18 de febrero de 2007

Borges desde los ojos de María

Alrededor de los personajes destacados muchas veces se tejen historias de las que desconocemos cuanto poseen de verdad. De María Kodama se dicen cosas que hablan de su ambición y avidez por todo lo que fue del escritor y que ahora le pertenece. Para saber hasta donde es o no es así. La polémica más reciente tiene que ver con "el bloqueo de la reedición de las Obras Completas de Borges en la colección La Pléiade, de la Editorial Gallimard, de Francia. Esa edición está comentada por el propio Borges, quien trabajó junto al editor Jean Pierre Bernés entre enero y junio de 1986. Paralelamente a esa labor, Bernés grabó unas 20 cintas de diálogo con Borges que están en el centro de la discordia. María Kodama hizo saber a la editorial que considera la edición llena de errores y que por eso no puede autorizarla. Pero Bernés dice que quiere las famosas cintas (que él no publicará en vida) y el 100 por ciento de sus derechos: ahora tienen cada uno el 50 por ciento. El caso fue llevado a los tribunales hace un tiempo, y la Justicia francesa autorizó a Kodama a tener una copia de las cintas, pero, según Bernés, ella quiere tener también los originales. El 8 de agosto (del año pasado), en medio del escándalo, la embajada francesa en Argentina la condecoraba con las insignias de Oficial de las Artes y las Letras, por su labor en la difusión de la obra de Jorge Luis Borges" (más en: "Quien es María Kodama").

En el suplemento cultural de La Jornada leemos una entrevista a Kodama, "la única criatura borgiana que le sobrevive, la otra fue Bioy Casares", la realiza Harold Alvarado Tenorio. "Borges creía en el libre albedrío, dice Kodama, y así lo demostró a lo largo de su vida tomando las decisiones sin seguir a las mayorías ni a los poderosos. Ser libre para él era no traicionarse, ser uno mismo y eso le llevo a perder, incluso, el Premio Nobel", ¿por qué?, pregunta Alvarado Tenorio:

–Porque, como usted podrá recordar, en dos ocasiones burló las aspiraciones de Arthur Lundqvist, el académico sueco que prácticamente concedía el Nobel a los escritores de nuestra lengua. La primera, cuando Victoria Ocampo lo trajo hasta Buenos Aires, le organizó una cena en San Isidro y puso a Borges al lado del sueco, que con su tradicional apetito de gloria leyó a Borges uno de sus poemas y Borges le dijo que le parecía digno del inventor de la dinamita, y luego, cuando en Chile le ofrecieron aquel doctorado en la Universidad Católica siendo Pinochet el dictador y le llamaron para advertirle que si iba a recibirlo no recogería el Nóbel ese año, y Borges respondió que había dos cosas que un hombre no se puede permitir: ni amenazar ni ser amenazado, ni chantajear ni ser chantajeado. Fue muy genial porque le dije: "Borges ¿por qué no lo piensa?, puede decir que no se siente bien, que está mal." Y no olvido que tomándome por los hombres me preguntó: "¿Usted lo haría?" Y le respondí: "Usted sabe que no." Entonces dijo: "¿Por qué quiere que yo lo haga?" Lo cierto es que ese traductor y poeta sueco no quiso nunca a Borges. Recuerdo que Lundqvist tenía un emisario español que visitaba el mundo de habla hispana recibiendo elogios de cuanto candidato había en esos años, incluso creo que el emisario recibió algún Premio Nobel de manos del rey sueco.

Pero Borges también se reía mucho con ese asunto del Nóbel. Recuerdo que un día lo detuvo un señor en la calle y le dijo: "Maestro, voy a hacer una promesa a Dios para que se lo den este año." Y Borges respondió: "Dios lo libre de hacer eso, si es que Dios existe. Porque si me lo dan este año seré uno más en la ya larga lista, pero si no, me convierto en un mito escandinavo, en ese hombre que siempre se presentaba y no se lo daban; prefiero ser el mito escandinavo, el eterno aspirante.

Se ha comentado que Kodama separó a Borges de Bioy Casares, pero ella dice que:
Nunca quise alejar a Borges de nadie, fue el comportamiento de sus amigos lo que alejó a Borges de ellos. Bioy, en ese diario que van a publicar muestra también cómo lo envidiaba, como lo utilizaba. Quizás sea cierto que le tuvo mucho afecto, pero también es cierto que era muy egoísta. Un día Borges me dijo: "Adolfito sólo viene o me invita a comer cuando quiere leer o que yo corrija cosas de él. Pero nunca me invita al campo." Yo le insistí: "Pero, Borges, a usted no le gusta el campo." Y él me contestó: "Eso no importa. El debe proponérmelo y yo, en todo caso, decir que no." Borges era tímido pero, como todas las personas introvertidas, muy observador de la personalidad y del alma del otro. ¿Por qué no iba yo a querer a sus amigos? Yo soy oriental y no soy celosa. Los celos son amor propio, no amor al otro.

6 comments:

Anónimo dijo...

borges siempre ingenioso en su laberinto... donde era el amo del universo...

esto me resulta familar con el caso de camilo josé cela y su "joven" (y bruja) mujer marina castaño. que se quedó con los bienes del escritor y a la familia de cela le dejo sin nada,más que las migajas....

la herencia monetaria de los genios y sus familiares ávidos de dinero. la eterna canción.

por lo menos los lectores que ya conocemos su obra no dejamos de admirar sus intrincados laberintos y juegos metaliterarios construídos con palabras.

besico magdita.

Magda Díaz Morales dijo...

La eterna canción, así es, Jio. Conozco varios casos tristes, hijos que jamás se ocuparon de su padre y famoso escritor y a su muerte se les ve en conferencias, malgastando el dinero o traficando con la herencia bibliotecaria del padre. Y las esposas, pues ya ni se diga...

¿No se darán cuenta antes de morir de lo que son capaces quienes los acompañan?

Besito querido Jio.

Anónimo dijo...

Parece inevitable que con los escritores pase algo muy parecido a lo que sucede con el resto de las personas y de las familias, ¿no?
Lo que me molesta muchas veces de Kodama es su tono de impertérrita suficiencia. Hasta cuando quiere que se la compadezca lo hace desde allí. En mi tierra diríamos que tiene apariencia de ser un poco "mega". Es una percepción meramente superficial de lectora o escuchadora.
No me preocupa mucho. Lo que importa, al fin, es la obra de Borges.

Anónimo dijo...

A mí la figura de María Kodama me parece muy interesante, no me extraña que haya inspirado a Borges, la rodea un halo de misterio que la convierte en un personaje muy atractivo. No existe comparación con la otra viuda ilustre, me refiero a Marina Castaño que me parece un figura más bien gris.

Desconozco en profundidad la labor real de estas mujeres al frente de las respectivas obras de los autores y su labor de conservación, pero creo que mucha de las críticas de las que son objeto provienen del talante machista de nuestra sociedad. Yo salvo prueba en contario, confío en el criterio de Borges y de Cela al escoger a ambas y es que las familias son como cajas sorpesas, nunca sabes lo que te vas a encontar. Muchas veces los vínculos de sangre no son suficientes para construir afectos y habiendo cantidades de dinero tan importantes, aún menos.

En definitiva, a seguir disfrutando de la obra de Borges, la administre quien la administre.

Un saludo.

Magda Díaz Morales dijo...

A mi también la señora me parece un poco o un mucho "mega" (un sinónimo acá sería "sangrona", "pesada", "la mamá de los pollitos", muy coloquialmente). También lo percibo de la misma manera. No tiene encanto.

Magda Díaz Morales dijo...

Sirenita, en algunas ocasiones mucha de las críticas de las que son objeto provienen del talante machista de nuestra sociedad, por supuesto. Sin embargo, con Kodama no creo que sea así, ella se ha ganado suficientemente las críticas. Voy a buscar las declaraciones que hizo la señora que trabajó al lado de Borges durante años, ella aclara muchas cosas al respecto.

Un saludo

Publicar un comentario

No se publicarán comentarios anónimos.