22 de octubre de 2005

Erotismo y Literatura

"Del erotismo cabe decir que es la aprobación de la vida hasta la muerte" (George Bataille)

El ensayo me parece un género imprescindible, y el trabajo ensayístico-filosófico de Georges Bataille, notable. El erotismo es un libro que ha sido muy estudiado, sobre todo por quienes trabajamos este tema dentro de la literatura. Para Bataille, el erotismo es una experiencia interior, es ese "desequilibrio en el cual el ser se replantea a sí mismo y de un modo consciente. En cierto sentido el Ser se pierde objetivamente, pero entonces el Ser se identifica con el objeto que se pierde". Para pasar de un estado normal al estado erótico, manifiesta, se necesita disolver ese Ser constituido en el orden discontinuo (nuestro diario vivir cada quien con su vida y sus proyectos en ella), y para ello es necesario estar desnudos porque la desnudez se opone a ese ser cerrado que somos comúnmente. Otro filósofo para quien la mirada es esencial: lo que seduce es la visión de un cuerpo que nos muestra su secreto, su presencia seductora, su fascinante piel desnuda. Vínculo de espejos adonde la desnudez desordena los sentidos. Lo maravilloso del erotismo, entre muchas cosas más, es que la individualidad que somos se ve así desposeída aunque sea por unos instantes y en su lugar hace su presencia el deseo y la rotura de los límites en la plenitud del instante.

A Bataille le han llamado "el metafísico del mal" por su tratamiento de la violencia, el exceso, la voluptuosidad, el horror, lo obsceno, y el tema de la muerte. Tan sólo con recordar sus novelas El abad C o Historia del ojo, sabemos que explora los límites y el más allá de los límites.

Cuando en una entrevista le preguntan: "¿En literatura, el erotismo es una chiquillada?", él responde:

No sé si la literatura se distingue del erotismo en general. Me parece que es muy importante darse cuenta del carácter infantil del erotismo en su conjunto. Es erótico alguien que se deja fascinar del mismo modo que un niño por un juego, y por un juego prohibido. Y el hombre al que le fascina el erotismo está igualmente en la situación del niño frente a sus padres. Tiene miedo de lo que podría ocurrirle, va siempre bastante lejos porque tiene miedo, no se contenta con lo que los adultos verdaderamente sanos se contentan; le hace falta tener miedo. Necesita reencontrarse con esa situación infantil, cuando se encontraba amenazado constantemente por una riña, de forma muy severa incluso; de un modo insoportable, intolerable. (El énfasis es mío).

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