9 de febrero de 2008

Philip Roth: Una visión del amor

No he podido resistir traer a Apostillas literarias, el interesante diálogo que Antón Castro ha puesto en su blog titulado "Philip Roth: Una visión del amor". Nos comenta que “está leyendo párrafos de la última novela de Philip Roth, Sale el espectro, donde el autor intercala unos diálogos entre dos personajes: el hombre maduro, y la joven. Él está deslumbrado por ella, y ella lo ama a su manera, aunque está casada. Sin embargo, hay un instante en que él le pide a ella que le cuente sus amores, y le cuenta esto de un anterior amante”:

ÉL: Entonces adoración no significa que sólo esté enamorado de ti, sino también de tu vida.

ELLA: Sí, mi biografía le tiene maravillado. Palabras rapsódicas de amor son todo lo que oigo. Cuando me visto o me desvisto es como estar detrás de una ventana por la que él mira con la cara pegada.

ÉL: Las curvas no son menos hipnóticas que el balancín.

ELLA: Cuanto estoy en el dormitorio, iluminada desde atrás, no deja de entonar alabanzas sobre mi silueta. Cuando estoy sin nada más que las bragas en la cocina, preparando el café de la mañana, y él se me acerca por atrás para tomarme los pechos y lamerme las orejas, recita a Keats:

Hay un suspiro que dice sí y un suspiro que dice no
y un suspiro que dice ¡no puedo soportarlo!
Oh, ¿qué puede hacerse, nos quedamos o huimos?
¡Oh, cortemos la dulce manzana y compartámosla!.

10 comments:

depeupleur dijo...

En este fragmento se nos presenta una paradoja, porque el texto que leemos no es el intercambio del escritor viejo con el joven objeto de su obsesión, sino más bien un dialogo que el viejo escritor crea para desahogar su 'inaceptable' obsesión con una mujer menor y casada que no se interesa por él de el modo que el quisiera (sexualmente). Por lo tanto el dialogo hermoso es la fantasia de un viejo escritor que a su vez es la fantasia de un viejo escritor que trata de aceptar el hecho de que las mujeres ya no coquetean con el como cuando era joven.

Este fragmento, por lo tanto, es hermoso prima facie, pero es triste y patético bajo la superficie.

Martín Palma Melena dijo...

Estimada Magda

Interesante diálogo. Creo que uno realmente ama a una persona cuando es capaz además de admirar su biografía. A veces creemos amar a alguien, pero es cuando realmente apreciamos su historia personal que recién descubrimos si lo que sentimos es amor o simple pasión… (Y que no digo que la pasión sea mala).

No he leído esta obra, pero de pronto se me ocurre que aquella mujer menor y casada le está diciendo entre líneas al viejo escritor que si él capaz de amar su historia personal entonces sí la está amando de manera auténtica y ella quizás sí podría corresponderle de la misma forma.

Pero en todo caso, la mía es sólo una interpretación personal

Un cordial saludo

entrenomadas dijo...

Yo creo que lo ha definido muy bien el amigo en su comentario.
Te ha quedado un post bellísimo, con un laberinto de emociones subterráneos que empuja hacia afuera en cada palabra.
Una belleza.
Y la foto... ¡bueno!
ufff,

Un beso

39escalones dijo...

Coincido con Entrenómadas, una forma de decir cosas muy profundas, muy ocultas y perturbadoras, incluso ciertos temores o vestigios atávicos.
Curiosamente, Roth no es de mis favoritos (hasta ahora).
Un abrazo

Fernando García Pañeda dijo...

Veo que entrelazamos entradas sobre el amor y su visión.
Aunque la escritura es intensa y perturbadora, creo que el fondo es sólo embaucamiento de gran escritor.
¿No hay nada más que instintos envueltos en poesía en el amor?
Magnífico, Magda.

Carlos Frontera dijo...

Un placer encontrarme con un blog como este. Lo frecuentaré en adelante.
Saludos.

Anónimo dijo...

Las escenas de cocina siempre me han gustado: me gusta mucho el chispeante diálogo. Me sabe a cocina, y a olor de cocina el diálogo. Lamer y lamerme: olor a mojado, a guiso, a platas cubiertos con solo bragas. Sin embargo, como Alfredo, Roth no es de mis favoritos.

Y en cuanto a Wittgenstein: aún siguen sacando y publicando inéditos. Pobre hombre, no le dejan en paz nunca. El, que se atormentaba por algo mal hecho, por una lisonja, por su fortuna, se quedaría de una pieza si supiera lo que han hecho con su memoria. Creo que no hubiera escrito nunca, ni se hubiera puesto a la mano.

albalpha dijo...

No he leído la obra, se ve muy interesante, los sentimientos encubiertos. Saludos

Hilvanes y Retales dijo...

Debe de ser un enigma para el arte la relación entre una persona mayor y otra bastante más joven. Para el arte y para la sociedad en general ya que siempre genera polémica.

El texto es sugerente, ese café...y hermoso como todos apuntan a la entrada.

Ahh, qué tendrá el amor para que sea siempre un misterio...

Magda Díaz Morales dijo...

Les agradezco mucho sus comentarios.

Un abrazo

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