16 de septiembre de 2009

Las dos Fridas: Mario Bellatin

Las dos Fridas Ha estado estupenda la Feria Internacional del Libro que organiza la Editorial de la Universidad Veracruzana. Desde el lugar de la sede que es muy bonito (en esta fotografía pueden verlo), hasta todos y cada uno de los visitantes, editoriales, escritores, conferencias, presentaciones de libros, mesas redondas, etc. Felicito la estupenda labor del Director de la Editorial, Agustín del Moral, y de Germán Martínez, Coordinador de Actividades Académicas y Culturales de la Feria.

La presentación de Las dos Fridas de Mario Bellatín (1), ha sido una experiencia sumamente satisfactoria. Reiteré lo agradable y sencillo que es el escritor. Después de una lluvia bastante fuerte, pero que afortunadamente pasó rápido, la tarde se presentó limpia y tibia. A las seis de la tarde inició la charla y no hubiera terminado de no ser porque me pasaron un papelito que decía: "quedan tres minutos. Por favor suspenda la sesión ya que viene otra establecida a las 19:00 horas", era el encuentro con el poeta José Emilio Pacheco ahí mismo donde estábamos nosotros, en el Foro al aire libre de la Casa del Lago. Pero el público quería hablar con el escritor, intercambiar puntos de vista, estar cerca de él. Preguntaron, comentaron, la reunión se llevó a cabo en una cálida atmósfera.

Las dos Fridas (México: Random House Mondadori y Conaculta, 2008) lleva el mismo título que el famoso cuadro de Frida Kahlo, ese impactante autorretrato realizado tras su ruptura amorosa con Diego Rivera. El libro de Mario Bellatín también está cargado de simbolismos donde lo gráfico se mezcla con la palabra. De inicio, leemos que el fin de este libro es realizar una biografía para jóvenes de Frida Kahlo. Es la primera vez que Bellatin escribe por encargo y al principio no sabe si será capaz de cumplirlo pues una de las características de su escritura es precisamente no tener conciencia clara de los proyectos que está por llevar a cabo. Una de las dificultades era hacer una biografía de alguien cuyos datos de vida son bastantes conocidos.

Lo primero que el autor solicita a los editores que le comisionan el trabajo, es una fotografía de la mujer a partir de la cual giraría la narración. Visita varias veces la casa de Frida Kahlo y usa su cámara fotográfica para tratar de reconstruir en algo el espíritu de la época. Lleva consigo una cámara estenopéica. Esta cámara es un instrumento de madera que en lugar de lente tiene una pequeña platina agujereada con la punta de un alfiler. Realiza varias fotos, deseaba ver si, después de revelar las imágenes, encontraba algo que no hubiera sido expresado por ningún biógrafo.

Paralelamente, decide enviar a varios conocidos, por correo-e, la imagen que le había entregado la editorial. Una de las respuestas que más le pareció curiosa fue la que le informó que la mujer de la imagen se encontraba con vida. Se trataba de alguien que habitaba en un alejado poblado y tenía un puesto de comida en el mercado. No cree esta información sobre la supuesta existencia actual de Frida Kahlo atendiendo un puesto en el mercado pero le atrae la idea de que alguien pudiera seguir vivo a pesar de su muerte. “De cierta manera, expresa, una posibilidad semejante tiene que ver con determinado pensamiento místico, el cual confirma que la realidad es inmanente y se viven en simultáneo todos los tiempos y todos los espacios”.

Le tienta, pues, la idea de hacer la biografía de una persona viva antes de una persona muerta. Y decide ir a buscarla. Así que toma su coche, a su perro Perezvón, un border collie, que casi siempre está a su lado. Y comienza su travesía realizando un registro gráfico desde el momento en que abandona su casa hasta el instante en el que encuentra a esta nueva Frida Kahlo. Sabía que estaba formando algo así como una realidad fantasma: “creaba la posibilidad, dice, de ir detrás de una especie de mujer muerta en vida. Tras una Frida Kahlo cuyo cuerpo no había sido realmente incinerado, sino que se dedicaba a atender un puesto de mercado”. Fue así como sale a la carretera, deseando descubrir el misterio de una Frida Kahlo que supuestamente había continuado existiendo después de su muerte.

Aquella imagen que le había entregado los editores donde esa mujer aparecía posando en una especie de cocina, la va mostrando a diferentes personas mientras les preguntaba si sabían algo acerca de la figura representada. La mayoría de estas personas contestó lo que todos sabemos de Frida Kahlo. Sin embargo, hubo quienes le dijeron que la conocían e incluso que se la podían presentar. Fue esta respuesta la que entusiasmó al escritor. En su viaje a conocer a esta supuesta Frida Kahlo, se detiene a desayunar en un restaurant que estaba en una zona donde era posible pedir caldo de hongos silvestres y tortillas de maíz rellenas de flores. En ese momento recuerda que de todas las personas que conocía solo una (a quien no vio sino fugazmente) supo que el nombre de su perro, Perezvón, provenía de Los hermanos Karamasov de Dostoievsky. Esta persona se llama Chris, un joven místico a quien vio por primera vez en un viaje y lo último que sabe de él fue que iba a internarse en la selva amazónica. Sin embargo, siente que sabe más de él que de Frida Kahlo, cuyo mito lo ha perseguido desde hace muchos años.

No es lo externo en Frida Kahlo lo que le provoca importancia, más bien son esas cosas o circunstancias que pueden no verse pero sí se sienten: como la atmósfera creada en la Casa azul, su tipo de vida, la indumentaria que decidió utilizar en cierto momento, etc. Tal vez detrás de todos esos elementos se escondía realmente la posible verdad de la artista. Le surgen preguntas: ¿Acaso una impostora? ¿Una vida planteada a manera de puesta en escena? ¿Fue, quizá, la única forma de sobrellevar libremente su trabajo artístico a pesar de las circunstancias?

“La configuración del límite entre lo impostado y lo real es lo único que debe importar”, le dice el místico Chris antes de despedirse. "¿A la sombra de estas palabras, se pregunta el escritor, seremos capaces de ver, a pesar de las imágenes, tanto gráficas como literarias creadas alrededor de ella, a la verdadera Frida Kahlo? Ese límite –la ignorancia del otro a pesar de haber tocado puertas aparentemente íntimas- debe ser algo así como una superficie que delinea la totalidad de lo visible. Como las claves de acceso para la bóveda de algo que sólo puedo denominar como el clima del alma”.

El libro transcurre en este clima del alma... De manera espléndida, Bellatin nos cuenta dos historias que se hallan en armonía constante y que como imágenes invertidas en un espejo son la misma historia: la de Frida Kahlo. Nos relata los eventos vividos, rememora experiencias en una sucesión de imágenes donde cada instante se precipita en el siguiente para revelarnos cada vivencia con la sensibilidad que las contempla.

También el autor nos cuenta en Las dos Fridas sobre su vida, su infancia, su abuelo, su abuela...

(1) Mario Bellatin nació en México en 1960. Miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte de México, es autor de las novelas Mujeres de sal, Canon perpetuo, Efecto invernadero, Damas chinas, Poeta ciego, Salón de belleza, Perros héroes, El jardín de la señora Murakami, Flores, entre otras. Se han traducido al francés y al alemán Poeta ciego y Salón de belleza; esta última fue nominada al Premio Médicis a la mejor novela extranjera editada en Francia en el 2000. Ganó el premio Xavier Villaurrutia en 2001 con la novela Flores. En el año 2000 fundó la Escuela Dinámica de escritores. Por su obra El gran vidrio, editada por Anagrama en 2007, obtuvo al año siguiente el Premio Nacional de Literatura convocado por el Instituto Municipal de Cultura, Turismo y Arte de Mazatlán.

Y la buena noticia es la publicación de: Mario Bellatin, Biografía ilustrada de Mishima: Matalamanga, 2009.

Con música de Café Tacuba (Esa noche), video con un fragmento extraído de un documental dedicado a Frida Kahlo.

10 comments:

Isabel dijo...

Te leo y tengo la sensación de introducirme con tu explicación, sobre esa búsqueda de Bellatin, en la misma esencia de la Literatura.

La estela de Frida; lo que da de si una personalidad como la suya, interesante tema el del doble.

Muy buena la foto, ese gesto que te imaginas tiene este original autor cuando lees sobre él.

Saludos

Magda Díaz Morales dijo...

La mujer idéntica a Frida Kahlo que tiene un puesto en el mercado, es real. En el libro vemos el camino para llegar a ella...

Conrado dijo...

Hola Magda,

Casualidades de la vida, como te comenté, este verano volvía a México de nuevo con la esperanza de ahondar experiencias en tierras oaxaqueñas; recorría yo esos pequeños pueblos, alejados del circuito turístico habitual, y me entretenía visitando un Convento dominico que alberga en la actualidad la obra de Rodolfo Morales, quien lo reconstruyó a lo largo de muchos años, cuando el encargado del mismo (una persona entrañable) nos invitó a introducirnos en el mercado a comer. Era media mañana y no habíamos almorzado. Sorpresa mayúscula fue cuando nos la encontramos, al doble de Frida, en su cocina reconstruida de la época, con una amigable sonrisa que nos invitaba a sentarnos en su puestito y comer en otra época durante unos minutos que se hicieron efímeros. Me ha parecido muy fuerte leer esta crónica tuya en el blog, una de esas casualidad entrañables, sobre todo en torno a un autor del que admiro su obra y del que ignoraba este trabajo.
Como veo lo enigmático del nombre de dicho pueblo, si te parece en los próximos días develo una pista visual en mi blog de fotografía: http://nudodepalabras.blogspot.com y tiendo un hilo a tu fabulosa crónica.
Recibe un cordial saludo.

Magda Díaz Morales dijo...

El nombre del pueblo donde se encuentra la señora es Ocotlán.

Madison dijo...

Entrar en tu blog, leerte...ejerce tan buena influencia sobre mi, que lo hago cada vez que necesito algo de paz.
Leo y me sumergo en la historia.

Feliciti dijo...

Interesantes encuentros Magda,te sigo...
Un abrazo!

Dani González dijo...

Un texto fascinante, gracias a tus entradas uno puede disfrutar del lugar aún no habiendo estado...

saludos

Conrado Arranz dijo...

Lo prometido es deuda Magda, un saludo, desde Madrid

http://nudodepalabras.blogspot.com/2009/09/la-cocina-de-frida-ocotlan-mexico-2009.html

Magda Díaz Morales dijo...

Muchas gracias por su visita y comentarios.

Un abrazo

Silvana dijo...

Muy interesante lo que plantea de las dos Fridas.

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