10 de abril de 2006

Amores contrariados: Colette

Marcel Proust: Señora, sus libros son los de un joven Narciso con el alma llena de lujuria.
Colette: Señor, usted delira. Mi alma está llena de frijoles y panceta"

Sidonie-Gabrielle Colette, mejor conocida como Colette (1873-1954), fue una mujer que rompió con los patrones establecidos de su época. De inicio, se casó muy joven con "Monsieur Willy", un escritor mucho mayor que ella y que se apropió de la autoría de sus primeras novelas, la serie de Claudine. Juan Gelman señala que:

Se codeaba con Debussy, Valéry, Toulouse-Lautrec, herederas y herederos de grandes fortunas, el refinado Marcel Schwob era su íntimo; pero también hacía giras por burdeles y fumaderos de opio guiada por Jean Lorrain, el periodista mejor pagado de París, homosexual declarado y amigo de las lujosas cortesanas del momento. Roto su matrimonio, Colette se dedica al music-hall y al teatro, muestra sus pechos, no vacila en representar a personajes de sus novelas en obras de ocasión y gana una fama equiparable a la de Sarah Bernhardt. Sale de esa vida y del ostracismo social al casar con el barón Henry de Jouvenel, director del diario Le Matin, y se convierte en influyente crítica teatral. Esta respetabilidad dura no muchos años: a los 47 de edad se apasiona por el hijo adoptivo de su segundo esposo, un muchacho de menos de 20.

Pero es mucho más interesante recurrir a su obra que hablar de ella retornando "al cuento de la mujer ordinaria que se libera de la sujeción de un hombre idiota (para eso, además, ya tenemos a Ibsen)", como expresa María Minera. Ella está ahí, en el valor de su obra y en sus propositivos escritos sobre crítica de teatro. Fue, además, la primera mujer admitida en la Academia Goncourt.

Anoche terminé de leer Amores contrariados, un libro que reúne tres de sus novelas cortas, y ha sido una grata lectura. El tema no es espectacular, ha sido tratado ya muchas veces, aunque es un tema actual: la imposibilidad de las relaciones amorosas a través del deterioro que el tiempo va ejerciendo en la pasión y el amor, pero está contado con maestría literaria. La voluptuosidad, la delectación y el sensualismo, conforman en este libro un erotismo sugestivo que nos desvela los lúdicos entretelones de los integrantes involucrados en el abrazo amatorio.

7 comments:

Oscar Pita Grandi dijo...

Una joya Collete. Hace poco pude ver la adpatación fílmica de ese romance con su hijastro. Me dio bastante lástima verla padecer tanto, detrás de su aparente desverguenza. "Sarah Bernhardt" me llama la atención por su recurrencia en las mujeres frencesa de entonces, así, Francoise Sagan tiene un libro a manera de epistolario, llamado "Querida Sarah Bernhardt". Un epistolario delicioso.
Besos.

AOV dijo...

No conocía a Collete. Sin embargo la descripción que nos obsequias no deja lugar a la duda para buscarla y aprender de ella. Una rápida mirada a la figura de una mujer excepcional.
Saludos

Anónimo dijo...

Mi querida Magda..tiempo hace que no te visitaba. No es de caballeros dar vuelos razantes. He leído y disfrutado tus opiniones y escritos. El nuevo formato me resulta un poco impersonal...no me hagas caso, es que me acostumbro fácil y me tardo un poco en reaccionar ante el movimiento telúrico de los blog

Magda Díaz Morales dijo...

Debió de ser muy dificil sostener una relación con un chico que podía ser su hijo, Óscar. Me cuesta trabajo de comprender que estas cosas sucedan, no desde el ángulo "moral", sino ¿qué puede llamar la atención de un chiquillo como para tener una relación? fuera del aspecto sexual, nada, o quizá necesidad de afecto, para saber. Que morbo hacer una adaptación fílmica de esta relación ¿verdad? pero el morbo vende, sí que sí.

No he leido el epistolario que me dices, Óscar. Habrá qué hacerlo.

Desde ayer, hasta el 24, ¡estoy de vacaciones!

Magda Díaz Morales dijo...

Saludos, Armando.
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A mi me tiene contenta la nueva plantilla, Salomón, aunque aun le faltan cositas que no se cómo cambiarle, pero irán saliendo, es muy dificil.

Muchos saludos, verás que ya te irás acostumbranbdo a la nueva fachada.

Ivan Humanes dijo...

Arrebatadora, podría ser el calificativo de Collete. En su apasionamiento por la vida y por la literatura. Gracias por la referencia, cada día descubro en tu blog propuestas suculentas. Seguimos. Abrazos.

Anónimo dijo...

La vida de Colette fue literatura, Iván, así es.

Muchas gracias.

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