodio de su primera juventud…

Gracias, Magda. Un abrazo.

Anónimo dijo...

Pues si tu la recomiendas me la apunto de inmediato.

Magda Díaz Morales dijo...

Candi, apuntas puntos interesantes de los que me hubiera gustado hablar ampliamente en la reseña, pero temí mostrar más de lo que debo.

De inicio, esa "culpabilidad que el pueblo alemán aún lleva sobre sus espaldas" me parece con tanta lógica que me agradó mucho que el narrador la exprese de varias formas dentro de la ficción narrativa. Si fuera de Alemania el mundo ha sentido "culpa" por todo esto de los horrores vividos gracias al nazismo, podemos imaginar lo que es para los hijos de quienes hicieron nada (porque no pudieron, no quisieron, no lo asumieron, etc., recordemos la gente del pueblo adonde se incendia la iglesia con las prisioneras adentro y que no hace nada para evitar semejante tragedia) para evitar tanto horror. No sólo tienen su historia que en este tema debe pesarles, tienen el juicio del mundo encima. Aunque esta generación no tenga responsabilidad alguna deben sentirla de varias maneras. Lo hermoso en la novela es que el narrador la asume y no la ve como leyenda negra, además trata de encontrarle sino justificaciones sí aminorantes (como lo que habla en el encuentro con el general que lo lleva al campo de concentración en su coche).

Todas estas interrogantes que mencionas yo las sentí también cargadas de una lógica asombrosa. Si la ficción se tornara realidad ¿no nos sucedería lo mismo si viviéramos esta situación?

Ese secreto de Hanna es totalmente impactante (y descrito bellamente), cuando se desvela en la novela comprendes tantas cosas... Lo mismo con el ¿sorprendente? final. También me pareció tan lógico... Creo que es una novela cuya lógica, cargada de belleza y estética, se planta frente a nosotros.

Fíjate que a mi desde el inicio me atrapó. Y cierto, se habla de un cierto paralelismo entre la vida Schlink y la obra, pero no se hasta donde esto sea cierto. Esta unión que a algunos críticos les gusta señalar entre la vida de un autor y su obra, no me cuadra mucho que digamos.

No he leido 'Amores en fuga', pero te aseguro que la voy a conseguir para leerla, gracias por comentarla.

Un abrazo muy grande, Candi.

Magda Díaz Morales dijo...

No la he visto, Luisa, pero si he leido la crìtica. La voy a ver y la comentamos, el tema me es muy interesante y tiene que ver con esta novela. Gracias por la recomendación, ojalá la encuentre.
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Muchos saludos, Álvaro.
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Una hermosa novela, Palimp. El papel importantísimo que tiene la lectura en ella, es fascinante.

Miguel Sanfeliu dijo...

Un libro excelente. Un auténtico descubrimiento. Uno de los titulos esenciales de mi biblioteca.
Un saludo.

Unknown dijo...

Me encantaron tanto Amores en fuga como El lector. Me sorprendieron ambos. Ya que hablas de Amores en fuga, a mí me fascinó cómo el escritor hace que te "enganches" a Hannah. Cuando el secreto queda al descubierto es como una bofetada... u sin embargo no te sorprende del todo, no?

Magda Díaz Morales dijo...

Muy cierto lo que dices, en 'El lector' el narrador te lleva a engancharte con Hanna, a estar, como quien dice, de su lado, si bien no olvidando que es criminal de guerra, si a encontrarle no se si justificaciones o disculpas, precisamente porque te enteras de su secreto, ese gran secreto que es la clave de tantas cosas... Además, te enteras de que ella no realizó el informe que las demás acusadas dicen que llevó a cabo y esto hace que la veas con consideración. Nos va sucediendo lo mismo que le pasa al lector, a Michael.

Este punto ¿es como si el narrador defendiera todo lo sucedido en la guerra o, al menos, buscara disculpas? ¿es como expiar culpas? No lo se.

Además, como dice Candi: ¿Este 'secreto' hace a Hanna menos odiosa, más humana, y vulnerable? ¿Cómo va a asumir Michael haber amado (y amar, porque la acción de los casetes es solo producto de un gran amor, me parece) la inhumanidad? Nosotros tenemos las mismas preguntas.

Qué maravilla de novela.

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Asi es, Miguel.

Anónimo dijo...

Ya me dirás, Magda, qué te ha parecido "El portero de noche".

Anónimo dijo...

También me encantó ‘El portero de noche’, que he visto varias veces. INOLVIDABLE Y MAGNÍFICO DICK BOGARDE, uno de mis actores fetiche. Y Charlotte Rampling, en su mejor momento.

Anónimo dijo...

Qué maravilla!
Y en cuanto a la lectura, pareciese que el poema es para ella
Cuando nos abrimos,
tú a mí y yo a ti,
cuando nos sumergimos...
antes que para Hanna; o puede ser que Hanna sea esa parte del libro que siempre se nos escapa.

abrazo!

Magda Díaz Morales dijo...

Candi, también me gustó a mi :)

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Malvisto ¿a quien te refieres con "pareciese que el poema es para ella"? El poema se lo hace el adolescente a Hanna.

Gpoliterario dijo...

Felicidades por tu blog.
EL libro me ha parecido poetico, conmovedor y deja
las reflexiones que cualquier obra literaria de
calidad nos deja en el alma y en la mente.
Quisiera escribir a tu correo pero no puedo.
como podria lograrlo?
Soy una apasionada autodidacta de la literatura y quiero conocer
mas de ti y tus opiniones sobre literatura. Ojala lo logre.
Gracias!

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