1 de mayo de 2008

Michel Houellebecq

La madre es un ser especial en nuestras vidas. En este mundo, lo sabemos de sobra, habemos de todo, los sentidos negativo y positivo en las cosas y en las personas existe. Juan García Ponce, decía: "No existe ni bueno ni malo, solo es vida". Sin embargo, no deja de ser triste conocer problemas como el que tiene la madre del escritor Michel Houellebecq, de 83 años, y él. Entre los dos existen conflictos que parecen imposibles de solucionar. Desde la infancia, según Le Figaro, el escritor careció de cariño maternal. "A los cinco años, su madre lo mandó con sus abuelos. En vez de ocuparse del niño, Lucie Ceccaldi prefirió viajar para cumplir un viejo sueño de tintes hippy: recorrer África en un Citroën dos caballos.

La señora dice: "Sólo ha hecho daño a los que le rodean. Houellebecq había comentado en alguna entrevista que su madre estaba muerta, pero no sólo está viva sino que va a cantarle las cuarenta a su hijo en un libro en el que no se queda corta en reproches, L’Innocente.

Ceccali está indignada por la manera en que su hijo la evoca en Las partículas elementales, publicada a finales de los años noventa. En la novela, la madre de los dos protagonistas, que también se llama Ceccaldi, es una mujer egoísta, intratable e indiferente, inmersa en los movimientos de liberación de mayo del 68. El personaje abandona a sus dos hijos, los hermanastros Bruno y Michel (personaje en el que quizá no sea aventurado ver a un trasunto del propio autor), para embarcarse en una aventura de liberación sexual hedonista.

El articulo termina hablando del posfacio del libro en el que "Ceccaldi insiste, por si no había quedado claro, en que nunca ha tenido instinto maternal: "Nunca me ha salido eso de decir, hijo mío, eres lo más bonito del mundo. No, mi hijo es un pequeño gilipollas". Y va más allá : "Con Michel Houellebecq, mi hijo, podré volver a hablar el día en el que salga ante todo el mundo, con Las partículas elementales en la mano, y diga : Soy un mentiroso, soy un impostor. He sido un parásito, no he hecho nada más en mi vida que daño a todos los que me rodean, y pido perdón".

Vaya con la señora (foto), seguro se va a quedar esperando sentada.

Las vergüenzas de Houellebecq

* El Premio de la Feria Internacional del libro, FIL, ha renunciado a usar el nombre de Rulfo. Ahora se llamará Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances.

17 comments:

Anónimo dijo...

La señora se queja y critica al hijo sin reconocer la responsabilidad de ella, de su abandono, frialdad e indiferencia cuando él era niño y más la necesitaba.

Para ella, el hijo tenía que perdonarle todo mientras ella lo abandonó y se fue a la farándula.

La señora es ya grande, pero antes de morir quiso cerrar el circulo como empezó: dandole el puntazo.

Pobre Houellebecq, realmente. La fama, el talento y el dinero, no pueden darle lo que más vale: el amor de la madre desde que era niño.

Tener una mamá asi, ser una mamá asi, que triste debe de ser para quien la vida debió de ser de otra manera en ese aspecto.

C.Martín dijo...

Qué sorpresa, agradable -añado-, con la página. Llevo un tiempo ocupada más de lo normal, te seguía por el bloglines y no había visto el nuevo diseño, me gusta, me gusta, pero hay que acostumbrarse.
Qué difíciles son las relaciones materno-filiales. Las madres también son personas y, aunque hay menos casos, pueden ser seres ausentes como tantos padres a los que no se ve tan mal esa actitud.

Pero que te toque una madre así es una putada que no es fácil de superar. Lo que me sorprende más es que la señora se moleste porque su hijo reniegue de ella. Ella, más que nadie, tendría que ser capaz de entenderlo.

Anónimo dijo...

(No sé si se vaya repetido el comentario, que blogger no lo ha dejado.)

MI punto es, por si no pasó el primer comentario, que la relación madre/hijo no tiene nada de interés literario. En cambio sí de farándula, y qué pereza eso.

Magda Díaz Morales dijo...

Debe de ser sumamente feo tener una madre asi, Fernanda. Por supuesto. Principalmente porque tener un hijo conlleva una responsabilidad muy valiosa y muy grande. No consiste en tenerlo y ya.

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Carmen, lo que dices es muy cierto, las culturas en general no ven tan mal el abandono del padre, su ausencia. Todo viene desde el inicio de la construcción familiar en el que el padre salía a conseguir el alimento para los que quedaban en casa, madre e hijos. Y que dificil ha sido cambiar esta estructura, siglos ha costado que evolucione. Afortunadamente en la actualidad muchas necesidades y nuevas concepciones, han logrado maravillas.

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Andrés, lo "literario" inicia con la publicación del libro por parte de la madre, aunado a la fama del escritor. Para Houellebecq, no hay pereza, hay dolor.

Carmen Santos dijo...

Lo que me parece patético es que se aireen estas cosas en un libro. Ya es bastante triste que la señora mire a su hijo y piense que es un pequeño gilipollas, como para encima ponerse a escribir un libro lleno de reproches. Con la de historias buenas que puede contar un escritor sin tocar su propia vida...

Enhorabuena por este nuevo cambio de formato. Ha quedado bordado.
Carmen

39escalones dijo...

Un tipo curioso. Sólo he leído un libro de él (La posibilidad de una isla) y me resultó interesante, aunque desde luego no justifica, para mí, los revuelos generados en torno a este señor.
Curioso lo que nos cuentas.
Un abrazo

Javier Puche dijo...

Menudo bicho la señora.
Me pregunto en qué criterios se basan algunas personas para traer hijos al mundo si luego no están dispuestos a cuidarlos y darles el cariño que merecen.
No he leído a Houellebecq, pero supongo que el desvalimiento recorrerá su obra de arriba abajo, aunque sólo sea implícitamente.
Un cordial saludo, Magda

Portobello dijo...

el problema de las madres, es que no todas son santas, como se supone a tan alto estado. Y eso deja, a veces, huellas de por vida. Un escritor es fácil que refleje ese trauma en sus obras, de una manera u otra. Yo leí "Plataforma", me pareció un libro muy chocante, pero interesante y bueno. Gracias por tus ánimos. Un abrazo. Me gusta el blog, está muy guapo.

Anónimo dijo...

Pero tal vez ese dolor sea lo que inició la necesidad de escribir: entonces algo así como un dolor necesario. Un dolor inventado. Tal vez si no hubiera tenido esa clase de madre... nunca lo hubíeramos conocido como escritor.
- Es un dolor raro.

Fernando García Pañeda dijo...

Todo esto parece propio de esos programas de televisión de cotilleos y talk-shows en los que las personas van a airear sus vergüenzas ante millones de personas en vez de solucionarlas entre ellas.
Qué cosas...

Magda Díaz Morales dijo...

Totalmente de acuerdo contigo, Carmen. Ella debe de ser no solo de carácter fuerte, sino egoista. Pero, además, quiere fama a costa de su hijo. Vaya con la señora.

Muchas gracias, me alegra de que te guste el cambio.

Yo solo he leido una obra de él Alfredo, pero de la existencia de la señora no sabia nada. Y sinceramente ni falta que hace.

Javier, puedo echar vuelo a la imaginación y pensar de más tal vez, pero creo que tener una madre así es de las cosas más tristes que pueden suceder.

Magda Díaz Morales dijo...

Estoy totalmente segura de que sí Blanca, vivir situaciones en la infancia como las que ha vivido Houellebecq, dejan huella para siempre. Y ni Freud podría quitarlas porque no solo están en la cabeza, sino en el espíritu.

Qué bueno que te gusta el cambio. Gracias

Para saber, Andrés

Ándale, Fernando, el libro de la señora será eso justamente. Y se venderá como pan caliente, seguro.

Gin Crisis dijo...

Posiblemente, algo tiene que ver la literatura de Houellebecq, fría, no future y pesimista con el trato hostil que recibió de su madre.

No lo estoy justificando, sino más bien buscando una causa verosímil.

MGJuárez dijo...

Mi querida Magda, cada vez mejor la pagina... y las fotos del encabezamiento, de lujo... podríamos adivinar algunas, pero otras se me escapan totalmente, como la foto pequeña de la mujer con sombrero, quién es?

Sobre el tema que nos acercas, los traumas infantiles en los autores -y otro velado, el trauma potencial de ella como madre-, pues no sé, cabría preguntarse en otros autores, ¿cómo fue su infancia? ¿educación, formación? En definitiva, somos producto de nuestro tiempo, pero también es cierto que con las herramientas suficientes, habríamos de saber salir de cualquier pozo. Vida solo hay una.

Para muchas mujeres en la historia ha sido díficil salir del papel de madre; para muchas ni tan siquiera fue elegido; es muy díficil lograr el equilibrio entre dar vida e indepencia y vivir uno mismo. Pero la generosidad de dar a otro -sin pedir más- no está de moda, ya lo vemos, no?.... Mis documentos Mi musica Mis archivos Mi... Mi... Mi... ;)

Un fuerte abrazo,
Montse.

Magda Díaz Morales dijo...

Montse, una buena idea la que me has dado, poner una pregunta para adivinar los escritores de la imagen que tanto admiro.

La mujer del sombrero se llama Antonieta Rivas Mercado, mira por favor si tienes tiempo:

Correspondencia

Y la del centro, de cabello corto, es Rosario Castellanos.

Ojalá te agraden.

Anónimo dijo...

Estupendo post y muy curioso, casi podemos imaginar a esta madre airada formando un club de familiares damnificados. Propongo de presidente al padre de Kafka....

Un abrazo

Gww

Anónimo dijo...

Pues a mi no me parece tan horrible que la madre lo dejase con la abuela. Si la mujer no tenia ganas ni vocación maternal, ¿por qué no comprender que deje al niño? Me parece mil veces mejor que esas madres amargadas y frustradas que por miedo a soltarse acaban traumatizando a su prole y criando psicópatas o futuros maltratadores.

De modo que a mí lo que me parece mal es que el autor sacase su vida privada al aire en su obra. Quiere dar pena?

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