Sin duda "hechos son amores y no buenas razones", como dice el refrán. Y los hechos demostraron ayer, una vez más, el gran amor y admiración que sentimos por el autor de El arte de la fuga. El homenaje que el gobierno del Estado a través de la Secretaría de Educación y Cultura de Veracruz ofreció a Sergio Pitol, y que se aunó al que antier le prodigó la Universidad Veracruzana, estuvo no solo emotivo, sino alegre, evocador, entrañable, todo era fiesta.
El evento se iniciaba a las seis de la tarde, así que salí como a las cinco de casa, sabía que iba a tener lleno completo y quería hallar buen lugar. Tuve mucha suerte porque al poquito de mi llegada también llegaron dos colegas con quienes entramos por la parte de atrás del Teatro, así que ocupamos un excelente lugar. Los escritores llegaron puntualmente y la entrada de Sergio Pitol provocó una ovación de pie, estaba en su tierra, en su ciudad, y ella lo homenajeaba con todo el amor que cada corazón sentía al verlo. Sergio Pitol ha dado clases en la licenciatura de Letras de la Universidad cuando su tiempo lo ha permitido, afortunadamente ha ofrecido muchos cursos, así que los estudiantes no sólo lo han leído, sino que han podido tratarlo, acercarse a él, y tener la fortuna de sus enseñanzas. Es muy querido, su sencillez (esa sencillez que poseen los grandes) es parte de ese gran carisma que posee, así que el Teatro estaba lleno de estudiantes que gritaban "¡Hurra!", "¡Bravo!", muy conmovedor.
Antes de subir al estrado, Sergio Pitol convivió unos momentos con las personas del público, al igual que Margo Glanz y Vila-Matas. Por cierto, Vila-Matas es simpatiquísimo, una persona muy agradable que, además, se sentía como en casa y el público lo sentía de casa. Carlos Monsiváis no asistió pero envió su texto y dijo que estará hoy en la inauguración de la Feria Internacional del libro, veremos si es cierto. El que tampoco vino fue Antonio Tabucchi quien por problemas de salud no pudo abordar el avión, pero envió su texto, un texto excelente al igual que el de Margo Glantz y el de Juan Villoro, otro escritor muy agradable y que también sentimos ya de casa.
Fue un cálido y merecido homenaje, pleno de cariño y admiración por el gran escritor Sergio Pitol.
“Cuando conocí a Sergio, en Varsovia, tenía 25 años -dijo Vila-Matas-, y él fue el único que aceptó platicar conmigo de literatura, para saber qué opinaba sobre determinado escritor. En España, ningún autor de su categoría me concedió ni siquiera un minuto. Esa pequeña charla que tuve con Pitol se ha prolongado por más de 30 años hasta ahora”. “Pitol fue el primer escritor que se preocupó por mi obra y quien me comunicó su pasión por la cultura que me ha perseguido toda la vida”. “En la España franquista lo que reinaba era la incultura. Lo que Pitol me enseñó en medio de esa incultura de mi país fue el amor por la lectura, aprendí a valorar las artes y siempre me fue guiando”. Aquí continúa.
El evento se iniciaba a las seis de la tarde, así que salí como a las cinco de casa, sabía que iba a tener lleno completo y quería hallar buen lugar. Tuve mucha suerte porque al poquito de mi llegada también llegaron dos colegas con quienes entramos por la parte de atrás del Teatro, así que ocupamos un excelente lugar. Los escritores llegaron puntualmente y la entrada de Sergio Pitol provocó una ovación de pie, estaba en su tierra, en su ciudad, y ella lo homenajeaba con todo el amor que cada corazón sentía al verlo. Sergio Pitol ha dado clases en la licenciatura de Letras de la Universidad cuando su tiempo lo ha permitido, afortunadamente ha ofrecido muchos cursos, así que los estudiantes no sólo lo han leído, sino que han podido tratarlo, acercarse a él, y tener la fortuna de sus enseñanzas. Es muy querido, su sencillez (esa sencillez que poseen los grandes) es parte de ese gran carisma que posee, así que el Teatro estaba lleno de estudiantes que gritaban "¡Hurra!", "¡Bravo!", muy conmovedor.
Antes de subir al estrado, Sergio Pitol convivió unos momentos con las personas del público, al igual que Margo Glanz y Vila-Matas. Por cierto, Vila-Matas es simpatiquísimo, una persona muy agradable que, además, se sentía como en casa y el público lo sentía de casa. Carlos Monsiváis no asistió pero envió su texto y dijo que estará hoy en la inauguración de la Feria Internacional del libro, veremos si es cierto. El que tampoco vino fue Antonio Tabucchi quien por problemas de salud no pudo abordar el avión, pero envió su texto, un texto excelente al igual que el de Margo Glantz y el de Juan Villoro, otro escritor muy agradable y que también sentimos ya de casa.
Fue un cálido y merecido homenaje, pleno de cariño y admiración por el gran escritor Sergio Pitol.
“Cuando conocí a Sergio, en Varsovia, tenía 25 años -dijo Vila-Matas-, y él fue el único que aceptó platicar conmigo de literatura, para saber qué opinaba sobre determinado escritor. En España, ningún autor de su categoría me concedió ni siquiera un minuto. Esa pequeña charla que tuve con Pitol se ha prolongado por más de 30 años hasta ahora”. “Pitol fue el primer escritor que se preocupó por mi obra y quien me comunicó su pasión por la cultura que me ha perseguido toda la vida”. “En la España franquista lo que reinaba era la incultura. Lo que Pitol me enseñó en medio de esa incultura de mi país fue el amor por la lectura, aprendí a valorar las artes y siempre me fue guiando”. Aquí continúa.
9 comments:
Antes de nada, ¡felicidades por el libro! Te deseo todo lo mejor para esas letras... Pitol y Vila-Matas, dos únicos, se reunió todo lo bueno de la literatura allí, sin duda. Abrazos.
De verdad qué envidia, en el mejor de los sentidos, compartir un poco de tiempo vital con figuras que tan merecidamente ocupan un espacio tan importante, en las letras del país. Son experiencias que quedan con uno mucho mucho tiempo...
Un enorme saludos, desde aquí.
En pocas oportunidades uno puede leer y quedar feliz.
Ahora lo es.
Gracias por compartir estos importantes momentos, te siento muy feliz por tu libro por la feria en fin todo.
Un abrazo,
Una crónica que nos acerca mucho, sobre todo emocionalmente, a lo que viste y sentiste.
Magda:
Cierto, fue un homenaje muy emotivo, muy cálido. La referencia del homenajeado a sus amigos, compañeros del kinder-garden, el aplauso de todos de pie.
Me gustó el audiovisual en tres tiempos. Su acercamiento a la pintura.
Ojala los jovenes que fueron llevados al Teatro del Estado lean a Sergio Pitol.
Admiro la dedicación que pones en tu blog, tu fina elección literaria, tu deseo de compartir.
Todo te lo agradezco.
Muchas gracias a todos por sus comentarios.
Un abrazo para cada uno.
Los dos son escritores a los que admiro. Gracias por compartir con nosotros tan agradable velada. Saludos
Les mando a todos un saludo, ya desde Barcelona, recién regresado. Xalapa fue una experiencia inolvidable. Gracias a todos.
Enrique Vila-Matas
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