Cuando nos comunicamos con alguien no tenemos presente todo lo que sucede en esta comunicación. Según Roman Jakobson, toda comunicación verbal entraña seis factores: el destinador que, utilizando un código, produce un mensaje, para el destinatario, gracias a un contacto, a propósito de un contexto. A cada uno de estos factores corresponde una función: la expresiva, la apelativa, la representativa, la fática, la poética y la metalingüística (posteriormente añade, además, una función estética). Quedaría así:
El destinador con la función expresiva.
El código con la función metalingüística.
El mensaje con la función emotiva.
El destinatario con la función conativa.
El contacto o canal con la función fática.
El contexto con la función referencial.
Todas estas funciones del lenguaje son importantes, todas intervienen en la comunicación, pero en lo personal me parece que la fática es muy interesante al ofrecernos los recursos para una eficacia comunicativa. Por ejemplo, como lo fático tiene que ver con el mantener abierto o cerrado el canal o contacto con el otro, no debemos de dejar a un lado el "ir a ver", estar pendientes si este canal funciona como debe de ser o, al menos, si funciona lo mejor posible. Cosa que considero poco llevamos a cabo, más bien nos comunicamos sin pensar, digamos por naturaleza y muchas veces porque nos cae bien o mal ese otro frente a nosotros, pero sin tener ya asimilado la gran importancia del funcionamiento de este canal cuyo fin, dice el lingüista y filólogo ruso, "es consolidar, detener o iniciar la comunicación. El referente del mensaje fático es la comunicación misma".
Cuantas veces no nos sucede que entramos a un blog cuyo tema se percibe interesante, pero no comprendemos con claridad lo que expone, esto se debe no al tema en sí o a lo largo que pueda ser, sino a la manera de presentarlo al otro, al lector o destinatario. Fulanito puede hablar de física cuántica y nosotros ignorar qué es esto, pero si el destinador, utilizando su función conativa, piensa en nosotros, sus destinatarios, comprenderemos el contexto y su referente y se abrirá el canal o contacto entre los dos y la función fática es exitosa.
Puse el ejemplo de un blog por ser lo más cercano, pero igual sucede si hablamos con otro de algo muy sencillo, por ejemplo: entramos a un café y nos encontramos con un amigo que hace tres años no vemos. Después de los abrazos y saludos ¿qué pasaría si le decimos sin venir al caso (al menos para el otro): "Sin duda, ser o no ser es el problema". Seguro que el otro de inmediato piensa que algo nos sucede, la comunicación se ha roto y en su lugar se instala todo, menos el éxito comunicativo.
La importancia de las funciones del lenguaje deberíamos de tenerla siempre presente.
Cuantas veces no nos sucede que entramos a un blog cuyo tema se percibe interesante, pero no comprendemos con claridad lo que expone, esto se debe no al tema en sí o a lo largo que pueda ser, sino a la manera de presentarlo al otro, al lector o destinatario. Fulanito puede hablar de física cuántica y nosotros ignorar qué es esto, pero si el destinador, utilizando su función conativa, piensa en nosotros, sus destinatarios, comprenderemos el contexto y su referente y se abrirá el canal o contacto entre los dos y la función fática es exitosa.
Puse el ejemplo de un blog por ser lo más cercano, pero igual sucede si hablamos con otro de algo muy sencillo, por ejemplo: entramos a un café y nos encontramos con un amigo que hace tres años no vemos. Después de los abrazos y saludos ¿qué pasaría si le decimos sin venir al caso (al menos para el otro): "Sin duda, ser o no ser es el problema". Seguro que el otro de inmediato piensa que algo nos sucede, la comunicación se ha roto y en su lugar se instala todo, menos el éxito comunicativo.
La importancia de las funciones del lenguaje deberíamos de tenerla siempre presente.