2 de junio de 2008

El tiempo, y su recuerdo

Una enfermedad neurológica que impide olvidar y hace vivir en una sucesión de ayeres. Síndrome hipertiméstico o los excesos de recuerdos...

Comentaba Jesús Silva-Herzog, el caso de Jill Price, una mujer incapaz de olvidar, que recuerda todo lo que le ha pasado. “Su memoria almacena todos los días de su vida y no es capaz de descartar vivencia alguna. El caso evoca, manifiesta, al Funes de Borges, triste personaje que almacenaba en su cabeza más recuerdos que los que habría tenido toda la humanidad desde que el mundo
es mundo”.

Funes no sólo recordaba cada hoja de cada árbol de cada monte, sino cada una de las veces que había percibido o imaginado.” Cada planta era contemplada como un ser único, irrepetible. Por eso la abundancia de su memoria bloqueaba la comunicación y el pensamiento: Funes, era el solitario espectador de un universo insoportablemente preciso.

Vivir sin recuerdos es imposible, y sería terrible si existiera una enfermedad que lo consiguiera. Pero recordarlo todo, como el personaje de Borges, como fuera de la ficción lo permite este Síndrome hipertiméstico, debe de ser insoportable.

¿Recuerdan personajes literarios adentrados en este especial manejo del tiempo?

15 comments:

Anónimo dijo...

no creo tan grave recordarlo todo, cada detalle, date cuenta de que cada acto concreto de memoria, cada recuerdo puntual, cada acción de recordar, es una acción autónoma y presente de creación del pasado, independiente de las demás acciones de recordar

¿no fue mnemósine la madre de las musas?

amor

Magda Díaz Morales dijo...

El problema, me parece, es que si se tiene este Síndrome el recordar ya es enfermedad. El no ser capaz de descartar vivencia alguna me parece terrible. Imaginemos esas vivencias duras, que uno desea olvidar o, al menos, aminorar porque han dolido mucho.

Si, Mnemósine era la madre de las musas (que nacieron todas juntas), y Zeuz el padre. Mnemósine, era la personificación de la memoria.

39escalones dijo...

Hay bastantes libros y películas de ciencia ficción o de ficciones tecnológicas que juegan con los recuerdos, bien con su eliminación o bien con su implantación artificial. Casi siempre banalizan acerca de una idea que es mucho más angustiosa tal y como la has presentado tú.

Magda Díaz Morales dijo...

Seguro que en el cine este particular manejo del tiempo debe de ser interesante. Ayer pensaba en eso, Alfredo, y te iba a preguntar especialmente sobre ello.

En este tipo de enfermedad que se comenta, los recuerdos deben de ser como un taladro en la cabeza.

ANTONIO SERRANO CUETO dijo...

Yo también creo que una memoria integral e indeleble debe de ser algo terrible. Porque lo bueno de la memoria es su capacidad de selección: las malas experiencias, las desgracias, van quedando desdibujadas por la fuerza de los recuerdos más luminosos. Si no fuese así, creo que estaríamos continuamente deprimidos, porque es mayor el menoscabo en nuestra alma de un mal recuerdo, que el provecho de uno bueno.

Anónimo dijo...

Hola, Magda querida,

Qué terrible recordarlo todo¡

y qué ahcer con aquello que se quiere o debe olvidar? que pesar de recuerdos aglomerados.

En narrativo no recuerdo salvo lo que comentas de Borges, pero screenplay hay una versión reciente de algo así en la pelicula Eternal Sunshine Of The Spotless Mind - búscala, es interesante.

un abrazote

Hilvanes y Retales dijo...

No recuerdo en literatura nada parecido. Pero me viene a la memoria Cien años de soledad y cuando Arcadio Buendía, sino recuerdo mal, se siente atrapado en el tiempo y cree que este se ha detenido y ya no transcurre. Algo similar en Alicia en el país de las maravillas en una merienda de locos. Una escena, la de Arcadio Buendía no deja de tener relación con la memoria, en este caso, queda atrapada en un momento concreto y ya no avanza pero tampoco retrocede.

Baakanit dijo...

Sumamente impresionante, aunque se me hace difícil creer que recuerde todo, todo, algo habrá olvidado.

Saludos Magda.

Raúl dijo...

Ursula, la matriarca de los Buendía, tenía una memoria familiar privilegiada. Cierto.
Me has evocado también con tu apostilla, el personaje central de El Perfume, por su trágica e inverosimil capacidad de almacenaje.
Me gustó tu blog.

Susy dijo...

A mi entender, en general, el olvido es sabio y selectivo.
Que no funcione en la propia naturaleza del ser debe ser espantoso.
No recuerdo ahora autor o personaje literario que padeciera tal enfermedad pero sí conocí, y bastante bien, el caso real de una persona que cada día, cada vez, recurrentemente, durante toda su vida, repetía hasta la saciedad todo lo anteriormente vivido con exactitud enfermiza.

Según siempre aseguró, no podía sustraerse a ello.

Murió de cirrosis, por proponerse olvidar a base de alcohol.

Javier Puche dijo...

Terrible enfermedad, idéntica a la de Funes, que tardaba 24 horas en recordar un día cualquiera.
Lamento que la realidad haya plagiado a Borges.
Ojalá los recuerdos de esta persona sean predominantemente felices.

Magda Díaz Morales dijo...

- Pienso lo mismo, Antonio. Imaginar tener presente lo que necesitamos olvidar o no recordar plenamente, nos traería deprimidos constantemente, a pesar de también poder recordar lo bonito. La fuerza del dolor ante los recuerdos tristes, sería demasiado fuerte.

- Buscaré la película, Ivan. Muchas gracias.

Magda Díaz Morales dijo...

-Buenos ejemplos HyR, 'Alicia en el país de las maravillas' hay ese manejo del tiempo tan interesante. Como el del personaje de Cien años de soledad. Como también opina Raúl, de Úrsula.

- Desgraciadamente lo dudo, Javier. Pero ojalá sea así y tenga recuerdos predominantemente felices.

Magda Díaz Morales dijo...

-Al ser una enfermedad que hace recordar todos los detalles del ayer, Baakanit, ya no es dificil de creer.

Jill Price, ha escrito un libro donde cuenta su experiencia con este síndrome, el libro se llama 'La mujer que no puede olvidar'. Quien sabe cuáles son las causas que provocan esta enfermedad, pero como toda enfermedad no es nada grata.

Hace días lei otro caso raro, se trata de una enfermedad en donde los pacientes se pueden morder a sí mismos, golpear o ir al dentista para que les quiten una muela, y no sienten dolor alguno. Se pueden causar daño a sí mismos y no sienten nada. Pero igualmente terrible es que se empiezan a morder el labio o la lengua, por ejemplo, y siguen y siguen haciéndolo, por más que les digan que no lo hagan, y llega un momento que hasta pueden morir.

Anónimo dijo...

Me parece algo horrible. Es una pesadilla eso de recordarlo todo.

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